Corazón Ajeno.

(Dary)

Me costo mucho trabajo, desprenderme de esos preciosos niños, que aunque es la primera vez que los vi, siento que son míos y me entristecío mucho separarme de ellos.

Marinita, me dijo que los fines de semana, podríamos reunirnos en la casa de Bernardo y me pareció superbuena idea.

Así que no veo la hora, de que séa fin de semana, así podré abrazarlos de nuevo, lo malo es que apenas es lunes.

Y es mi primer día de trabajo, después de la operación.

Ahora voy de nuevo con Mercy, la jefe de recursos humanos de Harizon NJ Healht, pues debo presentarme con Ella antes de subir al departamento de contabilidad y allí a la oficina de Archivo contable.

Llego y saludo con cortesía, Mercy al parecer me está esperando, ya le pasaron el informe.

—Bienvenida Dara, El Señor Harizon me dijo que vendrías.

También me comentó que por el horario de tu universidad, no habías podido seguir trabajando, hace meses, cuando la señora camila te contrató.

Pero que ya has acomodado tu horario, y que seguirías con las indicaciones, que dio la señora en ese tiempo, así que estarás a cargo del Archivo contable, el salario será el mismo que se te asignó anteriormente.

El señor Bernardo, amaba tanto a su hija, que quiere hacer lo que ella había indicado, por eso te dejará allí mismo.

La señora Camila, en ese tiempo me dijo que te pondría allí, porque eras menor de edad y allí no es nada complicado el trabajo, solo es de ordenar archivos y guardarlos.

Pero ahora veo que ya tienes la Mayoría de edad.—me dice revisando mi hoja de vida.

—Mercy, yo sé que, lo que le voy a pedir es un absurdo, pero me haría el favor de decir que tengo 17 años si el Señor Alexio le pregunta, es que Camila me dijo que le dijera eso.—Le digo un poco apenada.

—Por supuesto que puedo, y sé por qué te dijo eso la Señora Camila, es porque Él señor Alexio, es de esos hombres, que creen que entre más mujeres tienen, más hombres son, pero no busca cualquier mujer, a Él le gusta presumir, aquí viene con una cada semana y son mujeres muy bellas y Tú Dara eres realmente preciosa, supongo que la señora Camila quería protegerte.

Así que no te preocupes, además Él jamas se ha interesado, por los datos de los empleados.

Por último, te informo que

Benjamin solo estará hasta fin de mes, y se retira, así que tienes dos semanas para aprender lo que Él hace, pero eso no es nada complicado, lo unico que debes saber, es donde está cada cosa, pues en el momento menos pensado te piden algún documento.—Me dice y vamos directo al departamento de contabilidad y Yo voy a oficina de Archivo, me deja allí y se va a informar al jefe de esa área, que de seguro conoceré en cualquier momento.

Entro y veo el enorme cuarto no muy elegante, paredes blancas y demaciado frío.

Saludo al Señor Benjamin, quien se alegra de verme, y me dice que por fin mandaron su reemplazo.

Yo, le sonrío y doy la vuelta 360 grados, el lugar no ha cambiado, es el mismo de hace meses.

Lo único bonito de esta inmensa oficina es una gran ventana que dá una vista espectacular, a lado esa ventana está mi mesa de trabajo, así que por lo menos tendré una excelente vista...

Ya han pasado algunas horas, Benjamin me ha explicado casi todo.

En ese momento el jefe de Contabilidad, entra a la oficina sin tocar la puerta.

Saluda, cortante a Benjamin, luego me mira y me dice.

 —Tienes experiencia en contabilidad muchachita.

—No, no señor, pero puedo aprender.—Le digo haciendome la ignorante.

—No, para lo que vas a hacer, no es necesario que aprendas, solo haz lo que Benjamin te indique, eso es suficiente.—Me dice viéndome de pie a cabeza y clavando sus ojos en los míos, con una mirada que da escalofríos, al final da la vuelta y sale sin decir nada más.

¡¡Ay!! este hombre da miedo, al igual que Alexio Harizon.

Ya en horas de la tarde, recibo una llamada, el número es desconocido, pero aun así, decido contestar.

—Hola, buenas tardes.—Digo al teléfono.

Me sorprendo al escuchar la voz de Marinita.

—Dara, soy Marina, disculpa que te interrumpa, le pedí tu número al Señor Bernardo, pues mi Princesa a insistido en que quiere verte, o por lo menos hablar contigo.—Me dice la dulce mujer, un poco apenada.

—Marinita, me da mucho gusto que le hayas hecho caso a Daisy, yo no he podido sacarme esos dos Angelitos de mi mente, te confieso que no creo poder esperar hasta el sábado para verlos, apenas es lunes y ya los extraños exageradamente.—Le digo y ella se queda en silencio por unos segundos.

—Tengo una idea, se me ocurre que puedo ir a visitar con los niños a Bernardo a la empresa, los puedo llevar una hora más o menos, antes que mi niño regrese de su trabajo, así no se molesta, Él sobreprotege a sus hijos, y siempre ha sido muy estricto, por eso no quiero que se entere, de que llevaré a sus hijos a verte, el no te conoce y es muy desconfiado, pero yo confio en tí, así que espéranos en una hora llegamos.—me dice la dulce mujer.

—Gracias Marinita, me parece una estupenda idea. —Le digo, emocionada.

Después de colgar, espero un momento y luego, le llamo al móvil de Bernardo, por lo de los niños.

Así que, Él mismo me está diciendo que hacer.

Me dijo que, Si su hijo Alexio viniera en ese momento, le diremos que los niños vinieron a visitarlo y que como la oficina de Archivo contable es muy grande y estoy Yo, que el me pidió, cuidará de los niños y los entretuviera jugando con ellos.

Se que es una versión un poco tonta, pero por estar con los niños puedo hacer lo que sea.

Y todo esto, es porque los otros dos hijos de Bernardo, no saben que tengo el Corazón de Camila y no entenderían el afecto instantáneo, que sentimos al conocernos, creo que estó no cualquiera lo puede entender, menos personas tan frías y calculadoras como los hermanos Harizon.

Después de una hora, llega Marinita, cargando a Deemarito y Daisy, quien al verme, corre a abrazarme.

El Precioso bebé también extiende sus bracitos y cuando me acerco se lanza, para que yo lo cargue.

Dios mío, esta emoción que siento es indescriptiblemente maravillosa.

—Daisy, mi Princesa preciosa, te extrañé mucho.—Le digo sentada en un sillón con el Bebé en mis brazos y ella recostada en mi.

—Yo también te extrañe, mucho y Deemarito también, quisiera estár contigo todo el tiempo, pero mi Papi no me cree que conocí al Angel que mi Mami, nos mandó.

Me dijo que me llevará a una persona que se llama psicóloga, que me explicará mejor las cosas.

Él, se pone algo enojadito, pero te aseguro que Papá es lindo, solo debemos tenerle un poquito de paciencia.

El cuando te conozca, sabrá que le digo la verdad.—Me dice mi hermosa princesa.

—Tengo una idea princesa, no le digas que soy un Ángel, porque hay cosas que no las entienden algunas personas.

Dile que soy tu amiguita, que viniste a visitar a tu abuelo y que me conociste y jugué contigo y con Deemarito.

Eso si lo podrá entender, ya verás y eso hará que te permita visitar a tu Abuelo y estar conmigo, ¿Te parece?.—Le digo a mi Princesa.

—Y si me pregunta por tu nombre, que le digo.—me dice Daisy.

—Dile que me llamo Dary.

La verdad la gente que me quiere me dice así.—Le digo a mi hermosa niña, luego nos quedamos jugando los 3 aunque Deemarito, se durmió en mis brazos.

Deysi y Yo, estuvimos en un juego de mesa, que ella misma había traído, al parecer ese jugaba con Camila.

Después de más de una hora, se fueron esos preciosos niños y Marinita, me dijo que mañana los traería de nuevo, ya que no está segura, de llevarlos a casa de Bernardo el fin de semana, no me dijo el motivo, pero por lo que he entendido, el Padre de estós hermosos bebes es un gruñón.