Incondicionalmente Tuya

Bruce y yo decidimos de un momento a otro irnos de vacaciones. Consientes de que nos esperan meses de mucho trabajo ambos consideramos qué necesitamos algunos días de descanso.

Dejo que él se encargue de elegir el destino; siempre y cuando sea una playa repleta de mujeres en bikini estoy completamente de acuerdo.

Bruce eligió las Bahamas. Volamos en mi jet privado. Me permitiré una última distracción antes de dedicarme por completo a la fusión.

El lugar está repleto de mujeres hermosas y hay para todos los gustos; morenas, rubias, castañas, todas con un cuerpo magnífico.

Estamos en el lobby esperando para registrarnos cuando una mujer rubia llama mi atención. Su cabello brilla como el oro, no puedo ver su rostro, pero su cuerpo es una tentación. Alta, piernas hermosas y torneadas. Curvas en los lugares correctos.

Sí ya todas esas características me tenían embobado, ver su rostro generó en mí una reacción nueva e indescriptible. Sus ojos, su boca, es la mujer perfecta.

- ¡Ryan!- grita Bruce mientras me da un codazo para lograr que le preste atención- Tu identificación.

Extraigo la cartera del bolsillo trasero de mi pantalón sin perder de vista a esa hermosa rubia. Parece que ha notado mi mirada y se detiene buscando algo o alguien.

Sus movimientos son elegantes, sin duda tiene clase. La amiga qué la acompaña se detiene a hablar con ella y minutos después prosiguen su camino.

- ¿Qué te pasa? Estás embobado.

- Nada.

La recepcionista nos entrega nuestras tarjetas y subimos a nuestra respectiva habitación.

Desempaco, guardo mi pasaporte y la cartera con mi identificación en la caja fuerte y me meto a la ducha, no consigo quitar la imagen de esa mujer de mi mente. El hotel es enorme y quizá sea difícil que volvamos a encontrarnos.

Salimos a cenar y la busco en cada sitio sin éxito.

- De verdad estás actuando muy raro. ¿Me vas a decir que te pasa?

- Busco a una mujer qué vi en el lobby.

- Amigo, tienes para escoger. Para que buscar a una si tienes variedad.

- No lo entenderías, ni siquiera yo lo entiendo.

Comemos en silencio, mi mente divaga y no me gusta lo que estoy sintiendo. Nunca antes una mujer llamo tanto mi atención. Lo que siento por ella va más allá de una simple atracción.

A la mañana siguiente desayunamos en uno de los restaurantes para después ir a la playa.

Sigo sin encontrarme con esa rubia hermosa.

- Espero que ya dejes tu obsesión y te dediques a disfrutar estos días. Yo no pienso desaprovechar la oportunidad de relajarme al lado de una hermosa mujer.

- Eres libre de hacer lo que quieras, yo estoy decidido a encontrar a esa mujer.

- Buena suerte, amigo. Te dejo, acabo de ver a una hermosa morena.

Bruce se aleja dejando a Ryan en un mar de dudas. Siempre ha sido un hombre decidido y enfocado en alcanzar sus metas

Nunca una mujer lo intrigó tanto como esa rubia de ojos azules. No le gusta sentirse así, más no puede evitarlo.

Decide caminar por la playa, su amigo tiene razón, han venido a relajarse. En cuanto regresen a Nueva York no tendrán tiempo para distracciones. Quizá deba de dejar su búsqueda en el olvido.

Sumido en sus pensamientos continúa caminando hasta que alguien atrae su atención. ¡Es ella! Justo esta saliendo del mar.

La imagen que tiene frente a él es magnífica. Viste un bikini azul qué se adhiere a su figura. Camina con una sensualidad nata, sin poses, no cabe duda que es su naturaleza.

Encuentra un camastro vacío y decide esperar ahí el momento preciso para acercarse a ella. La acompaña la misma chica de ayer y hay una chica más con ellas.

La observa secar su cuerpo con delicadeza y su mente vuela imaginando múltiples escenarios.

No quiere acercarse mientas se encuentre acompañada de sus amigas, por suerte para él, las dos chicas se alejan.

Ella se tumba boca abajo para leer un libro, se detiene a admirar con detenimiento su cuerpo. Le fascinan sus piernas y su trasero ni se diga.

Deja pasar algunos minutos para asegurarse de que sus amigas no regresen y lo puedan interrumpir.

Camina hacia ella con seguridad, se detiene a su lado, está tan concentrada qué tarda en percatarse de su presencia.

Por fin se gira y sus miradas se encuentran, esa sensación desconocida lo invade nuevamente.

La saluda y ella responde con desconfianza, se presenta y ella al fin le dice di nombre: Ava. Al escucharlo solo puede pensar que hasta su nombre es hermoso.

Al tomar su mano una corriente lo recorre de pies a cabeza y es evidente que ella sintió lo mismo porque se apresura a retirar su mano.

La invita a salir y como era de esperarse responde con una negativa. Sus amigas vuelven y piensa que no tendrá oportunidad. Sin embargo, una de ellas le da el nombre del club al que irán está noche y aceptan verse con él y con Bruce más tarde.

No puede creer su suerte, se retira y busca a su amigo para informarle los planes. Esta noche marcará la vida de nuestros protagonistas, dando paso a un amor apasionado y verdadero.