Capítulo 1

Quién en esta vida no ha amado de la forma más intensa y desmedida al punto de llegar a lo irracional por el amor, así es Mariana Rangel, una joven de veintitrés años que ama con todo su corazón a su esposo, pero que con el pasar de los días y en los peores momentos aprendió de la forma más cruel que no debes dar tu vida solo por hacer feliz a los demás.

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La chica de cabello castaño con ojos negros grandes tan expresivos que con solo verlos te puedes dar cuenta de que está llena de alegría o de sufrimiento, con una dulce y soñadora sonrisa, su alegría es tanta que contagia a sus vecinos, ella junto a Rafael su esposo viven en una pequeña ciudad de provincia, la zona esta llena de pequeñas casas que fueron construidas en serie, lo único que las distingue es la cerca que cada familia pudo elegir, la mayoría de las personas que viven ahí trabajan durante el día y solo llegan a casa para dormir, pero las pocas amas de casa que se dedican al hogar como Mariana disfrutan del entusiasmo de la chica, la música al máximo volumen y cantando con todas sus fuerzas es algo característico de ella, los vecinos le llaman la alegría del barrio.

Pero hoy no es como todos los días, ella se ha sentido muy cansada, solo se ha puesto de pie para preparar la cena para Rafael Salgado, él es ingeniero en sistemas y la empresa para la que trabaja es muy demandante, ellos se conocieron en el bachillerato desde el primer momento en que se vieron se sintieron atraídos, ella tiene conocimientos sobre finanzas, es excelente con las matemáticas y él con las computadoras, a sus papás les hubiera gustado que su hija fuera doctora pero como siempre han respetado las decisiones de sus hijos la dejaron estudiar lo que ella quisiera, en su relación avanzaron hasta que decidieron casarse, ella quería trabajar como corredora de bolsa y llegar a ser muy importante, viajar por el mundo, ahorrar lo suficiente para cuándo llegue el momento de formar una familia y se pueda dedicar en tiempo completo a cuidar de esta, pero al estar tan enamorada de Rafael sus sueños los dejó de lado por dedicarse a su matrimonio y a hacerlo feliz.

Llevan juntos desde hace seis años y casados dos, él siempre la consintió y se esmeró por hacerla feliz, Rafael es un año mayor que ella, desde que se casaron decidieron que él trabajaría y ella solo se dedicaría a estar en casa, disfrutando lo que le gusta hacer, cocinar para su esposo, a ella no le causa ningún inconveniente estar en casa, se está preparando mentalmente para permanecer todo en tiempo disfrutando de su familia, desde que eran novios planearon tener hijos hasta que ella cumpliera los veinticuatro años y él tuviera más estabilidad económica, por lo que en eso están enfocados.

A Rafel le cuesta un poco más socializar, la mayoría de las ocasiones es ella la que siempre lo obliga a bailar o a salir de fiesta, eso a él nunca le ha gustado, es más de ir de casa al trabajo y viceversa, los fines de semana le gusta llevarla al cine, a comer o simplemente a caminar tomados de las manos, a ella le encanta el helado y a él la pizza son tan distintos pero se compenetran a la perfección que nada de sus diferencias importan a la hora de demostrarse cuánto se aman

La chica de ojos hermosos lleva un par de semanas sintiéndose muy cansada y sin apetito por lo que Rafael se ha visto en la necesidad de faltar a su trabajo para poder llevarla a qué la revise un médico, ha sido muy agotador para la pequeña chica estar la mayor parte del día sometida a estudios clínicos, radiografías y ultrasonido, por suerte Rafael cuenta con un seguro médico que le otorgan en su trabajo, al terminar con todo lo que le han ordenado regresan a casa, al siguiente día tendrán que ir a recoger los resultados.

Rafael se queda en la pequeña sala de su casa para poder terminar con el trabajo que dejó pendiente durante el día, es un programa de administración para detectar las fugas en los activos de la empresa de embutidos para la que trabaja y eso lo ha mantenido muy ocupado, ella solo se va a su habitación a descansar, ya es hora de cenar y Mariana aún no se ha levantado de la cama por lo que él se encarga de hacer la cena y llevarle a la habitación para que coma, una de sus promesas es estar siempre pendiente el uno del otro. Aunque se siente un poco abrumado por la salud de su esposa, mantiene el optimismo

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