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Crucigrama

Crucigrama

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Pareja destinada / Mujeriego enamorado
Popularitas:738
Nilai: 5
nombre de autor: Francia Laura

¿Que tanto impacto puede hacer un crucigrama en la vida de las personas?
Guillermo es mujeriego, las mujeres no le duran más de dos meses, salvo Elisa, con quien tuvo una relación de casi un año.
un amigo en común parece encontrar la medicina para los dos.
¿Podrá el crucigrama hacer cambios en Guillermo?

NovelToon tiene autorización de Francia Laura para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cara a cara

En el cuartel de la Marina se guarda silencio, y la bandera está izada a media asta.

-Sargento Terkes, usted no está desaparecida, usted está viva y lo sabemos – discursa el almirante – pero guardaremos este minuto de silencio por honor. Tengo la certeza de que con la ayuda de Dios usted vendrá a casa. Tenemos el orgullo de tener una sargento con carácter, dedicación y valentía…

Durante su discurso, en otro punto de la cuidad, para ser exacta, en el frontis de la embajada China, los familiares, amigos y conocidos de los desaparecidos y la fallecida piden que por favor traigan los cuerpos. Están en silencio, solo con pancartas y velas. Los padres de Patricia están devastados, la tristeza es profunda, los hermanos también lo están, extrañan a su hermana, sus amigos de la misma manera están tristes, perdieron a una amiga de manera repentina.

Los padres de Guillermo piden que por favor ubiquen a su hijo y lo devuelvan a casa, están dispuestos a pagar lo que cueste el trámite, búsqueda y viaje. Algunos amigos de Guillermo están presentes, algunos vendrán por la tarde, debido a su trabajo. Pero la familia de Elisa está ausente, son militares y no hacen este tipo de cosas, ellos más bien esperan noticias para estar actualizados y en base a ello mover contactos.

Gabriela estaba sola, pero solo hace acto de presencia con la foto de Elisa. Los padres de Guillermo se le acercan:

-Buenos días, soy la mamá de Guillermo quien me acompaña es mi esposo. - se presenta.

- Un gusto señorita. – se dan la mano.

- ¿Usted es familiar de Elisa? – pregunta la señora Alvarado al ver la foto de Elisa.

- Buenos días, señores, yo no soy familiar de Elisa, soy amiga de infancia.

- Pero, usted está sola ¿Es que a la familia nadie le importa a Elisa? – cuestiona la señora.

- Todos son militares, ellos no participan en este tipo de eventos. La disciplina militar procede de otra manera.

- Señorita – interviene el señor Alvarado – ya que usted conoce a Elisa, sáqueme de una duda.

- Dígame.

- Nosotros somos conscientes que nuestro hijo no tiene buena conducta, pero sabemos también, por medio de hombres de confianza, que la señorita Elisa Terkes estuvo de pareja con mi hijo por un tiempo prolongado, mucho más de lo habitual. - quiere expresarse con la mejor educación posible - Mi pregunta es ya que ambos están desaparecidos ¿Qué probabilidades hay de que mi hijo quede en abandono?  Siempre y cuando esté vivo. No lo tome a mal, como padres pensamos demasiado las cosas y hasta sacamos conclusiones precipitadas.

- Para empezar, su hijo es un mujeriego, en lo personal a mí me daría mucho gusto que Elisa lo abandone, para que pague por el daño, pero como militar que es, y porque la herida es muy fresca, es más probable que ella lo ayude a sobrevivir. –  Gabriela habla con seriedad y total sinceridad.

- La agradezco por responder a mi pregunta. - asienta con la cabeza y da un paso hacia atrás.

Gabriela abandona su presencia en la embajada de China, se despide de los señores con educación porque fueron educados con ella, ya hizo su acto de presencia, ya dejó la vela en señal de representación del cuerpo de Elisa.

Gabriela no está triste, porque antes de venir a la embajada, llamó a la mamá de Elisa y le dio consuelo y le dijo de no estar triste porque Elisa está entrenada y sabe perfectamente lo que tiene que hacer.

Mientras ella se aleja, una mano le toca el hombro, Gabriela se asusta, pero era la señora Alvarado.

-Hija, soy yo. No te asustes. Quería preguntarle si había desayunado. Me falta mi hijo, me gustaría que usted nos acompañe para soportar un poco la soledad.

- No sería mala idea, señora, pero debo entregar un pedido y se me hace tarde.

- La podemos llevar en nuestro auto, cosa que así no llegue tarde ¿Vive lejos? Nuestro guardaespaldas la puede llevar.

- No señora, no se preocupe, puedo tomar el bus.

- Es hora punta, hay mucho tráfico. Por favor, acepte nuestra ayuda. – ella persevera.

- Está bien.

Gabriela aceptó y junto con la señora se sientan atrás.

-Marcos, hay que ir a la casa de mi invitada. - ordena a su guardaespaldas.

- Si señora.

El hombre de confianza abre la puerta y espera a que ellas hayan subido para cerrar la puerta, luego se la abre al señor en el asiento del copiloto y se van en dirección de la casa de Gabriela.

La señora le habla como si fuera su madre, y conversan comparten fotos, pero sin olvidar de guiar al chofer para llegar a tiempo a casa. Gabriela tiene que encajar la torta antes de bajarla y poder entregarla al cliente.

Al llegar a casa, un auto llega de manera frontal, y eran los padres de Elisa.

-Señorita – avisa el hombre de confianza – un auto nos cierra el pase.

- A ver – se inclina hacia adelante para ver el auto y lo reconoce por la placa – son los padres de Elisa. De seguro tienen noticias de mi amiga.

- Bajamos todos – dijo el señor Alvarado – les debemos unas disculpas.

Gabriela es la primera en bajar sin esperar a que el chofer le abra la puerta, ella bajó y fue directo a abrir la puerta para invitar a los Terkes, pero junto con los Alvarado han preferido darse las caras. Y ambos padres son lo que hablan.

-Señor Terkes, buenos días. Soy Raymundo Alvarado. Un placer en conocerlo. – le da la mano.

- Señor Alvarado. Buen día. ¿En qué le puedo ayudar? – responde al saludo con un apretón firme de manos.

- Como verá, hemos traído a casa a la señorita Gabriela, ella está bien. La hemos conocido hoy en la embajada China.

- Bien, tengo entendido que fue en acto de presencia para mi hija. – mantiene su seriedad.

- Aprovechando oportunidad de verlo, quería pedir una disculpa en el nombre de mi familia por la mala conducta de mi hijo.

- Su hijo se ha aprovechado descaradamente de la inocencia de mi hija. – su voz es neutral.

- Lamento mucho lo que pasó en el vuelo de conexión a China. – bajó la cabeza.

- Es lamentable también para ustedes, yo estoy tranquilo, sé de qué está hecha mi hija. - se hincha de orgullo al hablar de su hija.

- Pero se trata de nuestros hijos, son jóvenes en tierra desconocida, están desaparecidos. – se quiebra de la tristeza.

- Tiene razón, hay preocupación, pero mi hija tiene entrenamiento militar, eso le va a ayudar mucho.

- ¿Y el idioma? Es una gran barrera. – su preocupación se sentía en cada palabra.

- Mi hija domina el chino. La barrera no existe para ella. – se expresa con seguridad.

-  Señor Terkes ¿Qué podemos hacer para reparar el daño? –  quiere indemnizar económicamente el daño.

- El daño lo hizo su hijo, por lo tanto, es hijo quien debe pagar. La decisión la toma mi hija, ella es la agravada, ella dirá el costo del daño. Nosotros solo somos los progenitores, somos ajenos al problema de los hijos, ellos deben aprender a resolver sus problemas. No podemos interferir, ya no son niños, se supone que a ellos les hemos dado educación y es la educación la mejor arma de defensa. – es la conclusión del señor Terkes.

- No había pensado en eso. Yo solo quería hacerlo en nombre de la familia por error de mi hijo.

- El que comete el error es quien debe pagar, ahora que usted no enseñó a su hijo a ser responsable de sus actos, estamos hablando de irresponsabilidad paternal.

- Mi hijo es oveja negra. Quiero que cambie, va a sufrir y no lo niego, pero como padre no quiero ver a mi hijo sufrir. – se quiebra nuevamente.

- Cada quien construye su destino, cada quien debe cargar con su propia carga de responsabilidad. - sentencia el señor Terkes.

- Me estoy dando cuenta de la educación que le ha dado a su hija. – se rinde, está en desventaja contra Terkes.

- Somos militares, es nuestra manera de pensar y eso es lo que transmitimos a nuestros hijos. - mantiene su postura.

- Entiendo. Nuevamente mis disculpas.

La conversación termina de esta manera, los Alvarado se retiran, los Terkes también se fueron y Gabriela está en camino a la casa del cliente con la torta, va a pie, no es muy lejos de casa.

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