Fui vendida a los Jefes de la Mafia Rusa,, hasta que uno me robó el corazón, como diablos me he enamorado de mi comprador
NovelToon tiene autorización de Erin C para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
El Jefe de la Mafia Es..
Desperté por el sonido de la duchas, me encontraba sola y desnuda en la enorme cama, el Jefe se estaba bañando, según parecía, me levanté y me puse mi ropa interior, después tome una bata que se encontraba en el buró junto a mi, me levanté con cuidado, un espasmo invadió mi parte baja, apenas y podía sostenerme, el pequeño espasmo de dolor, no me dejaba caminar rápido, mi vestido estaba roto y la cama tenía manchas de sangre, demostrando lo que había pasado anoche.
Con pasos pequeños, me dirigí a la puerta y cuando estaba apunto de salir una voz en mi espalda me detuvo.
Jefe:. A dónde vas, quien te ha dejado ir?
Cuando volteo el Jefe estaba envuelto en una toalla y de su cabello escurría gotas de agua, se veía tan perfecto, ese cuerpo escultural y esa cara tan atractiva, solo pudo sonrojarme y responder.
Ann: nadie, pero pensé que podía ir a bañarme a la habitación donde está la ropa de mujer.
Jefe: Puedes bañarte aquí, Ela te traerá un cambio de ropa, desayunamos juntos, así que báñate rápido.
No dije nada más, me dirigí a la ducha, al fin y al cabo ese hombre ya había visto todo mi cuerpo, cuando entre un olor varonil y delicioso invadió mis fosas nasales, me desnude y entre a la ducha, el agua estaba tibia y mientras caía por mi cuerpo, el dolor que sentía empezó a desaparecer, lave bien mis partes bajas y pude notar que tenía varios chupetones en mi cuello y uno en un pecho, termine de bañarme.
Me envolví en la toalla y vi mi reflejo en el espejo, pensé que me sentiría miserable pero no, salí del baño y me encontré al Jefe, estaba ya vestido, tenía un traje negro que lo hacía verse imponente, me dirigió una mirada deseosa. En la cama encontré un conjunto naranja y ropa interior, el hombre frente a mí no se fue, me vio cambiarme sin importarle lo que yo pensaba.
Cuando estuve lista, salimos en dirección del comedor, el caminaba frente a mi, lucía tan imponente y yo a su lado me sentía un poco nerviosa.
Llegamos al comedor, habia un desayuno perfecto para ambos, el se sentó en la silla principal y yo me senté a su lado.
Comimos en silencio y cuando terminamos mi dueño no me dejó ir, me miro espectante y me dijo con esa voz tan varonil.
Jefe: Como te sientes?
Ann: como debería de sentirme, después de ser forzada por ti
Jefe:. forzada, anoche no parecía que lo odiaras tanto.
Ann: pues si, me usaste y que, al fin y al cabo para eso me compraste, no hables de mi como si te importará.
Jefe: Si me importa, eres mia y todo lo mío es importante.
Ann:. Tuya, ni siquiera se tú nombre, acaso tú sabes el mío.
Jefe: si, te llamas Ann y yo me llamo Alan, soy el Jefe de la Mafia Rusa, dueño de las mayores franquicias químicas, te daré lo que me pidas.
Ann: mi libertad, déjame ir, por favor, Alan yo no quiero estar aquí.
Alan: no, eso no, tú eres mía, todo lo que quieras menos irte de mi, he pasado mucho tiempo solo y en tus brazos por fin me siento completo, no insistas no puedes irte.
Ann: entonces no quiero nada, eso no me importa yo solo quiero volver a casa.
Alan:. Lo siento no pidas algo imposible, tu eres mia y no podrás irte nunca.
Se levantó molesto, casi tiro la silla, se fue dejándome sola, estaba tan triste, no lo pude convencer, esto demostraba que no podría escapar nunca, que me debía hacer a la idea de ser la mujer del Jefe de la Mafia. Tenía un lindo nombre, Alan, lastima que se enojara con rapidez.
"Ahora es hora de usar mis encantos, tal vez si lo convenzo de que confíe en mí, podré escapar"