Cautiva Por Tu Deseo

MELINA

Bajo a la cocina aún con calor debido a lo que pasó en la habitación de Renzo. Bajo a la cocina, Katie y Florencia acompañan a Edna.

–. Hermana hola –me dice Florencia–. Ya está casi listo el desayuno.

–. ¿Cómo estás, Meli? –me pregunta Kate–. ¿Estás bien? ¿Tienes de nuevo fiebre?.

–. Estoy mejorando –le digo–. No me pasa nada. Estoy bien.

–. Debo agradecerles chicas –nos dice Edna–. Hace tiempo que no veía una de las mansiones con personas además de los hombres de seguridad.

–. ¿Siempre fue solo el señor Leone? –pregunte.

–. No, hace un mes y unas semanas también era la señorita Florencia –dice Edna.

Miro a Flor y luego a la señora confundida.

–. ¿La señorita Florencia? –pregunto–. ¿Quien era?.

–. La hermana menor de Renzo –dice triste–. Tenía el cabello negro y rizado, alborotado y sus ojos eran azules como los de el señor.

–. ¿Que paso con ella? –pregunta mí hermana.

–. La mataron –dice Renzo detrás nuestro.

Las cuatro nos damos vuelta al instante. Edna baja la mirada apenada y yo me quedo congelada.

Me mira fijamente.

–. La asesinaron –dice–. Y tiraron su cuerpo enfrente de mí puerta.

–. Renzo... Yo –digo temblando–. Lo siento, no sabía.

–. No pasa nada –dice–. Vamos a desayunar.

Vamos al enorme comedor y nos sentamos en la mesa. Empezamos a desayunar en pleno silencio.

–. Lamento mucho lo de su hermana –dice Florencia.

–. Gracias, linda –le dice Renzo–. Tenía tu edad y siempre la va tener ahora.

–. ¿Cómo era ella? –pregunta.

–. Era un ángel... Una sonrisa hermosa –dice–. Tan dulce e inteligente. Me recuerdas a ella.

Seguimos desayunando, levanto la mirada hacia Renzo quien también me mira en ese momento pero baja la mirada apenas cruza la mía. ¿Ahora que...?.

–. Hermana –Florencia me llama–. ¿Vamos a volver a casa?.

–. Si, Flor –afirmo–. Vamos a casa después del desayuno, solo hay que despertar a mamá.

–. ¿Con ese bestia de su padre? –dice Kate–. Pueden quedarse conmigo si eso quieren.

–. Tu apartamento es muy pequeño, Kate. Gracias –digo–. Pero volveremos a casa. Quizás Flor podría quedarse contigo.

–. No hay prisa para que se vayan –dice Renzo–. Pueden quedarse hasta conseguír algo.

–. Ya hemos causado suficientes problemas –le sonrío–. No tenemos nada más que hacer aquí.

Nos quedamos mirando por unos segundos, pero su teléfono nos saca de ese momento.

📱 << –. Silas. ¿Ti echei symvei? – >> (Silas. ¿Que está pasando?)

Su mirada cambia en cuestión de segundos.

📱 << –. ¿Aleskei Ivanov? ¿Ti kanei edo o Ivanov? – >> (¿Que hace Ivanov aquí?).

Se levanta enseguida y nos mira.

–. Enviaré a mis hombres a acompañarlas a casa –dice Renzo.

–. ¿Paso algo malo? –pregunto.

–. Nada malo. Es mejor que se vayan –nos dice y mira a Edna–. Ayudalas a irse por favor.

Así sin más, se va. Toma su chaqueta y sale de la mansión con cinco autos de guardia.

–. ¿Que acaba de pasar? –pregunta Kate–. ¿En que idioma estaba hablando?.

–. El señor es griego –les digo–. Estaba hablando en su idiota natal.

–. ¿Griego?. ¡Vaya! –exclama–. Habla bastante bien, quiero decir MUY bien inglés.

–. Habla varios idiomas –nos dice Edna–. Su trabajo en mafia lo lleva a hablar, turco, italiano, ruso, portugués, español... Habla de todo.

–. ¿Es de la mafia? –pregunta Kate–. Pensé que era empresario.

–. Oh no, no. Es el líder de la mafia de Grecia –dice Edna–. También de varios sectores de Europa.

Mientras hablamos sobre Renzo vamos a acomodar todo para irnos.

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• AEROPUERTO INTERNACIONAL JONH F. KENNEDY •

–. Dobro pozhalovat', ser (Bienvenido, señor) –dijo con respeto.

El hombre beso la mano del joven ruso recién llegado Aleskei Ivanov, el príncipe de la mafia rusa, hijo del poderosísimo Vladimir Ivanov.

–. Spasibo (Gracias) –dijo asintiendo con la cabeza–. ¿Yest' novosti o ney? (¿Alguna novedad sobre ella?).

–. Net, moy gospodin (No, mí señor) –negó apenado–. Nam ochen' zhal' (Lo lamentamos mucho)

–. Ne volnuysya (No se preocupen) –los tranquilizó.

Los Ivanov era una dinastía mafiosa, una de las temidas del mundo además de los Leone. Ellos jamás sentían compasión y Aleskei no era la excepción, a sus 28 años es uno de los asesinos mafiosos más temidos, no dudaba al jalar el gatillo.

Llego hasta una pequeña colina mientras miraba la ciudad de Nueva York en su máximo esplendor.

–. Entonces... ¿Hasta ahora nada? –le pregunto–. ¿Para que mierda confío en ti, Ríos? –lo miro con rabia–. ¡PRIDUROK! (Idiota).

–. Lo siento, señor Ivanov –bajo la mirada.

–. En lugar de buscar a quien te pedí que buscarás –le dice molesto–. ¡MATAS A LA HERMANA DE UNO DE LOS HOMBRES MÁS PODEROSOS DE LA MAFIA MUNDIAL! –mira a la ciudad–. Chert voz'mi (Maldito infierno).

–. Yo me encargaré de Leone –dice con miedo–. No tiene que preocuparse.

–. Cómo si fueras rival para Renzo Leone –suspira frustrado–. Yo me haré cargo y tu usa toda la capacidad de tu diminuto cerebro para encontrar a quien te pedí. No me obligues a hacer que no lo uses más.

–. Si, se-señor –dice y se va.

De nuevo se encontró solo, con sus hombres a un par de metros. Miro la ciudad bulliciosa. Su búsqueda empezaba.