El Villano Es Perseguido Por El Protagonista

¡Maestro!.

¡Maestro, despierte por favor!.

¿quién es?, Alec no lo sabía. Su mente estaba confusa, quién fuera que lo llamaba, Alec prefirió no darle importancia.

El porqué, el mismo no lo sabía. Pero estaba un como somnoliento, Alec se estiró levemente.

La cama era tan cómoda, que no tenía ganas de levantarse, aunque aquella voz le parecía conocida, algo en su interior le decía que lo ignorase.

¡Maestro, por favor! Despierte!!

Tan molesto, se quejó Alec. Solo quería descansar, no era mucho pedir.

Alec, que seguía escuchando aquella voz, simplemente tomo una almohada suave, y se tapó los dos oídos, pese a eso aquella voz seguía escuchándola.

Cómo, como si estuviera en su cabeza.

Alec, tiro la almohada al suelo, mientras se tapó y cerro los ojos, iba a ignorar aquella voz. No quería escucharla.

- hijo, levántate. Es de día ya.- una voz suave y con calma le hablo, mientras abría las cortinas y ventanas.

-¿ma?... ¿mama?.- pregunto, Alec. No sabía por qué, pero sentía dolor y tristeza cuando escucho a su madre, sentía un nudo en la garganta que no le permitía hablar.- eres, ¿eres tú?.

Alec, se destapó la cabeza mientras miraba a la mujer, aquella mujer que se parecía a el, el cabello negro y ojos grises, piel blanca y aquella sonrisa que siempre tenía cuando lo miraba.

Por alguna razón, Alec se levantó apresuradamente, y abrazo a su madre mientras lloraba.

-¡perdóname, mamá!- Alec, lloraba mientras pedía perdón, aunque no sabía por qué. El dolor que sentía era real, y por alguna razón algo le decía que tenía que pedir perdón.

Su madre, momentáneamente se quedó sorprendida, mientras solo suspiro y correspondió al abrazo de su hijo.

- niño tonto, ¿por qué lloras?.- dijo, mientras sonreía con dulzura, miro a su hijo y limpio las lágrimas que corrían por el rostro de alec.- además, ¿por qué podes perdón?.

- no, no sé... Mama.- dijo Alec, mientras miraba a su madre y lloraba, aunque no le gustaba llorar, no podía parar el dolor que sentía era muy fuerte.- pero quiero pedirte perdón, mamá...

- mi niño, - su madre lo abrazo, mientras acariciaba suavemente la espalda de Alec.- recuerda que mamá siempre te amara, no importa lo que hagas, si eres feliz. Yo siempre querré tú bien y felicidad.

- si, si lo sé mamá.- contesto Alec, mientras trataba de limpiarse las lágrimas de su rostro.

- ah~ - suspiro, su madre mientras lo miraba.- ¿qué aré contigo?, mi niño te espero abajo en el jardín, iremos a desayunar con tu padre y hermano, hoy estarán con nosotros.

-¿desayunaremos juntos? - pregunto Alec, mientras miraba a su madre.

- Sí, ¿no es bueno?.- hace tiempo he querido que estuviéramos todos juntos, pero tu padre y hermano siempre están ocupados, y tú tienes tus cosas.

- está bien, bajaré en un momento.- Alec, se sintió extremadamente feliz, quería ver a su hermana y padre. Algo dentro de el, estaba feliz y ansioso por verlos.

-está bien, está bien. - dijo su madre, mientras sonreía y salía de la habitación, antes de salir dijo.- no bajes corriendo, recuerda tener cuidado.

-si, madre quédate tranquila, ya no soy un niño.- dijo Alec, mientras buscaba ropa.

- eso siempre dices, pero luego te distraes o te olvidas de cosas, por eso te las recuerdo.

Su madre salió de la habitación. Mientras Alec, se apresuró por vestirse se suponía que tendría que venir una sirvienta a ayudar, pero Alec no la espero solo se vistió y lavo el rostro.

Alec, se apresuró a llegar al jardín mientras miraba y buscaba con la mirada a su familia, logro verlos en un lado del jardín, no tan lejos debajo de un árbol, mientras platicaban.

Alec, se apresuró a llegar a la mesa.

-ten cuidado, te puede- un hombre, de aspecto serio y autoritario, trato de regañar a Alec, pero antes de que termine de hablar, fue abrazado por su hijo.

- la... papá, papá.- Alec, se aferró a su padre, mientras lloraba, no sabía que le pasaba desde que se había despertado y visto a su madre, sentía mucha tristeza y nostalgia, era como si no la hubiera visto hace mucho y a su familia también. - papá, te extrañé... Por favor perdóname, perdóname.

Su padre, que se encontraba siendo abrazado por Alec, miro a su esposa con una expresión llena de preguntas, está solo le devolvió la mirada de la misma forma.

- ah~ - suspiro, para palmear levemente a Alec, en la espalda.- ¿acaso alguien te ha molestado?.

-¿quién se atrevió a molestarte?, - pregunto si hermano, este a diferencia de Alec que era parecido a su madre, si hermano era parecido a su padre, había heredado la belleza masculina y dominante de su padre.- ¿fue aquel de la otra vez? Si fue ese gusano, dímelo y lo pondré en su lugar.

¿Gusano?, ¿el de la otra vez?. Alec miro con duda a su hermano, no sabía de quién hablaba, mientras trataba de recordar, su cabeza empezó a doler, se agarró de la cabeza, mientras sentía como si le partiera en dos.

De pronto, muchos recuerdos le vinieron a la mente, recordó todos.

Al aquel hombre, que su hermano decía que es un gusano.

La pérdida de todo.

La muerte de su madre.

La muerte de su padre, por la tristeza.

La muerte de su hermano, al tratar de ayudarlo.

Y, su muerte.

Alec, miro con tristeza a su familia, mientras lloraba y suplicaba.- por favor... Por, perdónenme... Fui un tonto, por favor... - lo miro con tristeza.- prometo, prometo que arreglaré todo, prometo que no cometeré el mismo error otra vez...

Alec, lloraba en el suelo. Mientras pedía perdón a su familia, su madre se acercó mientras acariciaba su cabello con cariño, hablo con voz suave.- mi niño, no llores más... Nosotros jamás te hemos culpado, siempre seremos tus padres y te amaremos, por favor... Solo, solo asegúrate de cuidarte, Cariño, - su madre, se levantó mientras lo miraba, dijo con una sonrisa.- recuerda, siempre te amaremos.

Alec, miro a su madre la cual sonreía mientras lo miraba con dulzura, tal y como la recordaba. A su lado estaban su padre y hermano, aunque ellos dos siempre fueron de pocas palabras, en sus ojos podía ver el cariño que tenían hacía el.

Alec, trato de alcanzar a su familia cuando vio que está empezaba a desaparecer ante su vista, para cuando creyó poder tocar el vestido de su madre, su mano traspaso la ropa.

!MAESTRO!, al fin lo encuentro. Debe de despertar, no puede quedarse mucho aquí, si no logra despertar usted puede morir y ya no poder ayudarlo.

El sistema, hablo esta vez apareció ante Alec, como una pequeña luz parpadeante tal y como la primera vez que se conocieron.