Lágrimas De Cristal

Anya al percatarse de que estaba sola buscó la manera de escapar, fue a la puerta, pero no pudo abrir así que pudo huir, luego de coger el teléfono para llamar se detuvo, y pensó en voz alta.

—¿a quién vas a llamar, nadie se preocupa por ti?, colgó el teléfono, y procedió a dar un recorrido por el lugar, pasaron las horas y Bastian no regresaba, así que se recostó en el sofá, quedándose dormida minutos después, por otro lado, Bastian se reunía con su familia, después de charlas su madre victoria procede a preguntar sobre Anya.

— y bien, ¿cómo es la chica?

— ¿Por qué la pregunta si ya saben cómo es ella?

— no seas grosero, ¿te estoy preguntando si te aceptó o si le caíste bien? ¿Por qué no la trajiste?

— acaso no es obvio, no la traje aquí porque tuve que dejarla encerrada en mi apartamento.

— no entiendo hijo, ¿por qué encerrada?

— porque sencillamente la chica me odia, su tía no le dijo que tenía que casarse conmigo, por esa razón me vi obligado a traerla a la fuerza.

Al terminar las palabras, su abuelo Robert se levantó de donde se encontraba sentado estupefacto por lo que su nieto había hecho.

— ¿ qué fue lo que hiciste? ¿Por qué tenías que hacer las cosas así? ¿ no te dije que hicieras todo con calma, que te está pasando?

— ¿y qué otra cosa querías que hiciera abuelo, ¡Ah! ¿Que llegara con rosas y chocolates? Ustedes sabían que yo no estaba de acuerdo, y también saben que solo lo hice porque es la última voluntad de mi padre, y porque yo jamás aceptaría trabajar bajo las reglas de Noah, bastante tengo con soportar todos estos años las órdenes de ustedes, no tienen por qué juzgarme porque he hecho todo lo que ustedes han querido, estudié lo que ustedes decidieron, fui a la universidad que eligieron, no di ninguna queja, hice todo perfecto porque no se me estaba permitido equivocarme, ya estoy cansado de sus malditas órdenes.

Por primera vez en su vida Robert le levantó la mano a su nieto, abofeteando su rostro, decepcionado por lo que acababa de decir Bastian.

— ese golpe me dolió más a mí, hijo, pero no tanto como tus palabras, me siento decepcionado y defraudado por todo el esfuerzo que tu padre y yo hicimos por ti, para convertirte en el hombre inteligente y exitoso que eres, y tú no nada más no lo agradeces, sino que también llevas acumulando rencor hacia tu familia.

Arrepentido por lo que había dicho, Bastian quiso disculparse, pero a veces la ira no permite que cuidemos las palabras que decimos.

— Abuelo, perdón, no quise decir eso, estoy muy estresado, no sé qué me pasa, yo siempre voy a estar agradecido por la familia que tengo, por tu apoyo, maldición, a veces no puedo medir las palabras que digo.

— dice un viejo dicho, que hay tres cosas que nunca regresan, la flecha lanzada, la oportunidad perdida y la palabra pronunciada, estarás arrepentido, pero, dijiste lo que sientes y eso es más que suficiente.

Robert se retiró del lugar y Bastian también volvió al apartamento, no antes de analizar y reflexionar, no quería seguir cometiendo errores, al llegar pudo apreciar a Anya durmiendo, después de tomar una ducha fue a la cocina a preparar algo de comer, al despertar Anya no le tocó de otras que tomar las cosa que Bastian le había traído, por lo que duchó y cambio colocándose la ropa que él había traído, Bastian la invitó a comer en la terraza, ella se acercó y miraba las vista.

— siéntate, no has comido nada en todo el día, dice Bastian que todavía tenía la mejilla derecha roja por el golpe de su abuelo, ella accedió pues estaba hambrienta

— ¿ Qué le pasó, acaso se peleó con alguien?

— come, ese no es tu asunto, dice Bastian seriamente.

— está bien, igual no me interesa tampoco.

Él la miraba mientras comía, la postura que mantenía mientras estaba sentada y la forma como sostenía los cubiertos eran tan sofisticadas.

— ¿ qué tanto me mira? Preguntó Anya.

— Quiero disculparme por lo que pasó temprano, sé que me he pasado con lo que te dije, discúlpame.

— no se sienta especial, me han dicho y hecho cosas peores, y gente cercana, pero está bien, lo disculpo, Anya intentó mostrar empatía, aceptando sus disculpas.

— Aunque no lo creas comparto el mismo punto de vista que tú, y también estoy confundido, pero si llegamos a un acuerdo como te dije todo será mejor.

— ¿bien y qué es lo que quiere?

— dime tú qué quieres primero.

— yo estaba por empezar a estudiar, me matriculé para estudiar bellas artes.

— ¿te gusta el arte? tenemos algo en común, a mi me gusta, la fotografía es más fácil que pintar pero son parecidas?

— si, desde niña cuando estaba en el internado soñaba con estudiar música en París, yo toco el piano desde los cuatro años, como no pude ir a París me decidí por la de bellas artes que también me gusta.

— aquí hay universidades donde puedes estudiar las dos carreras, yo te voy a ayudar, Anya quiero que confíes en mí, no es necesario que me lo digas, sé que la tristeza que trasmiten tus ojos la tienes desde hace mucho, quiero que sepas que si me dejas yo puedo cuidar de ti, no me mires como alguien que quiere hacerte daño, seamos amigos.

— está bien, después de todo no tengo más que hacer, ¿y qué quiere usted?

— como mi abuelo quiere que me case, te propongo que te hagas pasar por mi novia, me refiero a que finjamos que lo estamos intentando y nos estamos llevando bien como pareja, vivirás aquí y no te preocupes por nada yo me encargo de todo.

— está bien, pero este apartamento tiene una sola habitación yo no dormiré con usted.

— tranquila, yo viviré en otro lugar y tú te quedarás aquí.

— pero no voy a estar toda la vida encerrada, ¿y hasta cuando tenemos que fingir?

— no lo sé, que el tiempo lo diga, más adelante no preocupamos por ello, y no vas a estar encerrada, hay muchas cosas que puedes hacer, como ir de compras, ir al club, hasta ir de viajes, eso que hace las chicas de tu edad.

— discúlpeme, pero eso no es una actividad que yo pueda hacer, me gusta sentirme útil, puedo trabajar.

— no, eso no, pero si no quieres eso entonces, te tengo algo que si te puede interesar, puedes dar clase de piano o pintura en unas de las fundaciones que cree para la ayuda de adolescentes con situación de calle, también hay un orfanato que necesita más voluntarios.

— eso está mejor, me gustaría conocerlo, dice Anya más animada y con más confianza hacia Bastian.