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Mi Sexy Hermanastro.

Mi Sexy Hermanastro.

Status: Terminada
Genre:Malentendidos / Elección equivocada / Traiciones y engaños / Completas
Popularitas:18.4k
Nilai: 5
nombre de autor: abbylu

Luego de una decepción amorosa Lila viaja a Londres buscando la contención de su padre pero en el camino encuentra algo más que solo amor y contención familia. Una nueva historia da comienzo en medio de toda su crisis sentimental.

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capítulo 9

El sol se filtraba tímidamente por las cortinas cerradas, lanzando haces de luz dorada sobre la alfombra beige de la habitación. Vladímir fue el primero en despertar, aún completamente vestido, con la camisa arrugada y los primeros botones desabrochados. Estaba recostado en el borde de la cama, con una expresión serena, casi en paz, aunque su mente comenzaba a repasar la noche anterior en imágenes difusas, encendidas, marcadas por el deseo contenido.

No había sucedido nada... y, sin embargo, todo había cambiado.

Giró ligeramente el rostro y la vio. Lila dormía boca abajo, cubierta apenas con la sábana hasta la cintura. Su espalda desnuda quedaba expuesta como una pintura, y sus cabellos oscuros se desparramaban sobre la almohada. Su respiración pausada lo tranquilizó. Por un segundo, Vladímir sintió que el mundo se detenía allí, en esa habitación con olor a champú y loción corporal.

Se levantó lentamente para no despertarla. Caminó hacia la ventana y descorrió apenas la cortina. Desde allí podía ver los jardines del hotel, donde el rocío de la mañana aún brillaba sobre las flores. Respiró hondo. ¿Qué demonios había pasado anoche?

Recordaba el ascensor. El beso entre Carla y Dimitri. El comentario de Lila. La habitación. La bata cayendo...

Su mandíbula se tensó.

—Juegas con fuego —susurró para sí mismo, recordando lo que ella le había dicho.

Y sí, había estado a punto de quemarse.

Lila se movió en la cama, murmuró algo entre sueños y, al abrir lentamente los ojos, lo buscó en la habitación, como si supiera que él aún estaba allí. Cuando lo vio de pie, de espaldas a ella, se incorporó hasta quedar sentada, cubriéndose el pecho con la sábana.

—Buenos días... —dijo con voz ronca, recién despertada, y con las mejillas encendidas por la vergüenza.

Vladímir giró. La imagen de ella así, sin pretensiones, con el rostro aún enrojecido por el calor del sueño, le pareció devastadora.

—¿Dormiste bien? —preguntó con voz controlada, cruzando los brazos.

Lila asintió lentamente, pero luego frunció el ceño.

—¿Por qué estoy desnuda? ¿Acaso tú y yo... anoche...?

Vladímir levantó una ceja, divertido por su confusión, y decidió jugarle una broma. Se acercó a ella peligrosamente y dijo:

—¿No lo recuerdas?

Lila negó con la cabeza, buscando en su memoria algo que le dijera qué había pasado.

Vladímir, queriendo vengarse por lo que ella había intentado la noche anterior, susurró cerca de su oído:

—Dijiste que lo recordarías...

—Yo...

—Cuando entramos, te metiste a la ducha, saliste y me sedujiste... me mostraste tu cuerpo desnudo y...

—¡Para! Por favor —suplicó ella, con la cara completamente roja de vergüenza. Aun así, lo único que logró preguntar fue—: Dime... ¿nos cuidamos?

Vladímir hizo todo lo posible por no reírse, pero pronto su rostro se volvió serio.

—Tal vez no te lo dije... o no te diste cuenta, pero si tú y yo hicimos eso... fue mi primera vez, y quiero saber si nos cuidamos.

Vladímir guardó silencio por un segundo y preguntó con incredulidad:

—¿Cómo que tu primera vez? ¿Acaso tú y tu prometido nunca...?

—Eso es obvio, ¿no? Quería llegar virgen al matrimonio... quería que fuera especial...

Sin más, Lila se echó a llorar. Vladímir, al verla así, no pudo seguir con su juego.

—No pasó nada —dijo con sinceridad—. Te desvestiste y te pedí que te acostaras. No iba a aprovecharme de ti.

Lila retiró las manos de su rostro y, al ver que Vladímir tenía una sonrisa en el suyo, frunció el ceño.

—Fuera... vete de la habitación.

—Muy bien, me voy. Solo una última cosa.

Vladímir se acercó a ella una vez más. Sin que Lila lo esperara, se inclinó hacia su rostro y, con la mirada fija en sus labios, murmuró:

—No soy un pervertido. Jamás podría aprovecharme de alguien que no está en sus sentidos. Pero eso no quiere decir que sea de piedra. No vuelvas a provocarme como lo hiciste anoche... o, en serio, no podré contenerme.

Sin más, se alejó nuevamente, tomó su saco del sillón y salió de la habitación.

Lila se quedó sola, sentada en la cama, con el corazón golpeando fuerte dentro del pecho. La habitación parecía más grande sin Vladímir, más vacía… más real. Se llevó una mano al rostro, aún caliente. No sabía si era por la vergüenza, la rabia o el alivio. ¿Qué demonios había hecho la noche anterior?

Miró a su alrededor: su vestido estaba cuidadosamente doblado sobre el sillón, y su ropa interior, seca, colgaba del respaldo. No había huellas evidentes de un error imperdonable, pero su mente no dejaba de bombardearla con preguntas, imágenes inconexas y sensaciones.

—¿Cómo pude perder el control así? —murmuró.

El recuerdo de la bata deslizándose por su piel la hizo querer enterrarse bajo tierra. Lo había provocado. Sin sutilezas. Y, sin embargo, él la había detenido. La había cuidado.

Sus labios temblaron.

Él no era como los demás.

Se levantó aún temblorosa, caminó hasta el baño y se miró en el espejo. Tenía los ojos hinchados, pero su expresión no era solo de vergüenza: había curiosidad, miedo… y algo más profundo que no se atrevía a nombrar. Se sujetó del lavabo y se obligó a respirar.

—Tienes que salir de aquí —se dijo con firmeza.

---

En el pasillo del hotel, Vladímir caminaba con las manos en los bolsillos, el saco al hombro, la camisa todavía sin abotonar del todo. Parecía relajado, pero su mente estaba lejos de estarlo. La imagen de Lila, tan inocente, tan entregada —y tan vulnerable— lo tenía en una batalla interna que le carcomía el pecho.

Había estado a un suspiro de cruzar una línea que no debía.

Y aunque no había sucedido nada… el deseo seguía ahí, como una semilla enterrada esperando la chispa.

Sacudió la cabeza y se dirigió al comedor. Allí, Dimitri ya estaba desayunando con Carla.

—Vlad… —dijo Dimitri, sin dejar de sonreír como un idiota—. ¿Dormiste bien?

—Perfectamente —respondió él, tomando una taza de café sin sentarse.

—¿Y Lila? —preguntó Carla con tono casual.

Vladímir los miró y, con una sonrisa, contestó:

—Sigue dormida. Y antes de que empiecen con teorías ridículas: no pasó nada.

Carla arqueó una ceja divertida, y Dimitri, mirando serio a su amigo, contestó:

—¿Y por qué tendría que haber pasado algo? ¿Acaso me estoy perdiendo de algo?

Vladímir, sin querer despertar a la bestia, tomó asiento frente a su amigo y respondió:

—Nada, hermano.

---

Una hora después, Lila bajó. Había tardado en arreglarse más de lo normal, no por vanidad, sino porque no sabía cómo mirar a los ojos a nadie. Caminó hasta el jardín, esperando que el aire fresco calmara su ansiedad.

Pero lo que no esperaba era encontrarlo allí.

Vladímir estaba sentado bajo una pérgola, leyendo un libro. Levantó la vista al sentir su presencia.

—Estás despierta —dijo con neutralidad.

Lila asintió, sin acercarse.

—No sabía que estarías aquí.

—Este es el único lugar tranquilo —respondió, cerrando el libro—. ¿Quieres sentarte?

Ella dudó, pero al final se acercó y se sentó a su lado, dejando espacio entre ellos.

Hubo un largo silencio, hasta que ella lo rompió:

—Gracias… por anoche. No sé qué me pasó. Yo no soy así.

Vladímir la miró de reojo.

—No necesitas justificarte. Todos tenemos noches en las que no somos nosotros mismos.

—Pero tú fuiste… tú fuiste mejor de lo que esperaba.

—¿Eso es un cumplido?

—Es… un agradecimiento sincero.

Otro silencio, más breve. Luego, Lila lo miró directamente. Vladímir apartó la mirada, como si necesitara encontrar las palabras justas.

—No quiero ser solo eso para ti. No quiero que, si algo llega a pasar entre nosotros, sea por un momento impulsivo, una copa de más o un arrebato. Quiero que sea… real.

Lila sintió que el corazón se le encogía.

—¿Y si nunca pasa?

Él la miró ahora, directo, firme.

—Entonces, al menos sabré que hice lo correcto.

Sus miradas se cruzaron un instante que pareció eterno. Luego, Lila bajó la vista, con una sonrisa pequeña y honesta en los labios.

1
yuli
es un capítulo muy fuerte.. así pasa a veces no perdonamos a las personas q queremos y cuando están al borde de la muerte hay mucha culpa
Lilith
por que debía disculparse con Elena? Ella no hizo nada JAJA
Lilith
la verdad que se sienta mal o algo así porque él encontró una buena mujer sería tonto /Drowsy/. Ella dañó todo, él tenía derecho a seguir ni guardar un luto
Lilith
Frustrante jajaja la verdad es que es difícil perdonar todo y hasta donde tuvo que llegar para decir eso
Lilith
Y Carla ni tenía culpa de nada 🥲🥲🥲
Lilith
Pero si ya tenía un amante, por que no estuvo ahí? eh?
dañó a su familia por un desliz que ni siquiera fue seguro.
Su madre se merecía eso por dañar todo.
Pero Lila no
Lilith
es que la culpa es de sus padres! no deberían echarse culpas! 🙄🙄
Básicamente ellos dañaron la relación de sus hijos.
Lilith
en realidad la culpa es de la madre.
TODO.
Ella traicionó a su familia, y luego hizo escoger a sus hijos, más que nada el hecho de que el otro se enteró de la peor forma, no fue capaz de nada.
le segunda el padre al no ser fuerte y dejarla a tiempo, que dañó a sus hijos.
y para colmo ella se descarga con su hermano que no tiene culpa, no es obligación querer hablar con su madre
Sory Calderon
un renacimiento
Elizabeth Sánchez Herrera
,ame tu novela escritora hermosa te felicito
Lilith
pero como Lila es pendeja se dejará llevar no más en esos comentarios.
Que fastidio cuando dices algo y no cumplen, yo me largaba de ahí 🙄🙄
Arantza
Excelente. Realmente es una historia con una trama muy profunda y con la que muchas personas vienen hoy en día, y los que más sufren con todo ello son los niños. Y pese a lo que sufrió en un inicio la protagonista en lo sentimental pudo reencontrarse con su familia y encontrar a alguien que verdaderamente la amara.
Mar Ramírez
autora no pusiste el CAP 31
Abbylu: si esta...
total 1 replies
Deby Gonzalez
ella tiene razón, era problema de los padres, no de los chicos
Gabriel
excelente
Bianca Shirley Riquelme
Y pensé que la ñora era pesada y sale con estos comentarios 😂😂😂😂🤣🤣🤣🤣
Martha Lucia Montaño
Muy hermosa la historia.
Rurcel Lacourt
me muero.
dos hermanos y ahora con quién. dioooooos que dilema
🤎 Lisseth 🤎
Excelente gracias
Aletse Mendoza
fue corta concisa y hermosa la novela me hiciste llorar por lo de la mamá y me gustó como se desgloso todo gracias autora por esta maravillosa novela
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