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Editando Mi Propia Historia.

Editando Mi Propia Historia.

Status: Terminada
Genre:CEO / Completas / Aventura de una noche / Reencuentro / Dejar escapar al amor / Amor-odio
Popularitas:5.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Loloy

Abigaíl, una mujer de treinta años, quien es una escritora de novelas de amor, se encuentra en una encrucijada cuando su historia, la cual la lanzó al estrellato, al sacar su último volumen se queda en blanco. Un repentino bloqueo literario la lleva a buscar a su hombre misterioso e intentar escribir el final de su maravillosa historia.

NovelToon tiene autorización de Loloy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 9

**Oficinas centrales, despacho privado de Erick Black**

—No es la primera vez que me pides esto, pero admito que esta vez… hay algo diferente en tu tono —comentó Nicolás Herrera, apoyado contra el escritorio de su mejor amigo, mientras hojeaba unos documentos que acababan de llegar.

—No quiero perjudicarla, Nico. Solo necesito entender con quién estoy tratando. Me parece que no es quien dice ser —respondió Erick, sin apartar la vista de la pantalla.

—¿Te refieres a la señorita Ferrer?

Erick asintió en silencio. Nicolás lo observó unos segundos antes de tomar asiento frente a él.

—He rastreado lo que me pediste. Es cierto, hay un lapso en su historial que no se puede justificar con ningún movimiento profesional. Tres años, prácticamente desaparecida. Antes de eso, una carrera prometedora en el mundo editorial, una boda cancelada con Leonardo Dupont —resopló con ironía—. Un imbécil que, por cierto, ha tenido más de un escándalo por abuso de poder.

Erick apretó la mandíbula.

—¿Y nada más?

—Solo rumores. Se dice que ella renunció antes de que estallara algo más grande. Que hubo una campaña silenciosa para sepultar su nombre. Pero eso no está en los registros oficiales. Se nota que alguien muy hábil o con buenos contactos borró su rastro.

—O ella misma —murmuró Erick.

—Puede ser. A veces el silencio es el mejor mecanismo de defensa. Y si me preguntas, no me parece una amenaza. Pero entiendo tu necesidad de saber. Solo… ten cuidado, hermano. No pareces solo curioso, pareces involucrado.

Erick lo miró de reojo. No respondió.

---

**Días después, en una reunión casual en la oficina**

Abigaíl estaba archivando unos documentos en la sala contigua cuando sintió la presencia de Erick cerca. Él fingía revisar unos papeles, pero su mirada la buscaba, atento a cada uno de sus movimientos.

—Se nota que dominas bien más de lo que dices, señorita Ferrer —comentó, con voz casual.

Abigaíl alzó la vista, sorprendida por el tono.

—¿Lo dice por…?

—Por tu manera de adaptarte a todo. Como si ya hubieras vivido esto antes. Incluso cuando todo se pone tenso —añadió, con una ligera sonrisa—. Como si no fuera tu primera vez en este tipo de ambiente.

Ella sonrió también, con el gesto controlado.

—Supongo que he tenido que aprender rápido.

—O tal vez solo estás jugando a empezar de cero —dijo él con suavidad, dejándole la frase en el aire, como si no quisiera presionar… aún.

Ella no respondió de inmediato, pero en sus ojos se encendió un brillo alerta.

—¿Está insinuando algo, señor Black?

Él negó, dándose media vuelta, como si la conversación hubiera sido meramente trivial.

—Para nada. Solo comentaba. Es curioso cómo algunas personas saben esconderse tan bien a plena vista.

Y con eso, se marchó, dejándola sola, con la sensación de que, por primera vez, alguien veía más allá de su fachada.

***

Por la tarde en la empresa.

La mayoría de los empleados ya se había marchado, y el silencio en los pasillos era casi absoluto. Abigaíl organizaba unas carpetas para entregar al día siguiente cuando escuchó pasos acercándose. Al alzar la mirada, se encontró con **Nicolás Herrera**, el abogado de la empresa… y, aunque ella no lo supiera del todo, el mejor amigo de Erick.

—¿Trabajando hasta tarde, señorita Ferrer? —preguntó con tono afable, aunque sus ojos brillaban con una intención más aguda.

—Solo quería dejar todo listo para mañana. No me gusta dejar cabos sueltos —respondió ella con una sonrisa medida.

Nicolás asintió y se acercó, apoyando una mano sobre la mesa mientras hojeaba sin permiso uno de los documentos, más por cortesía que por interés.

—Se nota que eres meticulosa. No muchas personas tienen esa disciplina… salvo que estén acostumbradas a mantenerse un paso adelante.

Abigaíl lo observó por un segundo. Él hablaba como quien lanza anzuelos.

—Bueno, supongo que el tiempo enseña ciertas cosas —dijo ella, sin apartar la mirada.

—Estoy seguro de que sí —asintió él, casi murmurando—. Aunque no todos vuelven para aplicar lo aprendido… algunos simplemente desaparecen.

Hubo un silencio cargado. Abigaíl fingió concentrarse en sus papeles, pero su espalda se tensó.

—¿Necesita algo más, señor Herrera?

—No, nada urgente. Solo quería conocerte un poco más —dijo, caminando hacia la puerta—. Eres un misterio interesante, Abigaíl Ferrer. Un apellido común, pero… con una historia que aún no termino de entender.

Ella alzó la vista justo cuando él se volvía para mirarla una vez más.

—Pero no te preocupes. Solo soy abogado. Me gusta leer entre líneas, pero no siempre tengo razón.

Y se marchó sin más, dejándola con un cosquilleo en la nuca. Por primera vez, Abigaíl sintió que sus máscaras comenzaban a resquebrajarse… y que el juego había comenzado realmente.

** Minutos después**

Apenas la puerta se cerró tras él, Abigaíl soltó el bolígrafo con más fuerza de la necesaria. Cayó sobre el escritorio con un sonido seco que, por unos segundos, fue lo único que llenó la habitación.

Se quedó sentada, sin moverse, pero por dentro su mente era un torbellino.

*"Un apellido común... pero con una historia que aún no termino de entender."*

Las palabras de Nicolás resonaban como un eco afilado. No fue lo que dijo, sino **cómo** lo dijo. Cada sílaba, medida. Cada pausa, calculada. Como si él supiera. Como si estuviera **seguro**.

Apoyó los codos en la mesa y se frotó el rostro con ambas manos. ¿Cuánto sabía realmente? ¿Desde cuándo la estaban observando?

—No pierdas la calma —se dijo en voz baja, como si al oírlo de sus propios labios pudiera domar el nudo que crecía en su estómago.

Había planeado cada paso desde que decidió regresar. Cada documento, cada nombre, cada historia de respaldo. Había rehecho su identidad como quien cose un vestido a medida… pero **no había contado con Nicolás Herrera**. Un abogado con instinto para detectar fisuras.

Y peor aún… **el mejor amigo de Erick Black**.

Se levantó de la silla y caminó hacia la ventana. Desde allí, las luces de la ciudad titilaban como si también la estuvieran juzgando.

*"¿Por qué me lo insinuó? ¿Qué busca? ¿Asustarme? ¿Provocarme?"*

El corazón le latía con fuerza, pero no de miedo. Era **rabia contenida**. Porque si algo había aprendido en esos años lejos del mundo que la quebró, era a mantenerse firme. Ya no era la mujer que se escondía tras las palabras de otros.

—Si quieren jugar… jugaremos —murmuró, con una sonrisa apenas dibujada.

Aún tenía sus cartas. Y si algo tenía claro, era que no pensaba retroceder.

No ahora.

No otra vez.

1
ocalani
simplemente fantástica y que decir de la narrativa super felicidades.
ocalani
espero no terminen cuando ella le diga que es escritora y precisamente ha escrito sobre el y si relación.
ocalani
sublime no hay más ni mejor palabra para describirlo
Analy Cazar
excelente nocela
PJLF10012003
Excelente historia, muy bien redactada y con muchos párrafos llenos de alegría /Ok//Heart//Rose/
PJLF10012003
Una de las mejores historias que he leído en la app, tienes mi voto de confianza para las demás que vengan 🤗💋
Isley García
Muy linda tu historia.!!
Ximena Gonzalez
Hermosa tu historia Amiga me encantó
ocalani
super emocionante te felicito escritora
ocalani
super me encanta la narrativa
ocalani
esta interesante esperemos a ver que pasa 😉
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