Erik Brown, en la fiesta de navidad se entera del compromiso de su novia con su hermano mayor. Con el corazón destrozado, toma el vehiculo de su amigo, en medio de una tormenta, en su alocada carrera pierde el control del auto cayendo por un precipicio, hundiendose en el mar. Erik es rescatado por una Sirena, que resulta ser su vecina en la playa llamada Aria, quien lo lleva a su cabaña, para refugiarse de la tormenta. Al pasar tiempo juntos se enamoran y deben enfrentar los desafíos de su singular relación y como mantener el secreto de Aria.
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2- Accidente
#ERIK BROWN
Tomé esa carretera como si me siguiera el mismo diablo, golpeaba de la bronca el volante, Linda me acuso de ser un acosador, mejor dicho que quise abusar de ella ante su rechazo, que locura, cómo es posible que jamás conocí en verdad a la que consideraba mí novia.
Cómo acompañando a mí estado de ánimos, se largo una fuerte lluvia, los vientos doblaban a los árboles hasta el piso, era yo solo en la carretera, todos estaban en sus casas festejando la navidad, que sería el peor día de mí vida, que de ahora en más nunca quisiera celebrarla.
Hundo cada vez más el acelerador, como si ir más rápido me alejara del dolor que siento.
En eso suena el celular, miró de reojo viendo que es Luis, por lo que le respondo.
📱Bro, no cometas una locura, recién lo saque de la concesionaria. Escuchó que me dice, río irónico está afligido por el auto.
📱Si esa es tu manera de hacerme olvidar lo que siento, pierdes el tiempo.
📱REGRESA, VAMONOS A UN BAR, SE LARGO UNA TORMENTA, ASI ES MAS PELIGROSO.
📱A CASO ESCUCHAS LO QUE DICES, VEO QUE SE LARGO UNA TORMENTA Y ESO NO ME IMPORTA, SI REGRESO SOLO VOY A QUERER SACARLE LA MASCARA A ESA ARPIA ANTE TODOS, PERO A LA VEZ SE QUE NO ME VAN A CREER, PORQUE SIEMPRE ME VIERON COMO EL PROBLEMÁTICO.
📱OLVIDA LO QUE CREAN, OLVIDALOS, NO LO NECESITAS, TU MISMO LO HAS DICHO SIEMPRE, TU MISMO CONSEGUISTE TODO, ESTOY CONTIGO BRO, REGRESA.
Termino de decir eso y en una curva un árbol cayó ante el auto, volanteo para esquivarlo y salí de la carretera quedando al borde del precipicio.
📱¡QUE FUE TODO ESE RUIDO! ¡ERIK! ¡RESPONDE!
Escuchó la voz afligida de mí amigo, el celular se cayó bajo el asiento en el movimiento brusco, trato de alcanzarlo y puedo por fin agarrarlo.
📱SE CAYO UN ÁRBOL EN MEDIO DEL CAMINO, NO ES NADA, QUEDE AL BORDE DEL PRECIPICIO, ESTOY BIEN. Termine de responderle cuando siento que el auto se desliza hacia atrás.
"AHAAAAAA"
Grite al sentir que caía y abajo el mar estaba embravecido.
📱ERIK, NO, ERIK.
Fue lo último que escuché que grito mí amigo por el celular, antes de quedar bajo el agua, luche por sacarme el cinturón, no podía, me quedé atorado y el agua comenzaba a colarse por las aberturas.
En eso como si un ángel apareciera, una hermosa chica de ojos brillosos y su cabello brillaba, como si tuviera bioluminiscencia, golpeó con una roca el parabrisas y lucho con el cinturón hasta que logró sacarme.
Me beso, compartiendo aire.
Hasta salir a la superficie, me quedé embelesado por esa manera en que había unido sus labios a los míos, las olas nos tapaban, pero ella nado hasta la costa, sin soltarme.
Toso escupiendo el agua salda que no pude evitar tragar, ella me estiró de los brazos, los dos nos quedamos recostados, mientras la lluvia nos mojaba más de lo que estábamos.
Al colocarme de costado para agradecerle me quedé boca abierta al ver que tenía una enorme aleta en lugar de piernas, me fregué los ojos y al volver la vista tiene pies.
" El golpe me afectó los sentidos" pienso.
Cuando ella tomo fuerzas, se incorporó, creí que me abandonaba, pero al rato aparece con una tabla, con ruedas, me hizo subir en ella y me llevo hasta llegar a una cabaña, la tabla olía a pescado, pero no podía quejarme.
Me ayudó a ingresar a su cabaña, el calor en el interior era acojedor, me señaló una silla y se fue a buscar algo.
Regreso con una manta, me llevo ante la chimenea, que tenía en la cabaña. Hizo gestos con las manos que me quedé y salió nuevamente.
Me incorpore adolorido, me quite la ropa mojada y me cubrí con la manta, no podía creer que me salvará.
Al rato aparece ella con una taza en la mano y me la pasa, señalando que tome, se cubría con una manta, se ve que tenía frío.
-Gracias. Le dije y me dolía la mandíbula, ahí recordé que me golpeó la bolsa de aire del volante en el rostro, si no fuera por eso, tendría la cara rota por el volante.
Al beber era café caliente.
-Esta amargo, tienes azúcar. Le consulte.
Ella me miró pensativa.
-Deja, no importa. Le digo tratando de tomar, la verdad que soy de endulzar mucho todo, mí padre me trató de bebe siempre por eso, mí madre me había malacostumbrado a endulzar todo para que tome los remedios.
-¿Cómo te llamas?. ¿Cómo supiste que estaba ahí? Le pregunté.
-Aria. Respondió y su tono me resultó raro, se ve que no era de este país.
Era melódico, con un acento singular en la letra r.
-No sabía, salí a nadar, por más que mí padre me dijo que no, pero con la lluvia nadie me puede ver, todos se esconden y vi cuando ingresaste en el agua en eso. Me contó de manera pausada, como si pensará en las palabras.
"¿Por qué no quiere que la vean?" me pregunte mentalmente.
-¿Tu padre? ¿Quién es?... ¿Se molestará si me ve aquí?. Le pregunto preocupado.
-No le gustan los extraños... Salió por negocios... Volverá en un par de días. Me respondió.
-Gracias, pero será mejor que me vaya, no quiero causarte problemas. Le digo y trato de incorporarme pero siento un fuerte mareo, ella se apresura a atajarme.
-Descansa, cuando pase la lluvia podrás irte, mí padre no vendra hasta dentro de dos días. Me aseguro.
En eso se me cae la manta, veo que mira con sorpresa y asombro, se retira nerviosa. Me apresure a tomar la manta para cubrirme.
-¿Tú ropa? Pregunto mirando a todos lados nerviosa.
-Me la quite, estaba mojada. Le señale en la silla.
-Te traeré algo para que te cubras. Me anuncio con la voz temblorosa.
Se retiro apresurada, su manera de andar llama mí atención, camina de manera rápida y pasos cortos. Me recosté en el sofá ante la chimenea, dejando que el calor de las llamas me envolvieran, dormite y la imagen de Aria se me presentaba, su mirada clavada en mí, sus labios rosando los míos en el fondo del mar para compartir aire, como si respiraramos a la vez.
-DESPIERTA. Escuchó que me habla Aria y me pasa una remera y un pantalón.
-Toma, tenías un mal sueño, gritabas. Me dice.
-Soñe con el accidente, algo loco. Le digo sacudiendo la cabeza.
-Fue feo. Me consulta.¿ Qué sentiste?. Me pregunto.
-La verdad es... Que estaba muy molesto...
-¿Por qué? Pregunta
-No importa, paso tan rápido, que solo recuerdo estar bajo el agua y que me sacarás, hasta ahora no puedo creer que lo hicieras, te veo tan delgada, eres una mujer. Le digo y me callo al ver que me mira sin entender a lo que me refería.
-¿Es malo ser mujer? Me pregunta.
-No... No quise decir eso. Le respondo.
-¿Te puedo preguntar una cosa? Me consulta.
-Si. Le digo.
-¿Cómo son tus dientes? Me consulta.
La mire extrañado, creí que me preguntaría si tenía novia o estaba casado, eso siempre me preguntaban cuando conocía una chica.
-Mira. Le digo y sonrió ante ella.
Aria se aproxima tan cerca que puedo sentir el aroma del mar en su piel, es refrescante de algún modo.
-No tienes los dientes puntiagudos. Dice pensativa.
-¿Por qué lo tendría? Le pregunto.
-Mi padre dice que así tienen los hombres... Son unos monstruos y me comerían, por lo que no salgo. Me cuenta.
"Se ve que su padre es muy celoso y le dice eso para que no tenga novio"
-No sales... ¿Ni para ir a estudiar? Le pregunto.
-¿Estudiar? Me pregunta.
-Si... Cómo ir a un instituto donde estudies una carrera y puedas trabajar de lo que te capacitste. Le comento pero ella me mira extrañada, como si no entendiera nada.
-No entiendo. Me responde avergonzada.
-¿Sabes leer y escribir? Le pregunto.
-Si, me gusta leer. Me dice señalando una pequeña biblioteca que tiene tres libros, sobre pescadores, peces y sobre criaturas del mar.
-Tu padre te enseña. Le digo.
-Mi padre me mostró como son las palabras y me dijo que así puedo conocer sobre muchas cosas, hasta conozco las estrellas, es mí favorito. Me muestra un libro que enseña a los pescadores como guiarse con las estrellas del firmamento.
-¿Tienes madre? Le pregunté.
Ella suspiro hondo dejando el libro a un lado.
-Nunca la conocí, siempre fuimos mí padre y yo... Él me contó que cuando era pequeña, en una tormenta su barco se hundió, mamá no pudo salvarse y al despertar en la orilla yo estaba a su lado, se ve que la corriente nos llevó a los dos. Dijo con tristeza.
En eso mí estómago rugió fuerte.
-¿Qué tienes ahí? Me pregunto preocupada.
-Mi estómago ruge del hambre, no comí nada. Le respondo apenado.
Ella se aleja, veo que revisa una bandeja en la cocina y trae en su mano un pescado crudo, entero.
-No es mala idea comer pescado, pero debes cocinarlo antes. Le digo.
-¿Cocinar? Pregunto mirando hacia la cocina.
-¿No sabes cocinar? Le pregunto.
-No. Respondió apenada.
-No te preocupes, yo si, he vivido solo siempre. Le digo incorporándome apenas.
"Si ella no sabe cocinar, ¿Qué come? Si su padre no está" reflexionó.
-¿Qué comes si tu padre no está? Le pregunto.
Aria hace un sonido raro y su cuerpo se estremece.
-Anchoas, mariscos, fruta. Me dice marcando con sus dedos.
-Pero debes cocinar eso, o los comes crudos. Le pregunto.
-Mi padre me los dejo preparado en frascos, para conservarlos. Me comenta mostrando en la parte baja de la alacena.
-Puedo. Le señaló el frasco de Anchoas.
Ella lo toma nerviosa y saca solo una a invitarme.
-Se me ocurrió hacer un saltado con todo esto. Le digo.
-¿Qué? Indaga sin entender.
-Ya veras, esto nadie lo sabe, pero hago magia en la cocina. Le comento queriendo lucirme ante una chica bella como ella, que al parecer es muy inocente.
-¿Magia? Pregunta.
Solo tomo una sartén grande, la coloco sobre la cocina de hierro que tiene, coloco leña y hago el fuego, no me cuesta nada, mí abuelo tiene una parecida y me enseñó a usarla mientras vivía con él.
Mientras cocinaba pensé hacer más de la cuenta, como agradecimiento por salvarme, así mañana cuando me vaya, ella tendría que comer.
Aria seguía cada uno de mis movimientos.
-Te enseñó, ven. Le dije.
Por una extraña razón quería enseñarle, y una ayuda extra no me vendría mal.
-¿Qué hago? Me pregunta.
-Corta eso. Le señaló unas verduras.
Ella se quita su manta y veo que tiene puesto un vestido blanco largo, sus pies descalzos, su cabello suelto con adornos en forma de conchas de mar y estrellas marinas.
Enseguida al ver cómo lo hacía me copio, resultó ser muy ágil, su capacidad por aprender tan rápido me sorprendió, me sentí cómodo, otras chicas fingirian no saber usar el cuchillo solo para que las toque y abrace, cómo fue con Linda.
En seguida sacudo la cabeza, debo olvidarla, no merece que la recuerde, me reprochó.
-Que lindo. Expreso sonriente Aria una vez que preparamos todo y pusimos la mesa.
-Fuiste muy buena ayudante. Le dije, ella me respondió con una sonrisa.
-De nada.
La vi comer con las manos y tomar la sopa directo del plato, mojar el pan y comer los mariscos con ganas.
-Tenias razón, sabe muy bien así. Hablo con la boca llena.
Al ver su falta de educación en la mesa podía entender que para su padre habrá sido difícil ocuparse de una hija y a la vez ser pescador. Yo estaba tan absorto en las etiquetas que no disfrutaba nada, por temor a un reproche por parte de mí padre. Por lo que no le dije nada, solo le copie agarrando el pan y mojandolo en el jugo de la comida.
-Si, es más rico así. Le dije.
Ella sonrió alegre, su manera de mirar y sonreír me hacían sentir cómodo.