Un Golpe: Vínculo Mortal

En un tren casi vacío, un joven de cabello rojo y ojos marrones estaba sentado, con el asiento a su lado vacío. Escuchaba las noticias a través de sus audífonos, mientras sostenía su celular. En la pantalla, se transmitían las actualizaciones del día. El presentador, un hombre atractivo de ojos rojos, relataba:

—Esto es R.I.P. News, informando que se ha emitido una alerta de búsqueda, tortura y ejecución para el cazador Elysian, quien ha estado desaparecido desde que asesinó a su observador hace una semana. La familia D'Arcy, temida por muchos, ha ofrecido una recompensa tentadora: una oportunidad única de ascenso de rango, algo que solo unos pocos cazadores han logrado igualar. En otras noticias... el escándalo del milenio: el heredero del duque sangriento ha decidido vivir como humano y...

El joven sonrió al escuchar la mención de la recompensa, sintiendo una emoción creciente. Un escalofrío le recorrió la espalda, y sus ojos marrones se tiñeron de rojo, revelando su verdadera naturaleza no humana. Su oportunidad había llegado.

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Mientras tanto, Elysian, que llevaba un sombrero que cubría parcialmente su rostro, caminaba junto a Michael. Ya habían pasado días desde que abandonaron la casa del pelinegro, buscando alejarse de la gran ciudad. No era un lugar seguro para ellos.

Los vampiros, amantes de los lujos y las comodidades de las ciudades humanas, se habían camuflado entre la gente hacía mucho tiempo. Los cazadores, por su parte, preferían la seguridad de sus clanes, por lo que no era común verlos en las ciudades, a menos que estuvieran buscando un objetivo claro. Sin embargo, eso no significaba que estuvieran ajenos a la tecnología o que no interactuaran con la sociedad humana.

Michael había empezado a comprender algunas cosas sobre este mundo recién descubierto. Se sorprendía a cada paso, dándose cuenta de lo ignorante que seguía siendo. El anochecer se acercaba cuando se observaba a lo lejos un pueblo que parecía tener pocos visitantes, pero Elysian parecía recordar el lugar. Había avanzado sin dudar, tomando cada desvío con seguridad.

Michael no preguntó por qué debían ir allí, consciente de que Elysian solo compartiría lo que considerara necesario. Aun así, la curiosidad seguía ardiendo en su interior, aunque sabía que presionarlo no llevaría a nada.

El camino no había sido fácil, pero tampoco habían puesto su vida en peligro. Elysian había sido extremadamente cuidadoso durante todo el trayecto, evitando lugares con cámaras de seguridad y cubriéndose el rostro siempre que era necesario. Sin embargo, lo más complicado no había sido eso; para llegar a aquel pueblo remoto, tuvieron que caminar durante días, lo que causó en Michael un dolor intenso en los pies y un fuerte cansancio al cargar la mochila. Este dolor se transmitía a Elysian a través del vínculo, lo que lo ponía de mal humor.

Hubo incluso un momento, para la vergüenza de Michael, en el que Elysian, con una expresión de irritación, colgó todas sus maletas en su espalda y lo cargó en brazos como a una princesa. Fue un alivio que solo estuvieran ellos dos, de lo contrario, Michael habría deseado enterrar su cabeza en la arena de la vergüenza.

Cansado de pensamientos que lo avergonzaban, Michael miró sus pies. Sus pasos se hicieron lentos, y sin querer, chocó contra el pecho de Elysian. Retrocedió de inmediato, frotándose el hombro con una mueca de dolor.

—¿Por qué te detuviste? —preguntó de inmediato, separándose un poco mientras seguía adolorido por el golpe.

En respuesta, Elysian lo miró como si estuviera diciendo algo estúpido, señaló la entrada del pueblo que estaba a su lado y dijo:

—Ya llegamos.

Fue entonces cuando Michael pudo ver el pueblo con claridad, comparado con su vista lejana. Frente a sus ojos, el pueblo olvidado se llenó de unos cuantos sonidos, murmullos y risas.