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Comenzando Amar

Comenzando Amar

Status: En proceso
Genre:Amor prohibido / Amor a primera vista / Triángulo amoroso
Popularitas:923
Nilai: 5
nombre de autor: F10r

Arie ha estado enamorada de Andy desde el día en que lo conoció. Pero él nunca lo ha sabido. Para Andy, ella es su mejor amiga, su confidente, la persona en la que más confía. Y aunque su relación es demasiado cercana, demasiado íntima, Andy sigue amando a Evelin, la madre de su hija.

A pesar de que Evelin tiene otra pareja, sigue teniendo un poder sobre él que Arie no puede romper. Mientras tanto, Arie se ve atrapada en un amor que la consume, en la dulzura de Andy que solo la hiere más, y en el cariño de Charlotte, la pequeña niña que siente como suya, aunque nunca lo será.

Ser parte de la vida de Andy la hace feliz, pero también la destruye un poco más cada día. ¿Hasta cuándo podrá soportarlo? ¿Podrá seguir amando en silencio sin que su corazón termine roto en pedazos?

NovelToon tiene autorización de F10r para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 12

Narra Arie

Estaba abrazando a Charlotte cuando sentí la mirada del señor Arturo sobre mí. Cuando levanté la cabeza, me encontré con su sonrisa astuta, esa que ponía cuando estaba a punto de soltar algún comentario que me haría querer desaparecer. 

—Eres muy buena con la niña, Arie —dijo con tono tranquilo, pero con los ojos brillando con picardía—. Se nota que tienes práctica… ¿No has pensado en tener una propia? 

Sentí cómo la sangre abandonaba mi rostro y después regresaba de golpe en forma de un ardor intenso en mis mejillas. 

—¿Qué? —balbuceé, casi atragantándome con mi propia saliva. 

Arturo soltó una carcajada y me guiñó un ojo. 

—Digo, Charlotte estaría encantada de tener un hermanito o hermanita. 

¡Dios mío!

Casi dejo caer a la niña del puro impacto. 

Andy, en cambio, estaba completamente normal, como si no estuviera escuchando a su padre decir semejantes cosas. 

—Papá, deja de molestarla —dijo con un tono despreocupado mientras revisaba su teléfono. 

Pero Arturo no parecía tener intención de detenerse. 

—Solo digo que sería lindo que esta princesa tuviera una mamá tan cariñosa como Arie… 

Abrí la boca para responder, pero lo único que salió fue un sonido inentendible. 

¿Qué se supone que debía decir a eso?

Charlotte, ajena a la conversación, me jaló un mechón de cabello con sus deditos regordetes. 

—Mía —murmuró, abrazándome con fuerza. 

Arturo sonrió con satisfacción. 

—Mira, hasta Charlotte está de acuerdo conmigo. 

Volví a mirar a Andy, esperando que al menos reaccionara, que hiciera algo para detener a su padre antes de que yo me desmayara del puro nerviosismo. 

Pero no. 

Andy solo sonrió con calma, sin molestarse en negar nada. 

¡Maldito descarado!

—Bueno, ya es hora de volver al trabajo —dije apresurada, entregándole a Charlotte a su abuelo y alejándome de la conversación lo más rápido posible. 

—No huyas, Arie —me gritó Arturo entre risas—. ¡Piénsalo! 

¡Dios, dame paciencia!

No me atreví a mirar a Andy mientras salíamos del restaurante y volvíamos a la cocina. 

Pero podía sentir su sonrisa detrás de mí. 

Y lo peor de todo… 

Es que una parte de mí no podía dejar de pensar en lo que Arturo había dicho.

[...]

Apenas era el inicio del turno y yo ya sentía que mi cara no podía estar más roja. 

Andy no tenía ni una pizca de vergüenza. Desde que volvimos a la cocina, había decidido que lo de tratarnos con normalidad no iba con él. 

—Pásame la sal, mi amor. 

—¿Puedes revisar ese pedido, mi amor? 

—Mi amor, ¿quieres agua? 

—si quieres te ayudo con eso mi amor.

¡MI AMOR!

Cada vez que lo decía, yo me quedaba de piedra, sintiendo las miradas curiosas de los demás. Pero lo peor vino cuando Tamara, que no se perdía ni una, decidió que ya era suficiente misterio. 

—A ver, a ver, a ver… —dijo, cruzándose de brazos y mirándome con una ceja levantada—. ¿Desde cuándo Andy te dice “mi amor”? 

Quise hacerme la tonta. 

—¿Ah? ¿Qué cosa? 

Tamara chasqueó la lengua y señaló a Andy, que seguía cortando ingredientes como si no estuviera causando mi muerte en vivo. 

—No te hagas la loca, Arie. Llevamos varios meses trabajando juntos y jamás te había dicho así. 

—Yo… eh… 

—Desde ayer —interrumpió Andy con toda la tranquilidad del mundo. 

Casi dejo caer la cuchara que tenía en la mano. 

Tamara abrió la boca sorprendida y luego sonrió con diversión. 

—¿Desde ayer? ¿Y por qué nadie me avisó de que ustedes dos finalmente se casaron en secreto? 

—No estamos casados —me apresuré a decir, sintiéndome más nerviosa que nunca. 

—Pero ya casi —soltó Andy con una sonrisita burlona, mirándome de reojo. 

¿QUÉ LE PASA?

—¡Andy! —lo regañé en un susurro, dándole un empujón suave con el codo. 

Tamara parecía disfrutar de mi sufrimiento. 

—Mmm… interesante. Así que “ya casi” —repitió, mirándome como si yo escondiera un gran secreto—. ¿Y qué pasó exactamente para que Andy, que era el más ciego del mundo, de repente te ande diciendo “mi amor” cada cinco minutos? 

Mi alma dejó mi cuerpo. 

¿Y ahora qué le decía? ¿Que ayer me confesó que me amaba y me robó un beso que aún podía sentir en los labios? ¿Que yo aún no me creía nada de lo que estaba pasando? 

—Pasó que abrí los ojos, Tamara —respondió Andy con un tono casual, como si fuera la cosa más normal del mundo—. Y no pienso cerrarlos nunca más. 

Tamara casi suelta un grito de emoción, mientras yo solo quería que me tragara la tierra. 

Y el día apenas comenzaba.

[...]

Narra Andy

Era casi una costumbre ir a la casa de Arie como si fuera mía. Esta vez, con Charlotte en brazos y su pañalera el la otra mano,por lo tanto no podia entrar con mis llaves asi que  toqué la puerta sin pensarlo mucho, y ella abrió con esa sonrisa dulce que siempre tenía cuando veía a mi hija. 

—¡Dame a mi princesa! —dijo emocionada, quitándomela de los brazos. 

Yo solo sonreí, porque, en serio, Arie y Charlotte se adoraban. 

Arie le preparó una papilla con paciencia, la bañó, le puso un pañal limpio y ropa cómoda antes de acurrucarla para dormirla. Todo con una ternura que me dejó embobado. 

¿En qué momento esta mujer se había convertido en todo lo que yo necesitaba? 

Verla cuidar a mi hija con tanto amor me hacía sentir cosas que no quería analizar demasiado. 

Después de eso, nos quedamos hablando en el sofá. No supe en qué momento el sueño nos ganó, pero cuando desperté, ya era de madrugada. 

Abrí los ojos y lo primero que vi fue a Arie, dormida a mi lado, con el rostro relajado y la respiración tranquila. No pude evitarlo. Acerqué mi mano y acaricié su mejilla con suavidad. 

Ella se removió un poco, parpadeó despacio y, al verme, sonrió somnolienta con esos ojos brillantes que me desarmaban. 

No lo pensé demasiado. 

Me incliné y la besé. 

Arie suspiró contra mis labios y correspondió el beso. Fue lento al principio, suave, pero en segundos se volvió más intenso. La atraje más hacia mí, sintiendo el calor de su cuerpo, ella subio a mi regazo.

Comenzo hacer movimientos con su cadera y yo la ayudaba a moverla con mis manos acariciando su trasero, nunca imaginé estar en esta posición tan caliente con Ariel.

Dios… me estaba volviendo loco. 

Pero entonces… 

El llanto de Charlotte nos devolvió a la realidad como un balde de agua fría. 

Nos separamos de golpe, respirando agitadamente. Arie encendió la luz rápidamente y fue a atender a la niña, que lloraba en la cama de Arie.

Mientras tanto, yo solo me pasé la mano por la cabeza con frustración y luego bajé la mirada a mi pantalón. 

Tenía un problema

Un problema muy evidente. 

Suspiré, resignado. 

Definitivamente, esta mujer iba a ser mi perdición.

—¿Que tiene mi dulce princesa?— la escuché decir con voz infantil.

Suspire profundamente.

Charlotte mañana se ira con su madre.

[...]

Charlotte bebía su tetero tranquilamente en brazos de Arie, completamente ajena a lo que había pasado minutos antes.

Mientras tanto, yo intentaba calmarme, pero era imposible. Tenía la respiración agitada, el cuerpo tenso y una sensación de frustración que no podía ocultar.

Arie, en cambio, parecía demasiado concentrada en la bebé como para notar mi estado.

O eso pensaba yo…

—¿Estás bien? —preguntó con voz inocente.

La miré.

¡¿Cómo podía preguntarme eso después de lo que acababa de pasar?!

Me humedecí los labios y respiré hondo, intentando recuperar la compostura.

—Sí… sí, claro. —Me aclaré la garganta y me pasé una mano por la cara—. Solo… no me esperaba el llanto de Charlotte justo ahora.

Arie sonrió, divertida.

—Bueno, es una bebé. No sabe de tiempos perfectos.

—Definitivamente, no. —Solté una risa baja, negando con la cabeza.

Charlotte terminó su tetero y Arie la recostó nuevamente en su cama con cuidado, acariciándole el cabello hasta que se quedó dormida otra vez.

Yo la observé en silencio.

Mi Arie.

Era hermosa. No solo físicamente, sino en su esencia. Tenía un corazón enorme y una dulzura que la hacía única.

Y yo estaba jodidamente enamorado de ella.

Cuando se volteó, me miró con curiosidad.

—¿Por qué me miras así?

Me acerqué un poco más.

—Porque no puedo creer que esto sea real.

Ella parpadeó varias veces, y sus mejillas se encendieron con ese rubor adorable que tanto me gustaba.

—A veces… yo tampoco. —Bajó la mirada por un segundo y mordió su labio—. Siento que voy a despertar y todo será un sueño.

Sonreí y tomé su mano con suavidad.

—No es un sueño, Arie. Es real.

Ella me miró con esos ojos llenos de emoción y nerviosismo.

—¿Entonces… qué somos?

Mi sonrisa se amplió.

—No sé tú, pero yo soy un hombre completamente enamorado de su mejor amiga.

Arie soltó un suspiro tembloroso.

—Andy…

—Y si tú me dejas, quiero ser algo más que tu mejor amigo.

Hubo un silencio cargado de emociones entre nosotros.

Entonces, sin previo aviso, Arie se lanzó a mis brazos, escondiendo su rostro en mi cuello.

—Me asustas —susurró contra mi piel.

La abracé con fuerza.

—¿Por qué?

—Porque eres real… y te amo demasiado.

Sentí que el pecho me explotaba de felicidad.

La separé solo un poco y le besé la frente.

—No hay nada de qué temer, mi amor.

Ella se tenso al escucharme decir "mi amor".

Y, como siempre, yo me reí descaradamente de su reacción.

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lisbeth mijares
hermosa historia 😍
lisbeth mijares
así se habla Andy defiende tu amor con Arie
lisbeth mijares
por DIOS Ariel no te dejes de esa arpía Andy es tuyo defiendelo con uñas y dientes
lisbeth mijares
Excelente
lisbeth mijares
😍😍😍😍😍
lisbeth mijares
😍😍😍😍😍me encanta
lisbeth mijares
hermosa historia me encanta 😍😍
lisbeth mijares
me encanta hermoso capitulo 😍😍
lisbeth mijares
cómo será cuando se declaren su amor 😍😍
lisbeth mijares
😍😍😍😍 que bello que Andy también sienta lo mismo
lisbeth mijares
pobre Ari
lisbeth mijares
me encanta
lisbeth mijares
interesante comienzo
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