Una joven enamorada de su esposo, recibe la peor de las noticias después descubre la traición del hombre al que ama, dejándola sola en su lucha por recuperar la vida y felicidad que algún día tuvo.
NovelToon tiene autorización de Miriam M. G. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo 10
-Sí lo entiendo, sabes yo sufrí algo similar
Dejó rodar un lágrima por su mejilla, a él le llamó la atención la confesión de ella, más el dolor que reflejaba en su perfecto rostro
-Mi esposo también padeció cáncer, luchamos durante un año, tiempo que se nos hizo eterno, nos desgasto física y mentalmente, él siempre me decía que daría todo de sí para poder vencer la enfermedad y así fue, día a día se levantaba se alistaba para poder ir a sus quimios después fueron radioterapias, su cuerpo cada vez estaba más desgastado y lastimado pero él seguía con la vana esperanza de que lo lograría, hasta que un día ya no pudo más, se dejó vencer, desistió de seguir adelante y se dejó morir
Lo que ella omitió en su relato fue decir que su difunto esposo la vio con uno de sus amigos teniendo sexo y eso lo devastó tanto al grado de dejarse morir, que no quiso siquiera reconocer al bebé que ella estaba esperando.
-Vaya, jamás lo imaginé
Pensó en Mariana y saber que si ella se dejará vencer por el cáncer no sabría cómo seguir viviendo, pero al ver a la chica frente a el con lágrimas en los ojos lo hizo desear abrazarla, pero eso no iba a suceder, esas muestras de apoyo y cariño solo son para su amada esposa, pero la.mujer frente a él está decidida a cambiar eso
-Tranquilo, sé que di lo mejor de mí para que él pasará sus últimos días en paz.
Dijo ella como si de verdad hubiera dado todo de sí por hacer feliz a su esposo, ese imbécil que la dejó en la miseria y por el que ahora tiene que trabajar
-Es por eso que te voy a dar este consejo, atiende a tu esposa en lo que más puedas, pero también date tiempo para ti, tú también eres importante, al final de cuentas se va a terminar muriendo el cáncer es invencible
Él sintió escalofríos al escuchar que su esposa perderá la batalla, no eso no puede pasar, es una mujer fuerte y además cuenta con el apoyo de él y de su familia.
En casa no era el hombre fuerte que deseaba ser,
las palabras de la sexy mujer estuvieron repitiéndose en su cabeza durante toda la semana, también su mamá le decía lo mismo solo que con palabras más hirientes, ¿Y si de verdad su esposa morirá? ¿Él qué va a hacer? si por lo menos hubieran tenido hijos todo sería distinto, él fuera un hombre completo, pero no, ella quería esperar a que tuvieran un poco más de años y de estabilidad económica ¿Y de qué sirvió? Ahora no sabe si va a poder tener hijos y si es así cuánto tiempo más tendrá que esperar para poder ser papá. Ya eran dos personas que le decían lo mismo, quizás ellas tienen razón y es momento de que también piense en su futuro.
-Vamos a ir a bailar ¿Te unes a nosotros?
Laura estaba recargada en el escritorio de Rafael, lleva una blusa con un escote muy revelador que hizo que él se sonrojara, hacía cuánto tiempo que no tenía sexo, sí de seguro es eso y por eso ve con lujuria a esa mujer que apesar de ser un par de años mayor que él, es capaz de despertar el deseo de cualquier hombre
-Tengo…
Lo pensó por unos segundos, sí, tenía que llegar a casa para poder estar con su enferma esposa, aguantar sus vómitos hasta la madrugada y tratar de consolarla para que no sufriera más, pero a él ¿quién? le ayudaba o lo animaba a seguir adelante con todo eso
-Sí vamos.
Ella dibujó una sonrisa de victoria, al parecer su táctica estaba funcionando, cada que entablaba una conversación con él siempre le hizo hincapié de que debía buscar su felicidad y dejar de lado a su esposa moribunda y como todo joven inexperto caía en su juego
Él alzó el teléfono de su oficina y marcó el número de su esposa, al segundo timbrazo se escuchó la voz de Yolanda la mamá de Mariana
-Señora buenas noches, ¿Cómo está Mariana?
Preguntó sin darse cuenta de que ya no la llamo mi esposa y que su voz sonó con fastidio
-Está en el baño, bien sabes cómo se pone después de la quimio, ¿Quieres que la llamé?
Preguntó la señora con la amabilidad que caracteriza a las mujeres de esa familia
-No, en realidad solo le llamó para pedirle que se quede con ella, tengo mucho trabajo y no creo poder llegar temprano.
Mintió, si tuvo un sentimiento pero no supo descifrar si fue remordimiento por lo que iba a hacer o fue el sentimiento de sentirse libre de por fin no pensar primero en su esposa.