Rodrigo Y Regina (El Amor ¿Triunfará?)

Nadie estaba al corriente que Rodrigo no sólo salvó a Regina al llevársela de las garras de su madre que la había vendido tiempo atrás llevándola en un yate por dos meses, si no que él fue parte del equipo que rastreó a un asesino serial que se obsesionó con la chica, ella nunca fue consciente, por ese entonces. Lo primero lo hizo porque su amigo y hermano, Luciano, la segunda fue enteramente cuestión de él mismo, sin importarle arriesgar la vida en el proceso.

El soldado recibió la noticia del asesino por sus superiores, cuatro mujeres habían perdido la vida, cuando se involucró en el caso, no parecían tener nada en común excepto ser hijas de mujeres involucradas con hombres de la mafia, obviamente se trataba de una persona con recursos, en ese tiempo que lo rastrearon desesperadamente mató a otras cinco, una por mes, en cada locación a la que llegaban, siempre un poco después del asesino este dejaba una fotografía de quien sería su próxima víctima, en poco tiempo establecieron el perfil del hombre. Sin embargo, se escapaba de sus manos cada vez, como si tuviera un contacto del gobierno en alguna parte.

Según el especialista debería ser joven, hombre de unos veintitantos, blanco quizá o mestizo, de buen trato porque las víctimas le abrían su casa y le dejaban entrar, por lo que establecía una relación con ellas de algún modo afectiva, las amigas de las víctimas aseguraban que todas comentaron que conocieron a un chico genial, que de hecho nunca les presentó, al que según las personas cercanas siempre era descrito como "perfecto". Nunca pudieron rastrear de donde venían los regalos, las flores, adquiridos con tarjetas con nombres al azar, incluso algunas como burla con nombre de personajes de comics.

Según las descripciones de las víctimas en menos de un mes se enamoraban y lo consideraban el hombre con el que se casarían. Esto describía un manipulador psicótico ya que todos los asesinatos parecían ser realizados por un impulso, aún no lograban determinar la causa que detonaba el brote que lo llevaba a matar, la primera víctima fue con quien duró saliendo más tiempo, una chica llamada Natasha.

Ella murió de forma relativamente rápida, las otras ocho no tuvieron tanta suerte, las colocaba amarradas a la cama, si no tenía postes entonces lo hacía a las patas del mueble, las desnudaba, violaba y luego las abría en canal, todo mientras seguían con vida, jugaba con sus entrañas hasta que morían debido a su desangramiento. Se trataba de alguien peligroso, metódico y letal con recursos suficientes para viajar por todo el mundo montar un negocio falso y rentar buenos departamentos, en los últimos tres casos los encontraron y como si de una burla se tratara la foto de la siguiente víctima, gracias a un oficial del caso seis encontraron estos lugares y así rastrearon los otros tres.

En el tiempo que apareció la víctima nueve ya estaban desesperados, mientras Rodrigo y su equipo iba y venía a otras misiones, el destino quiso que llegara al departamento recién descubierto por el equipo de investigadores al ver la fotografía de Regina su piel se enchinó, sin poder contenerse pronunció su nombre.

-          Regina – dijo contemplando su nombre la imagen que veía frente a él era de la mujer con la que soñaba, debía tener diecinueve años, sus ojos no habían cambiado nada, cuando se sobrepuso observó a la mujer que llevaba el caso

-          Sofía –saludó con su voz parca – ella es Regina Iturbide, la conozco – su afirmación hizo que el equipo se detuviera en seco y le miraran extrañados porque solo las millonarias relacionadas con la mafia eran presas de este psicópata, pocos sabían de la familia de Rodrigo y su riqueza. La aludida trató de aparentar que no le importaba que el hombre al que deseaba desde cuatro meses atrás afirmara de un modo preocupado que conocía a la siguiente víctima como si su vida dependiera de ello.

-          Capitán si conoce a la siguiente víctima es mejor que nos diga cómo podemos localizarla y donde se encuentra y le pediré que se retire de esta investigación – sentía una ira hacia la siguiente víctima como nunca antes

-          Detective – replicó el militar, ya sin llamarla por su nombre, esto la hizo sentirse dolida, jamás la trató con tanta frialdad como hasta ahora, le dolía – le diré lo siguiente, nadie puede apartarme de este caso, puedo irme y atraparé a este maldito asesino, pero créame cuando le digo que no le gustará el modo en el que terminará

-          Yo… - la mujer estaba atónita, le parecía mirar a una fiera que le arrancaría la cabeza, ella soñaba con encontrar un hombre como él, pero al parecer este hombre ni siquiera la miraba como mujer – bueno… podría solicitar un permiso especial

-          Eso me parece mejor, detective Rosas – dijo el militar alejándose con grandes pasos, la mujer observó como el joven tomó el teléfono y marcó un número.

Llena de curiosidad le siguió, este se había detenido en la escalera de emergencia del lujoso edificio. No deseaba escuchar la conversación, pero si alertaba a la víctima sería desastroso, convenciéndose que era parte de su deber y no producto de sus celos se ocultó en las escaleras del piso superior. El chico puso el teléfono en video llamada, dos pantallas se abrieron al mismo tiempo.

-          Luciano, Neto – dijo Rodrigo con su voz militar dejando a un lado los saludos – me he enterado que Regina está en peligro, un asesino serial ha puesto la mira en ella