La Princesa Y El Tutor

Layla no podía creer lo que veía. Darcy, su tutor, ahora como un príncipe, ella mira su atuendo con detalle y se percata que ambos están combinados con el vestuario. Él se arrodilló y alzó su mano para tomar la de su prometida.

— Layla...— besa sus nudillos y se levanta. Tomados de las manos iban.

Educadamente, el príncipe pide permiso para salir.

— padre... Mi prometida se siente ahogada por la multitud, si me disculpan, tomaré aire junto a ella.

— eres libres, Darcy. Ya te presentaste al público, no tienes nada más que hacer aquí.

— le agradezco, padre.— aprieta la mano de Layla y salen de la sala de banquetes.

El emperador Harold no podía evitar ser un poco el centro de atención, prácticamente tenía la misma edad que Enrique, pero el emperador del imperio Pica sobresalía al ser un hombre corpulento con buena forma, su perfil no se quedaba atrás con unos ojos azules, con una barba acorde a su edad y su cabello azabache con algunas canas en ambos lados de su cabeza.

Enrique pregunta agitando su copa de vino, quería saber cuál interesante era este monarca.

— veo que busca a alguien, podría saber quién es.— toma un sorbo.

— a la emperatriz...— Enrique casi se ahoga con el vino, tose un poco y el habla con satisfacción.

— la emperatriz no creo que venga, ha estado trabajando todo el día firmando algunos documentos... Pero olvidemonos de ella. Mejor hablemos sobre lo que importa.

Enrique puso todo ese trabajo en los hombros de su esposa para que ella no bajara, pero no contó con su agilidad y desempeño con su papel de emperatriz, ya que el presentador anuncia la llegada de dicha persona. El viejo se quedó asombrado de verla aquí, preguntándose como hizo para salir del todo el papeleo, en cambio, Harold deja el grupo y se acerca a la emperatriz.

Ella camina con gran elegancia y estilo dentro de los invitados. Su cabello rosa recogido en un moño y encima de ello su corona sencilla pero representativa.

— emperatriz— ella sube la mirada, ya que Harold es alto, para luego bajarla cuando el emperador se arrodilla...— es todo un honor conocerla.

— por favor, levántese, ambos somos emperadores y aunque usted es mi invitado pronto seremos familia con el casamiento de nuestros hijos...— le ofrece una mano, él la toma— y para mis es un gran honor conocer al gobernante del reino pica...— se oye que la orquesta empezar...

— ¿Me permite está primera pieza?

Ella sonrió y aceptó con gusto. Enrique miraba a su esposa tomar la mano de otro, y no sentía celos por eso, si no porque el emperador de pica lo ignoro por completo, miraba resentido y apretando la copa, a tal punto de casi quebrarla.

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Ambos príncipes estaban afuera del salón, retirado de aquel salón.

— Layla... Perdoname.

— ¿Por qué?..— dijo ella tranquilamente.— ¿Por qué me engañaste de esta forma?... Simplemente no podías venir como tú ante mi sin ser un profesor.

— yo también estaba en contra de este matrimonio. Porque yo tampoco me quería casar con alguien que no conocía. Quería saber cómo era está princesa y si valía la pena estar atado toda mi vida con ella... Fingí ser tu profesor para que tú fuera genuina y no trataras de ser amable solo por se tu prometido. Al principio solo tenía un pensamiento de que eras alguien presumida y arrogante. Tenía una gran equivocación. Layla, me gusta y quisiera conocerte mejor, quiero que me sonrías tiernamente como lo hace siempre.

— Darcy, entiendo que hayas hecho esto solo para conocerme como soy en realidad, ¿Pero yo sabré si tu fuiste genuino conmigo?... ¿O solo fingíste para caerme bien a mí y mi a honorable madre?— el toma las manos de Layla, la alza hasta sus labios y le da un beso.

— querida Layla... te he sido sincero desde que te conocí. Jamás engañaría a la emperatriz, ya que la respeto tanto como a tí. Te quiero preguntar una vez más... ¿Que es lo que sientes por mí?

En ese momento, Layla recuerda el consejo de su madre, respira profundo y sujeta más a Darcy por su ropa, para después jalarlo hacia ella y darle un beso de sorpresa. Poco a poco, ella lo suelta y Darcy la abraza. Layla coloca su brazo para profundizar sus labios.

— me gustas también, Darcy... Me tomo de sorpresa todo esto, pero solo espero que sigamos como antes, en el sentido de que no nos tratemos como como dos príncipes, si no como dos personas que se conocieron en circunstancias ya planeadas.

— con la única condición de que me deje besarte cuando quiera.— ella asiente y el toma la iniciativa.