En una tribu donde los demonios dominan y los humanos son vistos como enemigos, Tae, una joven demonio, es rescatada por Aarón, un humano común y corriente. A medida que sus caminos se entrelazan, surge un amor prohibido que desafía las normas de su tribu. Sin embargo, Alma, movida por la envidia y el capricho, hará todo lo posible por destruir su romance. Entre pasiones desbordadas y secretos oscuros, Tae y Aarón deberán luchar no solo contra los prejuicios de su mundo, sino también contra aquellos que desean separarlos. ¿Podrá su amor sobrevivir en un lugar donde lel romance esta prohibido?
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Capitulo 8
(Punto de vista de Tae)
Tae permanece en su habitación plantada en su cama sin energías.
No he dormido nada de nada está cama me lo recuerda, pensar en esa noche me pone peor, mi cama está impregnada de su aroma mi cama ya no me pertenece y mi cuerpo lo llama...
Así que así se siente...
Mis ojos están hinchados y colorados no quiero salir afuera de casa de esta forma pero debo encargarme de las huertas y cazar lo que pueda...
No quiero hacer nada hoy ni mañana ni pasado.
La cara de Aarón cuando le grite eso... De verdad que lo lastimé pero... Verlo de esa forma me rompe el corazón, mi padre es el más fuerte de la aldea no durará en matarlo si es una amenaza.
No puedo creer que alguien haría eso por mí me siento amada...
Podría ir a buscarlo pero no sé dónde está... Daría la excusa de ir a cazar y fugarme junto a él.
—Aah—. Tae lanza un suspiro.
Mi cabeza da Miles de vueltas y mi pecho me duele como si me odiara, lo sé odio esto también.
Ver ese rostro de Aarón y verlo partir por mis palabras... Mi madre dijo que no me preocupara que ella lo resolvería ¿Cómo haría eso? Él seguro no volverá jamás luego de esto.
Me odio.
No quiero salir.
En este lugar me quedo.
Hundo mi rostro en la almohada de plumas para gritar de la rabia, nunca me había sentido tan enojada con mi padre.
No tiene la culpa, Aarón fue un tonto al abrazarme que idiota es su culpa...
Me deje llevar... Me abrazó y me besó... También me quitó mi inocencia, aunque en solo pensar en eso me da alegría también me produce vergüenza y temor por lo que hay bajo el colchón de la cama.
Si, las sábanas que hace tres días no me deshice de ellas.
Tampoco quiero que las laven mucho menos que lo vean por favor eso no, eso jamás.
¿Qué debería hacer ahora? ¿Qué estará haciendo él? ¿Qué debí hacer? Mi cabeza me tortura.
—Oye—. Se escucha una voz femenina a mi costado.
Pero pasa desapercibida por qué me encuentro hundida en mis propios pensamientos y problemas.
Quiero seguir llorando pero no está bien que la hija del demonio más fuerte de la aldea llore por amor, eso es debilidad mi padre no aprobaría eso.
¿Dónde ha estado mi padre estos tres días? Bueno no he salido de mi habitación, deben de estar... Haciendo .. esas cosas.
Qué injusto.
—Oye Tae—. La voz insiste pero soy incapaz de oírla.
Quiero volver a verlo otra vez por lo menos para decirle que no lo odio, todo lo contrario... No, nunca me creería seguro está odiándome.
A cada momento recuerdo su rostro, sus ojos de ese color tan lindos y profundos, serio pero alegre a la vez, una persona que no sabía siquiera como comer educadamente pero con un alma tan pura, un héroe realmente, tan fuerte con esa magia.
Ojalá también fuese una humana, casaríamos juntos con magia me gustaría que me enseñe a usarla.
¿Qué estoy imaginando?
—¡Oye no me ignores!—. Esa persona levanta fuertemente su voz.
Me asusta tomándome por sorpresa.
—¿Qué? Oh, Alma, p-perdóname no te he oído—. Me disculpo por mi condición.
Pero ella me detiene y se sienta a mi lado.
—No te disculpes, te vez horrible estuviste llorando toda la noche ¿No? Es por esa pelea de hace tres días ¿No? ¿Ese humano te hizo algo?—. Me pregunta mientras me consuela.
Por su puesto que Aarón no me hizo nada, eso ni pensarlo.
—No no, todo lo contrario—. Dejo salir de mi boca.
—Cuéntame Tae, lo buscaré y le daré una paliza—. Dice ella pero ambas somos malas para la cacería no me imagino luchando contra alguien.
Es una buena amiga.
—Gracias amiga es solo que ... Es solo—. Mis lágrimas comienzan a salir sin mi permiso.
Alma me presta su hombro mientras me da un cálido abrazo para calmar mis penas.
—Tranquila tranquila, estoy para escucharte hoy vamos a estar juntas todo el día, no, toda la noche—. Me dice alegremente.
No puedo evitar llorar desconsoladamente frente a ella y yo creyendo que no podría tener más lágrimas ¿Es que no tengo limite?
...
Luego de una extensa charla y detalles le cuento todo a Alma desde que me salvó hasta lo que sucedió con mi padre y como mi madre me defendió.
No fui capaz de contarle de lo otro y lo de mis sábanas, me mata la vergüenza.
—Se enamoro de ti... Pero tú también lo estás, lo entiendo ese Kim no debería ser tan agresivo—. Afirma.
—N-no mi papá-
Intento decirle lo contrario pero ella no me permite decir algo más.
—Me desagrada mucho que no acepten este amor, él te salvó y se declaró frente a tus padres eso debe ser suficiente ¿No? Eso fue muy romántico y valiente, yo te apoyo Tae—. Continúa diciendo.
Es cierto el fue sincero aunque cometió un error... Pero el no sabe nuestras costumbres ni siquiera sabe nuestro idioma.
Me gustaría hablar con él y disculparme.
—Tengo una idea—. Declara Alma.
—¿Una idea?—. Pregunto mientras mis ojos siguen aún más hinchados.
Debo de verme realmente mal.
—Lo buscaré y hablaré con él para que puedas verlo—.
—¿DE VERDAD? ¡Alma eres la amiga más buena del mundo te amo!—. Exclamó efusiva de felicidad.
Pero mi felicidad se esfuma al pensar la realidad, ya no debe de estar por los alrededores.
—Jejeje lo sé, lo soy, lo buscaré ahora mismo diré que voy a cazar y me dejarán salir—. Declara con orgullo.
¿SOLA? Bueno aún es temprano así que está bien, las tardes no son tan peligrosas como las noches pero...
—Iré contigo—. Digo casi exigente.
—No no, quédate no querrás que te vea así ¿verdad?—. Me da un duro golpe o talvez me indica la realidad.
Por supuesto que no quiero... No lo pensé me dejé llevar.
Es posible que no esté pero si aún está aquí... Quiero verlo.
—No me importa—. Respondo.
—¿Eh? No no no, quédate y espera buenas noticias de mi—.
Terminó por aceptar entre pucheros, me alegro tenerla a mi lado, es una buena amiga me siento más motivada luego de esto.