CAPITULO 1

Alec, un joven apuesto. De piel blanca y cabello color negro, sus ojos color gris, lo cual no era muy común pero le daba su encanto.

Se encontraba, en la nada. Bueno ni el mismo sabía dónde estaba, tampoco estaba interesado en saberlo, su estado mental y emocional era un desastre.

había amado a un hombre, un hombre al cual le dio todo, su riqueza traicionó a todos los que lo amaban.

¿Para que?, para recibir la espada de ese hombre.

Lo había dado todo, dejo hasta sus lágrimas y sangre.

Pero jamás fue correspondido, ¿todo por qué?. Las frías palabras de aquel hombre todavía resonaba en su cabeza"tu no te mereces ser amado" seis simples palabras que lo habían atravesado.

Todo era tan confuso, miro a su alrededor. Pidiendo y rezando que su familia ya muerta lo perdonará, arrepentido de no haber escuchado las advertencias de su familia.

Lágrimas se deslizaron por sus mejillas, sus ojos grises que antes tenían cierto brillo, ahora eran opacos y apagados.

Solo había pocos sentimientos en aquellos ojos.

tristeza.

Remordimiento.

Y arrepentimiento.

Se culpaba, el haber amado a un hombre que jamás lo amo, nunca le dedicó una mirada.

Todo para que, para que lo dejara por su primo.

Todo a su alrededor era vacío, mezclado de un azul oscuro y negro, solo alcanzaba a ver pequeños puntos a su alrededor que brillaban, algunas más que otras.

así, Alec paso varios años en aquel lugar, el tiempo suficiente para pensar sus cosas, la vida de el era simple, no necesitaba comer ni beber agua.

Paso mucho tiempo, para pensar. Y aunque aún estaba arrepentido, sabía que eso no iba a traer a su familia devuelta.

Hasta que, una luz estaba cerca de el. desprendió un brillo más fuerte que las demás, esto era normal para Alec al princip cuando lo vio por primera vez se había asustado y sorprendido, pero se acostumbro, ya que pasaba cada cierto tiempo.

Solo que, está luz era más fuerte que las otras.

La luz, dejo de desprender la luz brillante. Ahora solo brillaba levemente pero tenía un color diferente a las otras, está luz al notar la presencia de Alec titilo levemente, y se acerco a Alec.

-pequeño, dime.¿que haces aquí?.- pregunto la luz, ciertamente con curiosidad, se suponía que nadie podía estar allí.

Alec, por su parte un poco ofendido por qué lo llamarán "pequeño"contesto.- me llamo Alec, y respondiendo a tu pregunta, nosé. Llevo años aquí.

- Hmm, - la luz emitió un sonido, mientras pensaba. Fuera cual fuera la razón, debía de informar a sus superiores, de este suceso. mientras esperaba la respuesta, se puso a charlar.- dime, ¿cómo acabaste aquí?.

Alec, ciertamente hace mucho no hablaba con nadie, por lo que. Solo se quedó hablando con la luz, fue sincero y no oculto nada.

Había estado suficiente tiempo, como para pensar y saber que también fue culpable de muchas cosas, no fue un santo en su vida.

Pero, si se arrepintió mucho.

La luz emitió una luz levemente. Mientras pensaba en lo que le había contado el joven, sería mentira si decía que entendía los sentimientos del joven, solo sabía que el se había equivocado, y algunas equivocaciones son graves, como las decisiones que tomo Alec.

¡Ding!

Emitió un sonido la luz, mientras revisaba la respuesta de sus superiores, solo había una cosa que hacer.

-¿te interesaría ser mí maestro?- pregunto la luz, mientras titulaba,- deja primero me presento.- a pequeña luz se transformó en un pequeño gato negro, mientras le mostraba a Alec una pantalla azul con letras.

Alec, un tanto sorprendido se quedó helado en su lugar. no es como si se pudiera mover libremente era un espacio donde no había nada.

No había a dónde huir de todas formas.

- a... ¿a qué te refieres con eso?.- pregunto confundido y un tanto desconfiado.

- no tema,- trato el gato de lograr por lo menos bajar la guardia de Alec.- verá, usted al ser mi maestro viajaría a varios mundos, completadas tareas.

-¿qué ganó con eso?.- pregunto, aunque no tenía nada que hacer, solo ver las luces y quedarse en ese lugar, aún desconfiaba del pequeño gato que era una luz parpadeante momentos antes.

- usted, como maestro viajaría a varios mundos, además de que, una vez completada una cierta cantidad de mundos, usted puede pedir un deseo, el que usted quiera.- el gato, miro a Alec con sus ojos gatunos y advirtió.- eso. Sí, debe de ser algo que usted deseó de verdad. Si noo, podría haber consecuencias.

- ¿lo que deseé?.- pregunto, un poco tentado.- ¿cualquier cosa?.

-claro, - contesto con cierta pereza el gato, se paró y se dirigió a alec.- usted viajaría a varios mundos, conocería a los protagonistas. Y una vez completos los mundos y sus misiones, usted podrá pedir un deseo.

Alec, miro serio al gato que decía poder conceder sus deseos, ¿eso era verdad?.

Alec, estaba con dudas. Aunque nada de eso importaba, aún recordaba a su familia, estaba seguro de que ya había pasado muchos o incluso, miles de años en que él estuvo en aquel espacio.

Donde no había nada, solo estaba rodeados de luces, aún recordaba la sonrisa de su madre, el cómo era su familia antes de conocerlo a “Él”, si tan solo no lo hubiera conocido a “Él”, también aún recordaba la última vez que vio a su madre, cuando tuvo una discusión, ya que su madre le había advertido.

Moriremos a manos de ese hombre, toda nuestra familia, recapacita hijo.

Aún recordaba, cuando la echo con palabras hirientes, a ella y a su hermano.

Un mes después, su madre murió. Él nunca supo la causa, hasta un momento antes de morir, cuando el hombre que supuestamente amaba, le confesaba el cómo había matado a toda su familia.

Menos a su padre, ya que este murió por la tristeza.

Alec, miro a pequeño gato, el cual esperaba su respuesta.

Aguantó, las lágrimas que estaban por salir. Y dijo firmemente.- está bien, - dijo, antes de que el gato dijera algo. Advirtió.- espero, y cumplas tu palabra, de cumplir con mí deseo.

El gato negro, salto de felicidad. Era pequeño y lindo, con pelo negro y pomposo. Por lo que Alec pensó que era lindo.- bueno, maestro. - dijo el gato, mientras en las pantallas azules, empezaban a aparecer letras y escenas, las cuales Alec, reconocía y a otras no.

Pero, antes de qué. Alec pudiera decir algo, sus vistas se nubló. Y lo único que alcanzó a escuchar, fue la voz emocionada del gato. - ¡DING!, enlace completado con éxito, entre el maestro y el sistema 001 de “EL SUSTITUTO DEL PROTAGONISTA”.

Alec, quizo preguntar que significaban aquellas palabras, pero no pudo. Ya que al momento siguiente, perdió el conocimiento.

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