Aniversario

Durante toda la semana Teodoro estuvo recibiendo llamadas de aquí y allá por parte de su exesposa tanto su teléfono celular como el número privado de la empresa, para tratar de dar con su paradero, en cambio, él en cada llamada se niega a responderle, en cada llamada únicamente utiliza un solo justificativo, "estoy ocupado te llamaré cuando tenga algo de tiempo" le ha dicho a su secretario que le conteste de esa manera cada vez que él atienda el teléfono. Durante esta semana ella a dejado como múltiples disculpas y que está arrepentida de lo que hizo que no iba a volver a pasar nunca más, sin embargo, su corazón le grita que no es así, que no desista de su decisión.

Hace un momento su asistente le confirmó la llegada de su abogado que lo está esperando abajo en la recepción. Ya es cerca del medio día y como ya falta para que las personas salgan a tener un receso para el almuerzo, le pidió a su asistente que se prepare porque irá con él, que lo va a precisar para algunas cosas, asuntos personales que no tiene nada que ver con el trabajo, Chris se limitó a responder que no importa si son cosas del trabajo u otras cosas, él es su asistente y que es su único deber es estar atento para cada cosa que lo necesite. De estar al pendiente de todas las decisiones  que él tome como jefe.

Teodoro no está del todo seguro con el comentario de su secretario, es como si le hubiese respondido un robot en forma automata, se paro erguido, se acomodó el saco, lo miró directamente a los ojos, sin demostrar ningún tipo de expresión emocional.

Esto es un asunto personal, por eso voy a necesitar que todo lo que veas y oigas se quede entre nosotros. - serio. —Y por esta razón estoy dispuesto a pagarte el almuerzo para que sea más justo tomando el maletín que está colgado en el perchero de la oficina.

Cuando Chris escucho las palabras "almuerzo"  y "pagarte" dentro de una misma oración, fue como escuchar el cántico de los mismísimos Ángeles cantándole aún lado del oído, es debido a que en esta semana ha tenido que estar sorteando entre el almuerzo y la merienda, no es solo por el tema de su trabajo, sino que es que también su cuenta bancaria se encuentra en casi cero y su madre solamente le da para el transporte y pedirle para la comida ya sería pedirle demasiado.

Ambos llegaron a la recepción, por el lugar se ve gente que va y viene, algunos salen antes para darse un tiempo con el almuerzo, otros para atender asuntos personales, algunos traen el correo atrasado por el servicio postal, la única que todavía no ha salido almorzar es la recepcionista que está esperando al delivery al mismo tiempo que contesta el teléfono y se pinta las uñas de la mano derecha. A veces Christofer se queda sorprendido cuando las mujeres hacen múltiples tareas al mismo tiempo, le hace recordar mucho a su querida madre. Se pregunta cómo lo hacen. Llegaron hasta donde están las sillas de espera, en donde un hombre de cabellos rojizos y de ojos marrones como el chocolate lleva puesto un traje gris claro a juego. Son una bonita corbata color platinada. El hombre se levantó y le extendió la mano a Teo para luego darle un fuerte abrazo.

—¿Listo? —preguntó el hombre de cabellos rojizos una vez que finalizó el abrazo y le dio varias palmadas en el hombro izquierdo a Teo, Teodoro asintió con la cabeza afirmativamente.

Los tres hombres caminaron con total tranquilidad, sin embargo, uno de ellos posee una gran curiosidad de saber de lo que está pasando y de por qué precisa de un abogado y más que nada que se tengan que ver en privado. Chris tiene sus sospechas mientras que los dos hombres camina tres pasos adelante de él, y hablan entre ellos como si fueran hombres que tienen un alto rango en el mundo de la política, él se siente como un guardaespaldas por ser el más alto de los tres, Chris creyó por un momento que Teo su jefe se reúne con el abogado es por asuntos importantes de la empresa y que es de suma urgencia, pero descarto esa idea tan rápido como llego, ya que se dio cuenta de que en realidad es el abogado de Teo y no de la empresa. Simplemente, llegó a una sola conclusión, y eso es no meterse en la vida privada de su jefe, sin embargo, su instinto de supervivencia le grita al oído que ya está metido hasta el cuello.

Llegaron a un bonito restaurante que se encuentra a unos veinte minutos de caminata. Es un sitio para que la gente se pueda relajar con normalidad y distraerse un rato del trabajo o de sus asuntos personales por un momento. Aunque la empresa cuenta con una cafetería para la mayoría de los empleados, algunos prefieren salir en la hora del almuerzo y tomarse un momento o que también está el asunto de la cocinera que siempre está esquematizando en gastos de la porción en las bandejas de comida ya ha habido muchas quejas al respeto, pero el asunto siempre queda en la nada, ya que la señora es la madre de uno de los personales de recursos humanos, y ya nadie se puede quejar.

Cuando entraron al sitio el olor a comida le llego hasta las fosas nasales de Christofer haciéndole agua en la boca de lo bien que huele el sitio, el lugar es pequeño, pero prometedor, el estómago de Chris ruge en exigencia de probar un bocado de ante aquella deliciosa comida, ese sonido causo que Christofer se sonrojara de la vergüenza causando la risa de las pocas personas que hay en el sitio.

- Teodoro no puedo creer que le hagas pasar tanta hambre a tu secretario.- negó la cabeza divertido\, provocando que se pusiera más rojo.- Acaso no temes que te acuse con recursos humanos.- bromeo pasando uno de sus brazos\, bueno más bien intento pasar uno de sus brazos por los hombros de Christofer.- ¿por casualidad cuanto mides?- pregunto sorprendido al sentirse más bajo. Se lo quedó viendo por unos varios segundos más\, como si estuviera extasiado.

- Sí\, muy gracioso. - Poniendo los ojos en blanco.-  Bien\, busquemos un lugar en donde sentarnos. - Interponiéndose entre los dos hombres al mismo tiempo que busca una mesa con la mirada\, encontró un buen sitio entre la salida del lugar y cerca de las ventanas con vista a la calle. Justo en el momento que se sentaron los tres hombres apareció un mesero para darles las cartas del menú y luego se marchó para atender a otra mesa.- Señor Sánchez elige lo quieras para comer\, para beber cualquier cosa menos bebidas que contengan alcohol.- ofreció\, su abogado se le quedó viendo extrañado.- tenemos que volver al trabajo.- volviendo la vista a la carta.

Mientras están a la espera de que lleguen sus platos, ya elegidos, Teodoro se pone al tanto con su amigo, el abogado, el que Chris deposita su atención a lo que su jefe y el abogado hablan, se encuentra ansioso por disgustar un buen plato de comida después de tanto tiempo. A lo que escucho hasta el momento es que su jefe está hablando sobre un arreglo de bienes acomunados, y eso se le hizo extraño porque durante la semana en que ha estado trabajando escucho los distintos rumores que circulan en todos lados, es que él y su esposa tienen más que una perfecta relación.

A caso su jefe se está por morir y por esta razón están hablando sobre tener que dejar cosas a su señora. Christopher se encuentra en un estado de sorpresa y confusión, y más lo que escucho a continuación, su jefe está hablando sobre querer divorciarse, por eso quiere dejarle casi todo a su mujer.