Endemoniadamente Peligrosas

Elena:

Renata me miraba en espera de saber que haría al saber a Guido en la cocina y además molesto.

Renata: (susurrando) creo que anda molesto.

Elena: Tiene dos trabajos, hice lo correcto.

Renata: Bueno, así que digas lo correcto correcto, pues..

Miré de reojo a Renata, ella debería estar de mi lado y apoyarme, pero no buscaba ningún error en lo que había hecho, sé perfectamente que con Siena aquí sería más fácil de revisar a Laura íntimamente, con su padre y Dimitri sería demasiado incomodo, aunque creo que Dimitri ya la debe estar revisando…

Elena: Reni, entiende que si le iba avisar pero no era para decirle que su hija acababa de tener un aborto y está grave.

Renata: Pero es su hija.

Elena: Baaah, si le parece bien, bien y sino también.

Renata negó con la cabeza, las dos nos fuimos a sentar en el sillón de la sala, reposé mis brazos en mis piernas uniendo las yemas de mis dedos dando pequeños choquecitos de los nervios. Bostezó tan grande que me estaba contagiando del sueño.

Me puse de pie, ella me miró algo confusa pero con una pequeña sonrisa.

Renata: No puedes estar sin ese hombre.

Elena: Tengo que aprender a estarlo ahora que ella está viva.

Di un paso y sujetó con fuerza mi mano Renata, se puso de pie mirándome algo molesta.

Renata: ¿Qué te sucede? De cuando aquí decides quien forma parte de la vida de otros, no eres de esas Elena, siempre has luchado por lo que quieres y por lo que por derecho te pertenece. Quieras o no aceptarlo, Guido te pertenece es tu esposo.

Elena: Eso sabemos que no es verdad. Con vida… con vida todo cambia.

Me soltó dejando que siguiera mi camino, quizá no era el momento que debía hablar con Guido, pero no buscaría otro tiempo, ya que mis planes siguen en curso. Caminaba directo a la cocina, reposé mi mano en mi pecho quedando paradita sin llegar a la entrada, hablar en estos momentos con Guido no sería nada bueno, pero nos hemos dicho cosas feas y aun nos mantenemos unidos, pero las cosas cambiarían por mucho que no lo deseemos.

Tragué saliva, estaba totalmente decidida en hablar con él, no me quedaba de otra, era ahora o nunca antes que los demás bajaran y no tuviera ninguna oportunidad.

Di un gran paso asomándome por la entrada de la cocina, Guido tenía una manzana en su mano, sonreí al ver que siempre con su manzana del pecado satisfacía sus necesidades de tener la paciencia y el temple para no discutir con Dimitri al no dejar que entrara a ver a su hija.

Me miró de reojo apartando la mirada de mí, miraba hacia a otro lado.

Elena: Creí que al verme…

Guido: Creíste… Mi hija es la que está en peligro no cualquier otra persona.

Caminé hacia quedar frente a él, dio una mordida negando con la cabeza, no era fácil tocar el tema con él, tampoco me la ponía muy fácil que digamos.

Elena: Sé que debí avisarte antes que a Siena, pero quiero que entiendas.

Guido: NO, NO VOY A ENTENDER NADA… NO DE ESTA MANERA ELENA, TAL PARECE QUE COMO SIEMPRE HACES LAS COSAS SIN PENSAR.

Elena: Pensé, claro que pensé, por eso no te avisé primero a ti.

Se levantó de muy mala manera, pisó el pedal del cesto de basura arrojando lo que quedaba de su manzana, se lavó las manos tomando una pequeña toalla secando sus manos, se dio la media vuelta arrojando la toallita.

Guido: ¿Crees que puedes jugar con la vida de los demás? LAURA ESTABA EN PELIGRO. ESO, ESO ELENA NO ES PARA DEMOSTRAR QUE PUEDES SOLA.

Elena: No lo hice por eso, lo hice por la misma Laura.

Guido: ¿ACASO ELLA TE PIDIÓ QUE NO ME AVISARAS?

Apreté la quijada del coraje que me estaba causando al no darse cuenta de las cosas. Cerré los ojos suspirando de saber que el mismo Guido ahora era quien estaba demasiado molesto conmigo cuando las cosas no deberían ser así. Abrí los ojos entrecerrando al ver la actitud de él que para nada era compresivo.

Elena: NO, ELLA NUNCA ME PIDIÓ QUE NO TE AVISARA, PERO ERES SU PADRE Y TAMPOCO ME PARECÍA QUE SEAS QUIEN LA REVISARA, POR ESO ACUDÍ A SIENA, ELLA ES MUJER Y SE SENTIRÍA MÁS CÓMODA.

Guido: SIENA NO SABE SOBRE LOS EFECTOS QUE CAUSA TENER EL VOGRE EN SU SISTEMA. ESTO ES TU CULPA… LAURA NO DEBIÓ CAER EN GRAVEDAD. SI TAN SOLO…

Elena: CIERTO, CIERTO, SI TAN SOLO HUBIERAS LLEGADO ANTES QUE SIENA TAMBIEN TENDRÍA REACCIÓN A LA MALA PRÁCTICA QUE LE HICIERON, ¿ME QUIERES CULPAR? ADELANTE HAZLO, PERO NO HICE NADA QUE NO HUBIERA HECHO OTRA EN MI LUGAR. Me culpas por no avisarte, pero que hay de la mujer que le hizo el daño a Laura PARA DEJARLA COMO ESTÁ… ¿AAHHH? NO, ESA MUEJR CAE DE INOCENTE POR QUE TIENE QUE SER INOCENTE ANTE TUS OJOS.

Entrecerró los ojos negando con la cabeza, dio unos cuantos pasos quedando totalmente frente a mí, me miraba con mucho coraje, entiendo esa parte, pero también tenía que pensar más que él en su propia hija.

Guido: No tienes ningún derecho sobre Laura, ella está en peligro por tu culpa no hay de otra, pude llegar a tiempo y ver que no caiga en el estado que está.

Elena: YA TE DIJE, QUIERES CULPARME HAZLO, UNA Y OTRA VEZ HARÍA LO MISMO… ¿Por qué no te preguntas por la persona que lo hizo? ESA PERSONA ES LA VERDADERA CULPABLE.

Sonrió irónicamente y lleno de sarcasmo, me miró de pies a cabeza negando con la cabeza, se apartó queriendo irse, ahhh, no pero yo no he terminado, sostuve su brazo jalando, él levantó su brazo haciendo que lo soltara.

Guido: Te desconozco Elena, nunca hubieras hecho esto, consideraba que no eras capaz de poner a mi hija en peligro, ¿acaso es lo que también pretendías?

Me dio tanto coraje, levanté mi mano soltando un fuerte cachetada, él se fue hacia atrás logrando sostenerse de la barra desayunadora mirándome con asombro al darse cuenta que no era una simple cachetada, que mi fuerza había aumentado considerablemente pero tampoco me limitaría ante él y ante nadie.

Elena: JAMÁS… ME OYES, JAMÁS LE HARÍA DAÑO A TU HIJA FORME PARTE DE NOSOTROS O NO. SOY LA QUE TE DESCONOCE AL HABLARME DE ESA MANERA.

Guido: ¿quieres guerra de egos? Adelante Elena, quieres demostrar lo fuerte que eres conmigo, puedes hacerlo. Sigo en mi postura.

Se incorporó mirándome con ganas de asesinarme, ahh, pues que lo haga, sé que no hice nada malo, pero si él lo quiere pensar de esa manera, por mi que lo haga.

Elena: Fuiste el que decidió que las cosas se manejaran así, te pedí tiempo y me lo diste, acudías a mí por mi ausencia, pero tampoco voy a permitir que el amor que te tengo sea una venda en los ojos para darme cuenta que me culpas antes que a otra persona. NO FUI QUIEN DEJÓ A LAURA EN ESE ESTADO. LA SALVÉ DE LAS MANOS ENEMIGAS… QUIERES CULPARME, PUES BIEN, SOY LA CULPABLE QUE LAURA ESTÉ EN UNA CAMA PENDIENDO SU VIDA DE UN HILO. ¿ESO QUIERES ESCUCHAR? SI, SI SOY CULPABLE.. ¿Qué VAS HACERME? ¿MATARME?

Guido: Ganas no me faltan.

Saqué el arma asentando con fuerza sobre la barra, la señalé que ahí tenía el arma para hacerlo.

Elena: No pondré resistencia, dispara… VAMOS DISPARA… HAZLO… QUIERO VER QUE TUS PALABRAS LAS CUMPLAS, COMO CUANDO DIJISTE AMARME EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS, EN LA SALUD Y ENFERMEDAD. NO SERÍA LA PRIMERA VEZ QUE DEMUESTRAS TU PODER ANTE MI. VAMOS GUIDOOO HAZLO… TEN LA FUERZA DE HACERLO.

Ni lo pensó dos veces, tomó el arma, quitó el seguro apuntándome, caminó hacia mi reposando la boquilla en mi pecho directo al corazón, mis ojos los sentí arder al ver que había activado su instinto, me sorprendí al ver el color de sus ojos que ya eran otros, había logrado una transición, que demostraba que era muy fuerte, quizá más que yo. Igual se sorprendió al ver el color de mis ojos, pero eso él ya lo sabía que había logrado mi transición por su presencia ante mi varias noches que nos hacíamos el amor logrando sacar ese dolor que tenía por dentro al perder a mi bebé.

Elena: DISPARA…

CLIC!! CLIC!! CLIC!!

Tragué al darme cuenta que si me hubiera matado sin pensarlo dos veces. Asentí con la cabeza sin dejar de mirarlo, una pequeña sonrisa llena de maldad se le dibujaba en el rostro, sostuve la boquilla del arma apretando más en mi pecho.

Elena: Me culpas… esta bien, SOY CULPABLE, PERO ESTÚPIDA EN ENTREGARTE UN ARMA CARGADA.

Asentía con la cabeza, abrió el cartucho dejando caer al piso, bajó la mirada viendo que no tenía una sola bala, tampoco me iba a sacrificar por algo que no tenía nada que ver conmigo.

Guido: Veo que aprendiste muy bien.

Elena: Tengo un buen maestro que ahora me toma como culpable de algo que no hice. ¿Por qué NO BUSCAS A LA VERDADERA CULPABLE?

Guido: Si lo hago, tendría a Ivanka aquí, ¿no lo sabes?

Elena: ¿IVANKA? Por favor, esa mujer no tiene nada que ver en lo que le pasó a Laura.

Levantó al mirada hacia mi, se le veía confuso, así lo quería tener que aprendiera y se diera cuenta que no siempre va a tener la razón de algo que por lo visto ni enterado está.

Guido: Ivanka, su madre es quien está tras de todo esto. Lo sé.

Crucé los brazos riendo con tanta burla en saber que por su mente no pasaba otra persona más que la madre de Laura, pero por primera vez me sorprende que hayan subestimado al enemigo.

Elena: Me alegro que sigas pensando con mucho cariño y amor hacia Ivanka, pero no, no es Ivanka.

Me miraba exigiendo saber la verdad, pero las cosas no eran como él quería que fueran, por el contrario, tenía la verdad en mis manos sin que ellos lo tengan… demasiado raro para ser ellos.

Guido: ¿Qué has dicho?

Bajé los brazos caminado hacia él, no apartaba la mirada de mí, no sé si en este momento me estaba deseando, pero esa mirada tenía dudas que dejaba ver… di un fuerte golpe con mi dedo índice sobre su pecho, sostuvo mi dedo apartándolo sin soltarlo.

Guido: Habla.

Arrebaté mi mano dejando que él se estuviera revolcando sobre sus dudas, sonreí con tanto triunfo, pro primera vez, ellos no saben a lo que se están enfrentando, quizá si, pero lo quería escuchar de mi.

Elena: Ivanka no es quien dañó a tu hija de esa manera… fue tu esposa DINA GERI… ¿CONTENTO?

Vi como Guido se descompuso negando con la cabeza, vaya, veo que eso no se lo esperaba para nada.

Elena: LA DISTE POR MUERTA, NI SIQUIERA TUVISTE EL VALOR DE IR BUSCAR SU CUERPO SERCIORANDOTE QUE DE VERDAD ESTUVIERA BIEN MUERTA… DINA GERI FUE QUIEN LE SACÓ A SU BEBÉ DEL VIENTRE DE LAURA, SABE QUE TU PUNTO DEBIL EN ESTE MOMENTO NO ES NADA MÁS QUE LAURA… LA SALVÉ GUIDO, LA PROTEGÍ ANTE ESA MALA MUJER…

Guido: Eso… eso… eso es mentira, Dina está muerta.

Elena: Está más viva que tú y yo juntos. La misma Laura cuando se despierte te lo va a confirmar.

Dimitri y Dylan se asomaban en la entrada quedando paraditos sin avanzar más, miré hacia ellos que ahora al parecer, ellos ya sabían la verdad de quien lastimó a Laura.

Guido: ES IMPOSIBLE, SI ESTUVIERA CON VIDA, HUBIERA APARECIDO AUNQUE SEA POR NUESTROS HIJOS.

Elena: Dina, no le interesa sus hijos a y TE ATREVES A CULPARME A MI… NO TE PREOCUPES, QUE YO NO TENGO LAS MISMAS INTENCIONES QUE ELLA TIENE… TE LO ADVIERTO GUIDO… PUEDES IR A BUSCARLA SI QUIERES, NO TE VOY A DETENER, PERO GIAN Y DILAN SON MIS HIJOS Y ELLOS NO SE VAN ACERCAR A ESA MUJER ASÍ SEA QUIEN LOS PARIÓ, NO LOS VOY ARRIESGAR…

Di la media vuelta, Dimitri y Dylan demasiados serios viendo a Guido que no tenía ya nada más que decir… Me detuve mirando a Dimitri.

Elena: ¿Acaso miento que Dina esté con vida?

Dimitri: No, Guido, Dina está con vida.

Di la media vuelta mirando a Guido con el dolor que en mi corazón estaba teniendo era suficiente para seguir haciéndome daño, pero la reacción de Guido era demasiado evidente al saber que Dina estaba con vida.

Elena: Dina Geri está viva, por lo tanto…

Tragué saliva, no me salían las palabras, mis ojos se humedecieron, pero no podía negar lo que estaría pasando con ella aquí.

Elena: Nuestro matrimonio… Por lo tanto nuestro matrimonio se invalida.

Dylan: Elena espera.

Dimitri: Elena…

Seguí mi camino, no quería escuchar palabras de nadie, al menos no ahora, lo que muchas personas en su momento querían que se hiciera realidad, ya lo tienen, no hay nada que me ate a Guido y eso lo sabemos él y yo.

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