– ¡ESE NO ES MI HIJO!.
Eso fue lo último que Jake le dijo a Natasha, su esposa. Así la hecho de la mansión y de su vida, estando embarazada de su bebé, haciéndole caso a las malas lenguas que decían que lo había engañado.
Pero la vida le jugaría una doble jugada y literalmente doble.
Natasha decidió irse al campo a iniciar una vida nueva, criando sola a sus dos hijos Adler y Nicole, mellizos. Muchos años más tarde, a la mansión vecina a su granja se muda Jake con su nueva mujer e hijo de la misma edad que los suyos.
Intentará luchar por su perdón pero... ¿Que pasará cuando el corazón de Natasha se vea invadido por otro hombre?.
Oliver, un hijo ilegítimo del padre de Jake, un guapo hombre que creo su propio y exitoso negocio con el cual se hizo conocido además de ser llamado "El Vassil ilegítimo".
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Capítulo 20
NICOLE
Camino junto a Daniella con el corazón roto. ¿Acaso viví en un cuento de hadas? ¡CLARO QUE NO IBA A ESPERARME! ¡QUE TONTA E INMADURA FUI!.
– ¿Estás bien, hermana? –me pregunta Dani.
– Si, princesa –le sonrío–. Estoy bien. Vamos caminemos un rato.
– ¿Que es ese lugar, Nicky? –pregunta–. ¿Podemos ir?
Veo al lugar donde señala es como un mecánico en el circuito, seguro ahí revisan los autos. Caminamos hacia allá y entramos, varias personas van y vienen, se escucha el sonido de las máquinas.
Veo un auto increible de carreras y me voy acercando, pero antes de llegar el muchacho que estaba en el motor levanta su fría mirada hacia mí.
El rubio de fríos ojos azules quizás de unos veinti tantos me mira como si le enfadara mí presencia, se endereza en su totalidad mostrando su gran altura quizás de 1.93.
Suelta con voz ronca y masculina.
– ¿Que haces aquí? –me pregunta y mira a Daniella–. ¿Que HACEN aquí?
– Solo vinimos haber porque tanta gente –le dice Daniella–. Nicole mira su auto, es asombroso.
– No es mí auto, linda –le dice–. No es sitio para mujeres.
– ¿Perdona? –le digo–. ¿Por qué dices eso? ¿Eh?.
Se cruza de brazos marcando los músculos de estos inevitablemente los miro.
– Porque si, chicas. Por favor –dice señalando la puerta–. Pueden irse.
– Mmmhh... Si, ya veremos eso –le digo.
Camino hacia el auto sintiendo su mirada en mí. Miro el motor es increíble... ¡Es el auto de Adler!.
– Es completamente hermoso –le digo.
– ¿Sabes de estás cosas, muñeca? –me pregunta–. Pareces no ser una consentida.
– ¡Vamos, Ryan! –dice otra voz–. No molestes a la muchacha.
Me giro hacia el dueño de la voz, un joven se acerca a nosotros, lleva una llave en la mano, suspira pesadamente llegando con nosotros.
– Disculpa a mí insoportable hermano mayor –dice–. Es un poco amargado.
– ¿Trajiste lo que te pedí, Barry? –le pregunta el rubio.
– Si, imbécil –le lanza la llave–. Tenías razón, la había dejado en el auto.
– Te lo dije –le responde.
El tal Barry me mira y sonríe encantador y gentil. Extiende su mano hacia mí.
– Barry Collins –me dice–. Y este pesado es mí hermano Ryan.
– Es un gusto conocerlos a ambos –miro a Ryan–. Quizás a unos más que otros
– ¡Pero que ofendido me siento! –dice sarcásticamente.
– Me llamo Nicole Ferrari –miro a Daniella–. Y ella es Daniella, mí hermana.
Ambos mira a Daniella que está junto a otros chicos hablando, ellos les explican las herramientas y su función.
– ¿Ferrari? –mira el auto–. ¿Acaso tu...?
– Así es –les sonrío–. Mí hermano es Adler Ferrari quien diseño el auto y mí padre es Oliver Ferrari, el empresario.
– Pues dile a tu hermano que es un genio –dice Barry–. El auto es asombroso y a tu padre dile que lo admiro mucho.
– ¡Gracias! –dice Adler.
Mí hermano se acerca con Ethan y Erick, al lado de los tres la novia de Ethan la tal "Danna", es hermosa sin mentir, una modelo
– Las estaba buscando, Nicole –me dice Adler–. ¿Que tal el auto?.
– Es una máquina –dice Ryan serio–. Es un buen auto, felicidades.
– Gracias, me alegro saber que lo va a correr Erick –dice.
– Adler te presento a los hermanos Collins, los mejores mecánicos que conozco –dice Erick–.Él es Ryan y él es Barry.
Mí hermano los saluda cortésmente, empiezan a hablar sobre el auto. Entonces noto la mirada de Ethan en mí, la evito completamente desviando la mía y encontrándome con la de Ryan.
¿Que está pasando aquí?.
– Bien, tenemos que regresar al hotel –dice Adler–. ¡DANI, VEN!
– Oh. ¿Ya nos vamos? ¿No nos podemos quedar un ratito más? –pregunta apenada.
– Mañana tengo que volver si quieres vienes conmigo –le dice–. ¿Que me dices?.
– ¡Pues si! –exclama ella–. ¿Nicole puede venir con nosotros?.
– Claro, otra mecánica nos vendría bien –dice con una sonrisa.
Nos despedimos de todos y salimos del garaje.
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NATASHA
Mientras volvíamos al hotel pude notar la tensión de Oliver, apretaba en volante como si se imaginara romperle la yugular a Jake de la misma forma.
Al llegar lo sigo a la habitación tira violentamente su saco a la cama.
– Oliver –lo llamo–. Por favor, calma. Ya pasó.
– ¿Ya pasó? ¿De verdad? –me mira furioso–. ¿Acaso no escuchaste como te hablo el muy hijo de perra?.
– Lo escuche, todos lo hicieron –me acerco a él–. Pero no tiene que darnos importancia, es un... Hombre fingiendo ser feliz.
– Y lo que le hizo a Nicole... Bastardo –suspira–. Le rompió el corazón a proposito osea... ¡Sabía que Nicole y Ethan. Ambos...!
– Lo se, fue muy cruel de su parte –tomo sus manos–. Estaremos bien, nos mantendremos alejados de ellos y ya.
– Si se atreve a hablar asi de ti de nuevo... –me dice–. Lo mato, lo haré.
– No, no lo harás. Porque sino irás a prisión –me molesto–. Y te necesito aquí... Conmigo y nuestros hijos.
– Perdón, mí amor –me abraza–. Es que me enoja recordar como....
– Basta, Oliver –lo regaño–. Ya pasó y estamos aquí. ¿Si?.
– De acuerdo, ahora vamos a comer –dice soltando un suspiro.
Salimos de la habitación para ir a cenar. Tanto Oliver como Adler están enloquecidos con Jake, quieren matarlo pero es momento de que se calmen y se controlen.