Sangre Traidora

Aurora contuvo la respiración mientras las puertas del Consorcio Lex se abrieron ante ellas, gracias a un sensor de movimiento, revelando un vestíbulo que parece sacado de un sueño. Amina a su lado, estudia la fachada imponente, una mezcla de líneas geométricas y detalles dorados que brillan bajo la luz cálida. El edificio se alza como una fortaleza, una declaración de poder y opulencia. Los paneles de vidrio ahumado y metal oscuro crean un juego de luces y sombras, ocultando la verdadera naturaleza del consorcio. Un escalofrío recorrió la espalda de Aurora, una mezcla de admiración y temor ante lo que le espera dentro del consorcio Lex.

Dentro del Consorcio Lex, el mármol y el acero las recibieron con frialdad. En el mostrador, las asistentes les informaron que deben subir al piso 37, el último. Aurora intercambió una mirada con Amina, la extrañeza visible en sus rostros, es que acaso a los millonarios les obsesiona tener su oficina en el último piso. Sin embargo, no cuestionaron la indicación y se dirigieron al ascensor, el botón 37 esperando ser pulsado.

El ascensor se detuvo, abriendo paso a una recepción que parece un escaparate de lujo, donde el gris y el blanco se funden en una elegancia fría. La secretaria principal, con una sonrisa protocolaria, las guio por un pasillo hasta la oficina 6. Al cruzar el umbral, la asistente del abogado las recibió con una sonrisa,, pero está no parecía la de un robot programado para sonreír.

La asistente las presentó y, tras un breve intercambio de cortesías, las invitó a pasar. Dentro, Amina quedó gratamente sorprendida por el abogado que llevará el caso de Aurora. Un brillo de admiración y lujuria cruzó sus ojos.

__Buenas tardes, soy Facundo Lennox, abogado especializado en derecho de familia. Seré su representante en este proceso de divorcio. ¿Podrían indicarme cuál de ustedes es la parte interesada?__. Facundo se esforzó por mantener la compostura, pero la mujer de cabello castaño corto y ojos claros ejerce una extraña fascinación sobre él. Su delicada figura contrasta con la fuerza y picardía que percibe en su mirada, creando una tensión que lo desconcierta.

Aurora observó la química entre Facundo y Amina, y decidió intervenir__Soy yo quien quiere iniciar el proceso de divorcio__. La sonrisa de Facundo se ensanchó ligeramente, un gesto que no pasó desapercibido para Aurora y Amina.

Amina, consciente de la atención de Facundo en ella, lo observo con disimulo. Su cabello, con algunas canas le dan un aire distinguido, y su barba, imaginada entre sus labios, despiertan en ella una atracción irresistible. Su figura, fuerte y bien definida, la hace imaginarlo como el complemento perfecto para su delicada, pero muy resistente figura.

__Señorita Aurora, para iniciar el proceso de divorcio, necesito que me proporcione los fundamentos de su solicitud y el nombre de su esposo. Con esta información, podré redactar la citación correspondiente. Es importante que sepa que su esposo será notificado y tendrá la oportunidad de responder a su demanda, ya sea personalmente o a través de un abogado__. La formalidad de "señorita" resonó extrañamente en Aurora, una palabra casi olvidada. Sin embargo, apartó la distracción y se centró en el motivo de su visita: el divorcio.

__Arnold Corrales. Ese es el nombre de mi esposo, con quien compartí 19 años de mi vida. Hoy, solicito el divorcio por infidelidad, por el daño emocional que me ha causado, y por haberme transmitido el VIH a través de sus infidelidades__.

Un nudo en la garganta apagó la voz de Aurora. Pronunciar "portadora de VIH" es un recordatorio doloroso de su nueva realidad. Una realidad que, a pesar de no haber elegido, debe asumir con valentía. Arnold Corrales. El nombre del demandado paralizó a Facundo. El abogado estrella del bufete contrario, un hombre destinado a asociarse con ellos. La coincidencia es demasiado extraña.

__Qué casualidad, señorita Dubois. El nombre de su futuro ex esposo coincide con el de un abogado estrella en la firma de abogados que nos hace competencia__. La mente de Facundo, siempre deseosa de información, comenzó a trabajar. La coincidencia es demasiado perfecta para ser ignorada. Si el esposo de su cliente es el mismo Arnold Corrales del bufete rival, tiene entre manos un escándalo que sacudirá los cimientos del mundo del derecho en la ciudad. Y él, por supuesto, debe estar al tanto de cada detalle, antes de que explote la bomba.

__Es curioso, ¿verdad? El abogado estrella de su bufete rival, Arnold Corrales, es mi esposo. Sospecho que esto será una sorpresa para más de uno__. Facundo asintió, atónito. El abogado estrella, Arnold Corrales, no es tan intachable como aparenta. Los rumores de su vida privada, hasta ahora inciertos, cobran una nueva dimensión.

__Señorita Dubois, encuentro desconcertante que Arnold Corrales haya sido tan reservado sobre su matrimonio. Me cuesta creer que alguien tan astuto en los negocios haya sido tan negligente en su vida personal, especialmente al causarle un daño tan profundo e irreparable__.

La palabra "VIH" produce martillazos en la cabeza de Facundo, alimentando su deseo de compartir la noticia. Pero la profesionalidad se impuso. Debe concentrarse en construir un caso sólido, uno que no solo libere a su cliente, sino que también revele la verdadera naturaleza de Arnold Corrales, y exponer su desprecio por la mujer que lo acompaño y apoyo en su ascenso como profesional, y no conforme con eso también la contagio de una enfermedad venérea sin cura. Una vez recopilada la información, Facundo planea informar a su socio. Arnold Corrales, conocido por su arrogancia, no es precisamente el abogado favorito de su socio.

La confirmación resonó en el pecho de Aurora. Arnold Corrales, ante sus colegas y amigos, es un hombre libre. La humillación la invadió: ¿es esa la razón por la que la mantenía oculta, avergonzado de su existencia?. Aurora se negó a seguir siendo víctima. Con determinación, expuso los motivos de su divorcio: la infidelidad, el desprecio, la humillación y el contagio de VIH. Su decisión es irrevocable.

Tras detallar minuciosamente los pasos del divorcio con Facundo, Aurora y Amina se despidieron, dejando la promesa de una pronta llamada con noticias. Facundo, solo en su oficina, siente la furia arder en sus venas. Conocía de la arrogancia de Arnold, ese ego desmedido que siempre ha eclipsado su talento. Pero jamás imaginó que sería capaz de semejante bajeza: despreciar y dañar a su propia esposa.

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Aquí les dejo un nuevo capítulo 😁, no olviden dejar 👍🏼 en cada capitulo ☺️, con eso me ayudan mucho 😃❣️ 🙂.

Más tarde probablemente suba más capitulos.