Los 3 Papás De Mi Hija.

Ni siquiera sé que responderle, lo que me cuenta parece material de una película de terror con una loca descuidada que escapó del manicomio.

- ¿Cómo estas tú con todo esto Donovan?

- Luchando día a día, ya no voy a casa de mi padre y estoy iniciando mi propio negocio, si esa perra cree que voy a doblegarme por una herencia está muy equivocada, pero mi padre ya es otra cosa. No quiero que nada le pase aun así él no está dispuesto a escuchar razones.

- ¿Le has mostrado evidencia?

- Si y aun así no me cree, ella solo tiene que fingir llorar y actúa lamentable mientras dice que son todas mentiras, que yo la odio por usurpar el lugar de mi madre y justo así acaba todo.

- Lamento mucho escuchar eso, ella es muy inteligente y demasiado malvada. Deberías de tener cuidado.

- Gracias Luna. Por escucharme y por tus palabras de aliento y preocupación.

- Solo asegúrame que yo no estaré en problemas.

- Tranquila, jamás permitiría que ella se acerque a ti y te haga daño. Es mi deber por meterte en este lío aunque nunca imaginé que podría llegar a estos extremos.

- Está bien confío en tu palabra. ¿Así que el padrino y mejor amigo del novio?

- Si, Aziel y yo somos viejos conocidos, no podía perderme su gran día. Lo mejor de todo es que pude volver a verte a ti también.

Su ducha es mi desgracia, pero ahora entiendo que no solo yo he tenido una vida difícil y que no importa que clase de persona o situación económica tengas las desgracias y el dolor llegan para todos igual. Al menos yo tengo a Estrella en mi vida.

- Ya me tengo que ir alguien me espera en casa.

- Entiendo, espero volver a verte antes de irme.

- Adiós Donovan, deseo de corazón que tu situación mejore y que seas feliz.

No puedo odiarlo, él desde ese día fue muy amable conmigo y en cierta forma aunque no tenía que pasar nada entre nosotros, pasó y fue por voluntad de ambos así que siento que no nos debemos nada.

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Aziel luego de esa discusión salió del hotel a despejar su mente. - Esa mujer es el diablo en persona, nunca entenderé por qué se aferra tanto a algo que de ninguna manera funcionará, yo desde el comienzo le deje claro que no quería nada con ella y aun así se esforzó al máximo por intentar conquistarme. Literal no tuve más opción que contratar a una novia sustituta para que viera con sus propios ojos que no tenía sentido el esfuerzo.

Pero eso solo la desquicio más y ahora ya no hay nada que hacer para cancelar está boda que será el comienzo del fin para ambos. Al menos eligió un gran lugar, es perfecto para tomar un barco a ningún lado y huir de todo.

Camino tanto que me veo justo en frente de esa posada del volante. No se ve mal la verdad. Me pregunto si esa niña vivirá aquí, no me gustan los niños, pero ella me agrada.

- Hola.

- ¿Niña? Que estás asiendo sola de nuevo.

- Juego con Susi.

- ¿Quién es Susi, tu mami?

- Aquí.

Esa pequeña me toma de la mano y me lleva por detrás de la casa en donde hay un bonito jardín con una casita de madera y muchos juguetes. - ¿Dónde linda?

- Aquí. - Me señala un pequeño corral y un conejo marrón.

- ¿Ella es Susi?

- Sí.

Ja Ja Ja No entiendo como los padres de esta pequeña la pueden dejar sola. Cualquiera que la viera querría llevársela de lo tierna que es.

- Juega conmigo.

- Está bien. Dame algo de ese té.

- ¿Pastel?

- Gracias princesa.

Hasta el día de hoy nunca imaginé verme en una situación así, jugando con un niño al té y disfrutarlo tanto. No sabía que podría incluso querer tener una hija. Pero eso jamás pasará con Lizbeth, primero me cortó las bolas yo mismo.

Luego de estar al rededor de una hora la veo frotarse los ojitos, parece que ya tiene sueño. ¿Debería de llamar a sus padres?

- Estrellita mami ya está en casa.

Esa voz yo la conozco. Me volteo a la puerta y justo está ella. - ¿Luna?

- Tú que haces en mi casa y con mi..

- Mami.. Mira el señor.

La pequeña acaba de llamar mamá a Luna eso significa. - ¿Ella es tu hija?

- Lárgate de mi casa ahora mismo, estás loco como se te ocurre irrumpir en propiedad privada.

- Yo no lo sabía, solo estaba jugando con la pequeña.

- ¿Con el permiso de quien? Es un delito incluso peor.

- Luna escúchame.

Estrella comienza a llorar por los gritos de su madre y ella simplemente me da la espalda con la bebé en sus brazos. - Mejor vete y no vuelvas por aquí.

Ahora entiendo por qué esa pequeña me resultaba tan familiar y ese dulce aroma a jazmín, todo este tiempo Luna estuvo aquí y ahora incluso tiene una pequeña.

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