Odet y Dafne se conocen desde niñas, siempre fueron amigas hasta que cada una tomó su camino. Después de muchos años volvieron a encontrarse. Esta es una historia basada en hechos reales, los nombres y los personajes fueron creados para dar vida a esta historia. No todo lo que se escribe pasó de verdad. Sin embargo, algunas cosas sí pasaron.
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Javier y Odette
Monterrey, Nuevo León...
Javier y Odette llevaban varios meses de andar juntos, pero lejos de ser feliz, Odette tenía una gran tristeza en su rostro.
Javier no se cansaba de decirle que no la amaba.
Odette, ¿por qué no veo que seas feliz?, le preguntó Arturo.
Arturo, no quiero ser grosera contigo, pero eso a ti no te importa, dijo Odette a la defensiva.
Tienes razón, tal vez no me importa, pero yo quiero salir contigo, por favor.
Arturo, sé que lo único que quieres conmigo es llevarme a la cama y yo no estoy dispuesta a eso. Además, yo no quiero salir embarazada, estoy muy joven todavía.
Si eso es lo que te preocupa, yo sé cómo hacerle para que no quedes embarazada, dijo Arturo sin importarle que Odette lo haya descubierto en sus intenciones.
Un poco asombrada, Odette le dijo: No me digas y, ¿cómo piensas hacerle?, ¿a poco se puede?, preguntó ella con toda la inocencia del mundo.
*Autora*... Queridos lectores, antes de que se pongan a juzgar a la pobre de Odette, déjenme decirles que antes los padres eran muy recatados y no hablaban de sexo con sus hijos y cuando ellos les preguntaban se hacían los locos y no contestaban nada, por eso Odette estaba muy cerrada en ese tema. A ella nadie le habló de sexo, en la escuela le habían explicado algo así, pero no es lo mismo que te lo expliquen a llevarlo a la práctica.
Odette aún seguía siendo una niña, aunque Arturo pensaba que era una mujer que ya había tenido relaciones, por eso insistía en salir con ella.
Con una sonrisa Arturo le dijo: ¿No me digas que no sabes?, Bueno, no importa, vamos y te prometo que no quedarás embarazada.
¿Sabes qué, Arturo? Ya déjame en paz. Además, tengo novio.
Un novio que no te ama.
¿Y tú sí me amas?, no seas patético, dijo ella.
Bueno, no precisamente que te ame, pero me gustas mucho, ¿por qué no podemos disfrutar aunque sea de nuestra compañía?, ambos somos jóvenes y solteros.
Porque yo no quiero, entiéndeme.
En ese lugar había una chica que se llamaba Lety Vega, era una muchacha muy guapa cuando sonreía se le hacían unos hoyuelos en las mejillas. Arturo no disimulaba su admiración hacia ella y cada que la veía le restregaba en la cara a Odette que ella sí era una señorita decente.
Pero a Odette eso le venía valiendo cinco, ella sabía perfectamente bien lo que era y no tenía por qué demostrarle a nadie su valía.
Y si eso piensas de mí, ¿por qué quieres salir conmigo? Ah, ya sé, no me digas que quieres tener relaciones conmigo porque supones que ya no soy virgen. ¿O me equivoco?
No me lo tomes a mal, no es eso, dijo Arturo apenado de haber sido descubierto. Lo único que puedo decirte, es que me gustas mucho no veo que tenga de malo.
Lo siento, Arturo, no pienso salir contigo.
Javier y Rosario platicaban mucho.
Un día en que salieron los cuatro, o sea, Rosario y su novio Javier y Odette fueron a una feria.
Pero como cosa curiosa Rosario y Javier se subieron a la rueda de la fortuna, dejando a Roberto y Odette solos.
Y como ambos eran muy serios casi no hablaban nada.
"Mejor deberíamos de andar nosotros y que ellos anden también", se dijo Odette sin externar sus pensamientos.
Y como si Roberto la hubiera escuchado, dijo: Mejor deberían de andar ellos y nosotros aparte, parece que no somos sus novios.
Odette lo miró asombrada, no podía creer que estuvieran conectados al menos en el pensamiento.
Eso mismo pensé yo, pero deseché mi pensamiento al instante, yo no podría amar a nadie más que no fuera Javier.
Y yo no podría amar a nadie más que a Rosario, dijo Roberto sonriendo.
Jajaja, se me vino una idea a la mente, cuando ustedes se casen el pastel va a tener "R y R" de Roberto y Rosario, ¿no se te hace gracioso?
No lo había tenido en cuenta, pero ahora que lo dices creo que tienes razón, jajaja.
Roberto, ¿serías tan amable de dejarme en mi casa, por favor?
Sí, vámonos, pues, ellos están muy felices y nosotros acá haciendo mal tercio.
Odette no veía ningún futuro con Javier, pero ella aún tenía la esperanza de que él cambiara.
Odette, ¿hay algo que te preocupa?
Mi papá fue internado de emergencia, creo que le quiso dar un infarto.
Y, ¿cómo está?, si quieres vamos yo te llevo.
Sí, por favor, quiero ir a verlo.
Tiempo después, Odette llegó al hospital ahí estaba su mamá y su hermano.
¿Cómo está mi papá?, preguntó Odette.
Está estable. El doctor dijo que le iba a practicar una operación a corazón abierto porque dice que tiene un corazón muy grande y es necesario operar. Es una operación muy delicada, pero necesaria.
¡Oh, Dios!, espero que se pueda recuperar, dijo Odette.
Tranquila, amor, ya verás que tu papá se pondrá bien.
Odette no podía entender que Javier le dijera amor cuando nunca le había hablado así.
En el fondo se sentía feliz, aunque sabía que solamente era una pantalla.
Ella sabía perfectamente bien que Javier no la amaba.
Pero en su corazón tenía la ilusión de que podría darse un gran amor entre ellos dos.
Por lo pronto, disfrutaría el tiempo que él le quisiera dar.
Él la besaba y la acariciaba, pero nada más.
Javier la llevó a su casa cuando sabía que no estaba nadie.
Eres muy hermosa, ¿lo sabías?, le dijo a Odette.
No lo sé, eres el único que me lo ha dicho.
¿Acaso piensas que estoy ciego?, en tu trabajo hay un muchacho que te tira los canes, ¿tú crees que no me he dado cuenta?
Por un momento, Odette pensó que Javier estaba celoso.
Pero antes de que dijera nada Javier la sacó de su error.
No pienses que estoy celoso, simplemente creo que ese chico también te ha dicho que eres muy hermosa.
Sin decir nada más, Javier la estrechó entre sus brazos y empezó a besarla.
Cuando quiso quitarle la ropa ella, inmediatamente, se negó.
Pero, ¿qué te pasa? ¿Acaso eres una niña?
No, pero yo pienso que si quieres tener sexo conmigo al menos debemos estar casados.
Y, ¿quién dijo que para tener sexo hay que estar casados? Tú y yo somos novios y podemos tener sexo si queremos.
Yo... aún no estoy preparada para eso.
No tengas miedo, solo déjate querer.
Pero Odette sabía muy bien lo que le deparaba el destino si llegara a salir embarazada, su padre la agarraría como pelota de básquetbol.
Javier no paraba de besarla y acariciarla, pero ella en un acto de valentía se separó de él y salió de su casa. No estaba dispuesta a ser un objeto sexual para cualquiera.
Para esto ya llevaban 9 meses de novios. Era el mes de enero.