Una niña que intenta buscar la atención de sus padres, pero su destino dice lo contrario: su padre y su hermano la odian, dejándola indiferente ante el mundo. ¿Cómo continuará su historia? Descúbrelo aquí.
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Capítulo 10
El señor Bagas la miró fijamente.
"¿De dónde vienes, Jum?, preguntó, "¿y qué traes ahí?", dijo Bagas con un aura intimidante en opinión de la señora Jum.
"Lo siento, señor, acabo de salir de la habitación de la señorita Clara, le he llevado la comida", dijo la señora Jum.
"¿Por qué tiene que comer en su habitación?", preguntó Bagas.
"¿No puede comer aquí?", preguntó Bagas.
"Lo siento, señor, la señorita Clara ha dicho que a partir de ahora comerá en su habitación", respondió la señora Jum.
"¿Por qué?"
"Déjalo ya, papá, que coma en su habitación si quiere, su presencia sólo me quita el apetito", dijo Devan claramente.
La señora Jum suspiró profundamente, pensando lo mucho que compadecía a la joven, cuya presencia ni siquiera era reconocida por su propio hermano.
Pensaron que Clara estaba enfadada y que había que convencerla para que comiera con ellos, o eso creyeron, o tal vez eran sólo artimañas de Clara para darles pena.
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El sábado por la noche es la noche más esperada por las parejas jóvenes.
Esta noche de sábado se sentía un poco diferente para Clara, que normalmente se moría por ir con su hermano al cuartel general de la banda Antariksa.
Este sábado por la noche, Clara se reunió en casa de su nueva amiga, Adel, que les servía de cuartel general.
Sus nuevos amigos eran Aldo, Aldi, Alex, Adel, Maya, Bastian y ella misma.
Todos se reunieron en el salón de Adel, que les servía de cuartel general, donde bromeaban y se reían juntos, la casa les servía de cuartel general desde que la familia de Adel se mudó a una casa nueva, así que pidieron permiso a los padres de Adel y, por supuesto, lo obtuvieron primero.
Allí estaban, reunidos en el salón, charlando y comentando cosas divertidas, intercambiando historias.
Clara, que estaba en medio de todos ellos, parecía ahora más relajada y, de hecho, le resultaba más fácil integrarse que en su vida anterior, cuando sus amigos la evitaban y se quedaba sola.
La historia que contaba Alex hizo que Clara se riera a carcajadas, sin que ellos se dieran cuenta Maya veía su cara.
Clara, ¿estás llorando o riendo?", preguntó mientras las lágrimas corrían por su rostro.
Al oír las palabras de Maya, miraron a Clara, que lloraba pero reía.
"Me río", "me río porque estoy tan feliz que las lágrimas me caen por los ojos", explicó.
"¿Tienes algún problema?", dijo Adel, observando la expresión de Clara, cuyos ojos vacíos e inocentes ocultaban mucha tristeza.
"Sabes que tengo muchos problemas, ya lo sabes tú misma", dijo.
"¿Sabéis que es la primera vez que me río así desde que murió mi madre?", dijo, secándose las lágrimas y riendo con tristeza de vez en cuando.
Al ver esto, Maya y Adel se acercaron y abrazaron a la pequeña Clara.
"Tranquila, porque ahora nos tienes a nosotros, a partir de ahora serás feliz con nosotros, ¿verdad, chicos?", dijo Maya.
"Sííí, tranquila, seamos felices para siempre, es verdad", dijo su amigo Alex, que estaba masticando las patatas fritas de Adel.
"¡Alexxxx!", gritó Adel, furiosa con Alex por comerse sus queridas patatas fritas.
Jajaja, las carcajadas estallaron entre la disputa de Adel y Alex, haciendo que Clara no pudiera contener la risa.
"Eh, yo también quiero un abrazo", dijo Aldo de repente, haciendo que todos le miraran al unísono y se prepararan para coger los cojines del sofá y golpear a Aldo todos juntos.
Jajaja, la risa conjunta que compartieron fue muy agradable para Clara.
Esto es lo que estaba esperando, la felicidad llega por sí sola y ellos se dan cuenta de que existo.
Gracias, Dios, por ponerlos a todos en medio del sufrimiento por el que estoy pasando.
"Ahí tienes, para que veas lo bien que sienta, ¿quién te manda molestarnos?", dijo Maya.
Lo que fue recibido con una carcajada conjunta.
(Dios mío, así se siente que te reconozcan las personas que te aprecian, gracias por ello, soy feliz aunque sólo sea por un momento)
