Yeong, líder implacable de una peligrosa mafia en Corea del Sur, no cree en el amor y vive en un mundo donde los sentimientos se pagan con sangre. Tae-Joon, un brillante estudiante de derecho, cree en la justicia y sueña con cambiar el mundo.
Cuando el destino los cruza, secretos y lealtades serán puestos a prueba.
¿Puede el amor sobrevivir cuando se construye sobre un crimen?
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Capitulo IX ( ahogados en el deseo)
Tae llega a la mansión casi sin ánimos, el día en la facultad estuvo bastante estresante, las clases agotadoras, escapar del primo que lo cuidaba, todo era muy desgastador.
Deja su mochila en el sofá, y se encamina al baño. Quiere relajarse, darse una ducha caliente y desconectar del mundo por un instante. Tararea una canción mientras sube las escaleras para ir al cuarto, se quita la camisa por el pasillo sin imaginar que no está sólo.
Abre la puerta del baño sin pensarlo, como siempre. El vapor lo envuelve al instante, caliente y denso. Da un paso dentro...y se congela.
Yeong está ahí...bajo el agua. De espaldas al cristal, con la puerta entre abierta.Tae se queda inmóvil un segundo, atónito.
T: ¡ahh ! Lo siento, no sabía qué (balbucea mientras se giraba para salir)
Pero antes de que pudiera retroceder, una mano firme lo toma del brazo.
Yeong ...
Mojado, desnudo, con el cabello pegado a la frente y la mirada encendida, como si el vapor le hubiera despertado algo más que solo calor.
y: ¿a dónde vas?( preguntó con susurro grave)
Tae traga saliva. Su camiseta cuelga de su mano y el pecho desnudo se le enfria con el contraste del vapor. No puede sostenerle la mirada, pero tampoco puede zafarse.
Yeong lo jala con lentitud, metiéndolo a la ducha sin darle opción. La ropa de Tae se pega a su piel al instante. El agua caliente lo empapa de pies a cabeza mientras Yeong lo observa sin prisa, como si lo desnudara con los ojos.
Y: Estás tenso, déjame ayudarte a relajarte (susurrándole al oído)
El vapor empaña las paredes de mármol. El sonido constante del agua lo envuelve todo,pero lo único que Tae puede escuchar con claridad es su propio corazón golpeando en el pecho...y la respiración de Yeong, pesada, cada vez más cercana.
Yeong no lo suelta. Su mano firme sigue en la base de su espalda, guiándolo, atrapándolo. Su cuerpo lo envuelve , y el calor no viene solo del agua.
Cuando los labios de Yeong lo atrapan, no ahí espacio para ternura. Es un beso lleno de hambre, de dominio. Sus lenguas se buscan, se desafían, y Yeong lo empuja lentamente contra la pared de la ducha,quitándole los pantalones, una de sus piernas entre las de Tae, presionando justo donde sabe que lo va a hacer temblar.
Tae gime contra su boca, apenas un susurro, y eso parece encender aún más a Yeong.
Y: Mírame (le ordena con voz baja y ronca)
Tae levanta la mirada, empapado, las gotas deslizándose por sus pestañas. Yeong lo observa como si lo devorara con los ojos. Sus dedos bajan, rozan su abdomen, su cadera...hasta envolverlo con una firmeza que le roba el aliento.
Y: Sigues tenso ( murmura, con una sonrisa oscura)¿fue solo por verme o ya me querías desde antes?
Tae no responde. No puede. Apenas puede respirar cuando Yeong empieza a acariciarlo con movimientos lentos, calculados, crueles. Su cuerpo responde con espasmos involuntarios, caderas que se acercan buscando más.
Yeong se arrodilla frente a él, el agua cayéndole encima mientras besa la piel húmeda de su bajo vientre, sus muslos, cada parte con una devoción bruta. Luego, lo toma con la boca, y Tae se pierde por completo.
Sus piernas flaquean. Se sostiene como puede contra la pared, jadeando, temblando mientras Yeong lo devora con la lengua, con los labios, con una experiencia que desarma toda resistencia. Sus manos en las caderas de Tae son una jaula. No lo deja escapar, no lo deja pensar.
Y cuando siente que está al borde, Yeong se detiene.
Tae deja escapar un gemido de frustración, de necesidad pura, pero Yeong se pone de pie y lo gira con desición. Lo hace enfrentar la pared de mármol, y su cuerpo se ajusta al de él por detrás. Siente la dureza de Yeong contra él, caliente, palpitante, sin barreras. Yeong lo besa en la nuca, en el hombro, con más desesperación que control.
_Voy a entrar( le susurra en el oído)si no quieres...détenme ahora.
Tae solo inclina la cabeza hacia un lado, dándole acceso,temblando de anticipación.
Yeong no espera más.
Se acomoda detrás de él,lo toma por la cadera, y lo penetra con un solo movimiento lento, profundo. Tae se arquea, el aire escapando de sus labios en un gemido ahogado. El agua no puede calmar el fuego que les recorre el cuerpo.
Yeong se mueve con fuerza, con ritmo, con precisión brutal. Lo empuja contra la pared con cada embestida, sus jadeos graves chocando contra la nuca de Tae. Y sin embargo, sus manos lo tocan con cuidado, acarician su pecho , su abdomen, su sexo, como si quisiera darle placer desde todos los ángulos al mismo tiempo.
Tae pierde el control. Grita su nombre, se deja llevar, atrapado entre la dureza del mármol y la intensidad de Yeong.
Cuando ambos alcanzan el climax , es como una descarga eléctrica que los atraviesa. Tae siente su cuerpo rendirse por completo mientras Yeong lo mantiene firme contra él, temblando también, enterrado hasta lo más profundo, jadeando como si acabará de sobrevivir a una guerra.
Pasan unos segundos eternos sin decir nada.
Yeong lo abraza por detrás, aún dentro de él, su respiración lenta, su voz más suave que nunca.
Y: Nunca quise esto (susurra)Pero contigo, me es imposible resistirme
Tae no responde. Solo apoya la cabeza contra su hombro, dejándose sostener, sabiendo que aunque el agua siga cayendo... Yaa están ardiendo por dentro.