El Padre De Mi Esposo

Julieta...

Abrí mi corazón, le conté casi toda la verdad, no puedo decirle que yo no pertenezco a este mundo.

Aún no, puede que después lo haga. Ojalá no me tome por loca.

Estar en sus brazos durmiendo me trajo mucha paz, me sentí muy protegida y amada, será porque puedo sentir que sus sentimientos son sinceros.

Al despertar ya no estaba a mi lado, es normal nadie podía verlo salir tan temprano de mi habitación, me alisté y me puse uno de mis vestidos sencillos pero que deja suspiros al pasar.

El desayuno fue muy interesante, podía darle unas miradas de vez en cuando esperando que nadie se dé cuenta y eso incluye a mi doncella.

Como debía ir a mi local, me despedí y el dejo una nota en mi mano, la leí y al ir a caballo iba muy feliz.

No solo por lo excitante que se ha vuelto nuestra relación, sino porque ahora se van mezclando sentimientos.

Y cada día me es más difícil estar lejos de él.

Mi día transcurrió en tranquilidad y al salir fui directamente al lugar donde él me esperaba.

Al igual que la vez pasada no había muchas personas y pudimos ir de la mano por los senderos.

Recorrimos varios hasta llegar a un pequeño puente, debajo había un riachuelo con peces de colores, el lugar era muy romántico.

Nos quedamos frente a frente y aquí me hizo entrega del regalo que tenía para mí.

Me gustó mucho, ya que era muy sencillo y podía llevarlo puesto a diario.

Quién lo viera no pensaría que es tan caro, además de imaginar que yo misma la compré.

Aunque moría por yacer en sus brazos nuevamente me conforme con vivir este momento como pareja.

Regrese a casa sin el más mínimo remordimiento por lo que hacía.

Total mi esposo dentro de poco va a conocer a su "verdadero amor".

De la familia de Julieta no he tenido noticia alguna, tampoco la he buscado, ya que primero quiero tener recursos suficientes, antes de cobrar todo lo que le hicieron a este cuerpo mientras ella vivía.

Donde sea que esté el alma de Julieta deseo de corazón que sea feliz y encuentre un amor verdadero y tenga una hermosa familia.

Benjamín sigue aquí en casa, he dejado la ventana de mi alcoba entre abierta, pero no sé ha animado a venir nuevamente.

Muero porque lo haga, pero no sé lo voy a pedir, no quiero que piense que estoy urgida por mantenimiento, aunque así lo sea.

Benjamín...

He pasado unos días aquí, tan cerca de Julieta y cada noche es lucha constante por no meterme a su habitación y hacer la mía.

Envíe a un amigo a realizar una investigación a la familia de Julieta, necesito conocer toda la información de su vida, antes de llegar aquí.

Ricardo es muy bueno en eso, podría jurar que no se perderá ningún detalle de esas personas.

Hoy recibí una carta y la información que he recibido no me gusta para nada.

Primero, el padre de Julieta está endeudado hasta la sombra, y ya vendió el título junto a muchas de las propiedades que poseía.

Me informó que tiene un hijo algo mayor del cual nadie conoce y a él también lo vendió a un ducado para que este sirva en los establos.

Y por último que estos también tienen una hija de 19 años, a la cual han mantenido lejos de ellos.

La pregunta aquí es; porque la han alejado de la familia.

Que no la han visto antes, será que también corre la misma suerte que Julieta y su hermano.

La madrastra de Julieta, ahora se vende al mejor postor para seguir manteniendo su vida cómoda, mientas a su marido no le importa que hace ella.

Mientras él tenga dinero para seguir apostando, le da igual de donde sale este.

Todo una joyita este tipo. Sin duda lo que provoca los vicios.

Ahora lo que me interesa es conocer quién es esa joven y si se encuentra a salvo de ellos.

Esta información quiero mostrársela a Julieta, para saber que medidas tomar.

Así aproveché la noche para infiltrarme en su cuarto, para poder estar tranquilos sin que nos estén observando.

Ahí estaba ella, sentada en el sofá leyendo tranquilamente, ni siquiera se ha percatado de mi presencia.

Me acerque sigilosamente, y le hable…

-Hola mi bella-ella se asustó que pego un brinco.

- amor-se giro y me abrazo.

- me senté a su lado, quiero hacerla mía, pero es importante hablar primero con ella.

- cariño, debemos hablar primero, así que escúchame atentamente.

-ella asintió y entonces le conté todo.

- tengo hermanos, porque no los conozco.

-en serio no sabes nada de ellos, ni sus nombres.

- No, cuando llego mi madrastra lo hizo sola. Además, la mayor parte de tiempo me tenían encerrada.

- Sabemos donde está tu hermano, el trabajo es pesado pero se encuentra bien. Nos preocupa es tu hermana no sabemos nada de ella.

- entiendo, que clase de monstruos tengo como familia.

- No lo sé, eres tan diferente me alegro mucho de que seas tú quien esté aquí ahora y no otra persona.

- al menos tienen alguna pista de donde pueda estar.

- nada; sin embargo, mi amigo ya se está haciendo cargo de encontrarla.

- hay alguna forma de traer a mi hermano aquí.

- si, pero fue vendido por tu padre, habría que comprarlo y pagar el valor que tu padre recibió por él.

- podrías averiguar eso para recoger el dinero, luego iré a negociar su libertad.

- Si tú quieres yo me hago cargo de eso.

- Gracias pero no, quiero hacerlo yo, ya muchas molestias te has tomado en mi nombre.

-No tengo problemas con eso, quiero hacerlo, déjame hacerte feliz.

- te quiero Benjamín, gracias nuevamente por estar a mi lado, lo que más deseo en este momento es obtener más poder y hacerlos pagar por todo el daño que me hicieron.

- y cuentas conmigo, sé que quieres hacerlo tú sola, pero me tienes a tu lado para lo que se te ofrezca.

Julieta besó a Benjamín y empezó a tocar su cuerpo provocando que este se excitara, lo deseaba y está vez no dejaría que la dejara con las ganas.

Benjamín perdió la cordura dejándose llevar por los besos de su apasionada mujer, quien ya estaba más que lista para él.

Horas después cansado y agitado por todo lo que habían hecho se vistió, dejándole un beso.

Sabe perfectamente que debe irse antes que el sueño lo venza pues si esto ocurre será imposible que no lo encuentren aquí en la mañana.

Al llegar a su habitación cayó dormido inmediatamente en su cama, con una gran sonrisa de satisfacción.