El Aliento De Los Suspiros

Había caído el atardecer. Me encontraba en el balcón de mis aposentos, apreciando la esencia de los colores que decoraban el azul del cielo.

Habían pasado tres días desde la Fiesta de Compromiso mi triste realidad.

Cuando llegue a este nuevo mundo, lejos de las influencias de mi padre, creí que viviría al fin mi propia vida, pero no fue así, no cuando mi verdugo me influye el sufrimiento por ser portadora de una gran belleza.

Ese era mi pecado.

Ser portadora de este largo cabello dorado, de estos ojos azul cielo, ser dueña de una figura curvilínea, ideal para una dama, por mi delgadez, esta figura era aún más prominente, el corset se ajustaba a mi cintura, la falda larga y sin volumen se acomodaba perfecta por mis caderas.

Ellos veían belleza, más yo, solo veía un horrendo ser con pensamientos suicidas. Mi autoestima fue destrozado en el momento en que fui rota físicamente, mi dignidad era nula al ser un objeto de placer, una prostituta.

—Tiene usted un cabello hermoso señorita

Escuche a Leticia decir, le permiti peinar mi melena por la insistencia que ella presentó en el momento en que libere mi cabello de sus ataduras.

Aún recuerdo ese día, el color en el cielo, la suave melodía que los músicos tocaban para el deleite de los comensales, muchos lo recordarán como un evento alegre y memorable, pero yo, siempre lo recordaré como la tragedia que me ata a mi verdadero verdugo.

Con la suave caricia de Leticia al cepillar mi melena, cerré mis ojos memorando la noche de hace tres días.

《Estábamos delante de todos, mantuve mi mirada en mis manos en todo momento, cada mirada que me dedicaban me resultaba de lo más incómoda, más cuando el mismo príncipe me veía.

—Llegó el momento, de escuchar los votos del compromiso de esta hermosa pareja que nos deleita...

Mis manos estaban temblando por el miedo, el miedo de dar un paso y ya no tener vuelta regresiva, estar con un hombre que no me ve con la pasión del amor, me era imposible de imaginar, puesto que una lectora como yo, deseaba cosas que me eran imposibles de realizar.

Mi respiración se detuvo al momento de sentir como tomaba mis manos, un escalofrío recorrió mi cuerpo entero y por el pánico alce mis ojos para mirarlo directamente a esos ojos de un verde tan llamativo.

—Prometo amarte y protegerte con mi vida —. Con voz baja menciono aquellas palabras mientras derramaba una lágrima —Mi amada futura esposa —.

Se colocó sobre una de sus rodillas y colocó ese anillo de un dorado reluciente con un diamante plateado que me recordaba a la luna.》

—Está bien señorita

Asentí con delicadeza y me coloqué de pie para caminar hasta la cama, pero antes de que pudiera sentarme o siquiera recostarse miré hacia la puerta con un poco de temor.

—No vendrá esta vez señorita, sus aposentos son custodiados por los guardias reales, al parecer el príncipe fue descubierto con una de las sirvientas

Suspire con el alivio y sonreí con gracia, recostandome, con la tranquilidad cedí al sueño que me golpeo al tocar la almohada de plumas.