Secretos De Una Poción

Al dia siguiente Charles se levento al amanecer.. apenas habia terminado de abrocharse el abrigo cuando vio a Ursula cruzar el pasillo con su bolso de frascos y notas, lista para marcharse.

Duque: señorita ursula.. me prometió que desayunaría antes de salir.

ella se detuvo, giró apenas la cabeza, y sus ojos mostraron una mezcla de fastidio y sorpresa. parecía que no esperaba que él estuviera despierto tan temprano.

Ursula: solo iba a recoger unas muestras, no tardaba..

Duque: una promesa es una promesa

Ursula suspiró con resignación, apretó los labios y, para la sorpresa del duque, se dio media vuelta y regresó al comedor como si fuera una niña regañada.. arrastraba un poco los pies, murmurando algo sobre hombres testarudos y desayunos innecesarios.

cuando se sentó, el duque ordenó que le sirvieran pan caliente, miel y frutas. ella lo miró de reojo, con los brazos cruzados.

Ursula: ¿feliz?

Duque: mucho.. al menos así sé que no se desmayará antes del mediodía.

Ursula rodó los ojos, pero tomó un trozo de pan y empezó a comer en silencio. el duque la observaba sin decir nada más, sabiendo que cualquier palabra de más podía romper ese pequeño y raro momento de paz entre ellos.

cuando terminó, ella se limpió las manos y dijo con calma:

Ursula: bien, ahora sí puedo irme a trabajar… ¿contento, su excelencia?

Duque: mucho más de lo que imagina

Ursula suspiró, aunque en sus labios se asomaba una sonrisa apenas perceptible.

Cuando llegaron al pueblo, apenas bajaron del carruaje, Ursula fue directo hacia las casas donde estaban los niños, sin siquiera esperar que el duque terminara de saludar a los aldeanos. los padres los recibieron con sorpresa, algunos aún con desconfianza, pero cuando Ursula preguntó por los tres pequeños de los brazaletes, todos se miraron entre sí y sonrieron.. uno de los niños, el más pequeño, salió corriendo hacia ella riendo. su piel, antes irritada y cubierta de manchas, ahora estaba limpia, sin una sola marca. Ursula se agachó de inmediato, lo tomó de las mejillas y lo observó detenidamente, incrédula.

Ursula: esto... esto es fantastico.. está completamente sano...

Duque: significa que funcionó?

Ursula levantó la mirada, los ojos brillándole con una mezcla de asombro y alegría. y sin pensarlo, sin medir el gesto, se lanzó a abrazarlo con fuerza.

el duque se quedó completamente inmóvil, sin saber qué hacer. sus manos quedaron en el aire, y solo después de unos segundos se atrevió a rodearla con cuidado, como si temiera romper algo valioso.

Ursula: ¡funcionó, funcionó! sabía que las dosis controladas podían neutralizar el efecto del polen, pero no pensé que tan rápido…

él no respondió. solo la miró, fascinado. la sentía tan diferente en ese momento.. sin su tono desafiante, sin el ceño fruncido ni las palabras afiladas. solo una mujer emocionada, genuinamente feliz por haber salvado a un niño.

Ursula se separó de golpe al darse cuenta de lo que había hecho, carraspeó y dijo algo torpe como..

Ursula: bueno... ya tenemos los primeros avances..

y giró rápidamente para examinar a los otros dos niños, ocultando el leve rubor en sus mejillas.. el duque, todavía sonriendo, solo pensó que jamás había visto una reacción tan pura en alguien tan fuerte.

Ursula sostuvo su brazalete entre las manos, observando como las flores secas que habia combinado con su magia emitían un suave resplandor. Era una señal de que funcionaba, aunque de manera temporal. Miró al duque con una mezcla de alivio y determinación.

Ursula: Estos brazaletes nos daran tiempo.. pero necesitamos encontrar una solución definitiva. No podemos depender de ellos para siempre.

El duque asintio, sujetando suavemente la mano de Ursula. Su mirada estaba llena de preocupación y ternura a la vez.

Duque: Confío en ti.. Si alguien puede lograrlo, eres tú.

Ursula volvio de inmediato a la mansion esa tarde, haria tantos brazaletes como pudiera para ayudar a mas niños. Se sento en su escritorio, rodeada de flores secas y polvos magicos, y empezo a trabajar sin descanso. Cada brazalete que terminaba, lo probaba con un poco de su magia para asegurarse que funcionara.

El duque la observaba en silencio desde la puerta, sin querer interrumpirla, pero su corazon se llenaba de orgullo al verla tan decidida. Mientras trabajaba, Ursula pensaba en los niños del pueblo, en sus caritas llenas de miedo y confusión antes de que los brazaletes hicieran efecto. No podia permitir que volvieran a pasar por eso, y eso la empujaba a no descansar ni un minuto.

A medida que caia la noche, la mesa estaba llena de brazaletes listos, y Ursula sentia un cansancio que nunca habia conocido, pero tambien una satisfaccion profunda. Sabia que cada uno de esos brazaletes era una promesa de proteccion, aunque temporal, y eso la llenaba de esperanza.

Duque: Lo estas haciendo muy bien.. Gracias a ti, muchos niños estaran a salvo.

Ursula: Es solo el principio.. aun tenemos que encontrar una solucion definitiva.

Al dia siguiente, el duque entro al laboratorio y la encontro dormida sobre la mesa, con los cabellos desordenados y varias flores secas esparcidas a su alrededor. Habia trabajado toda la noche, y eso se notaba en las marcas de cansancio en su rostro.

El duque la miro con una mezcla de admiracion y preocupacion. Se acerco despacio y le tomo la mano, aun tibia del esfuerzo de la noche.

Duque: Ursula… deberias descansar un poco. No puedes cargar con todo sola.

Ursula: Solo un momento mas… quiero terminar estos brazaletes… los niños…

El duque suspiró, y con cuidado la levantó en brazos, pensando en llevarla a su habitacion. Su determinacion y sacrificio lo conmovian profundamente, pero tambien sabia que necesitaba protegerla tanto como proteger a los niños.