Luz es una joven muy hermosa a los días de nacida la abandonaron en la puerta de una iglesia, la madre superior al escuchar el llanto q venía de la puerta, se apresuró y la tomo en brazos, se pregunto quién podría hacerle eso a un angelito.
Desde aquí empieza mi historia
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Ruidos obscenos
Miguel estaba muy caliente, nos empezamos a acariciar, ya casi desnudos me preguntó si lo dejaba jugar y gustosamente acepte.
Empezó con su lengua recorriendo cada parte de mi cuerpo, mordisqueo suavemente mis senos, fue bajando hasta llegar a mi sexo, era tanto el placer que me estaba dando que no pude contenerme, ahhhhh me corro.
Tanta fue mi satisfacción que no podía dejar de gemir, mis sonidos se podían escuchar claramente, pero no me importaba.
Ya con nuestros cuerpos empapados de sudor, era incapaz de controlar las oleadas de placer y orgasmos que me estaba dando, su virilidad es espléndida, quede sin la capacidad de reaccionar por mí misma.
Me coloqué encima de él y le di el mismo placer que me estuvo dando, Miguel me abrió más las piernas, estoy tan ardiente que mis flujos facilitan su penetración, me besa apasionadamente, y me llena por completo, comienzo a gritar su nombre, "Miguel", él se mueve más y más profundizando con ritmo violentos, nos corrimos una y otra vez.
*Gabriel
Estoy en mi tienda bajo sabanas, Adrián sabe que no me gustan las historias de terror y fue lo primero que hizo, pero me las voy a cobrar
- No aguanto más, iré donde María a ver si me deja dormir con ella.
Sin hacer mucho ruido Gabriel empezó a llamar a María
- María, María
- ¿qué pasa?
- ¿Crees que pueda pasar la noche contigo?
María se sonrojó y le respondió que sí, Gabriel no se esperaba esa respuesta y rápidamente entro a la tienda de María
- Disculpa por mi atrevimiento María, es que los chicos me estuvieron hablando de cosas terroríficas, te juro que no te haré nada.
- está bien, pero dormirás lo más apartado a mí y antes de que salga el sol tendrás que regresar a tu tienda
- ¿puedo preguntar las razones?
- es que si las chicas se dan cuenta, especialmente Andrea, me molestarían toda la vida.
- entiendo. Dijo Gabriel sonriendo, María le parecía muy tierna
Los sonidos de Andrea eran tan fuerte que ninguno durmió esa noche, Gabriel aprovecho el tiempo para conocer más a María, ella es muy dulce, se la pasaron hablando y riendo, ya casi al amanecer Gabriel salió de la tienda de María y se fue a la de él.
*María
Estaba lista para dormir cuando escucho que me llaman, me asusté mucho, al principio no quería responder pero era la voz de Gabriel, abrí y me pidió pasar, no me parecía una mala persona así que le dije que pasará, él me pidió dormir en mi tienda al parecer tiene miedo de lo que le contaron los chicos, que tierno me dije.
Le dije que se quedará pero que durmiera lejos de mí y antes de que saliera el sol se fuera a su tienda, mi miedo era que Andrea se diera cuenta de que se quedó conmigo, no pensaría nada bueno.
Establecimos una conversación ya que no teníamos sueño, de repente escuchamos fuertes gemidos, me cubrí la boca en señal de que no podía creer lo que escuchaban mis oídos, me sonroje sabía que esa era Andrea, no puedo creer que haga esos ruidos tan obscenos, Gabriel y yo nos miramos un rato y después empezamos a reír.
