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NightRage

NightRage

Status: En proceso
Genre:Magia / Mundo de fantasía / Mundo mágico / Mitos y leyendas / Espadas y magia
Popularitas:1.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Sagigetzu

Imagina un mundo donde lo virtual y lo real se entrelazan, y tu supervivencia depende de tu habilidad para adaptarte.

Aquí conoceremos a Soma Shiro, un joven gamer que recibe un misterioso paquete que lo transporta a NightRage. En este mundo, debe asumir el papel de guerrero, aunque con una peculiaridad, lleva una espada atorada en la boca.

NightRage no parece ser solo un juego, sino un desafío extremo que pone a prueba sus límites y su capacidad para confiar en los demás. ¿Logrará Shiro encontrar la salida, o quedará atrapado en este mundo para siempre?

NovelToon tiene autorización de Sagigetzu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 7

De repente, los dos goblins gigantes y el goblin que la atacaba cayeron pesadamente al suelo, como si la gravedad hubiera cambiado brutalmente para ellos. Fue como si algo invisible hubiera aplastado a los enemigos contra el

suelo, dejándolos indefensos.

—¿Qué...? —murmuró Elizabeth, sorprendida y apenas consciente de lo que había ocurrido.

Alzó la vista y vio a Sagi, que se encontraba a unos metros de distancia, con una mirada decidida. Su pie estaba firmemente plantado en el suelo, como si hubiera canalizado toda su fuerza en un solo golpe.

Era su nueva habilidad, "Colapso", que acababa de desbloquear tras subir al nivel 5. La habilidad, que le costaba 50 de maná, derrumbaba a todos los enemigos en un radio de 10 metros, dejándolos completamente inmovilizados por unos segundos.

Elizabeth, aún en shock, sintió que las lágrimas empezaban a formarse en sus ojos. No por el dolor, sino por el alivio. Nunca había pensado que alguien vendría a rescatarla en un momento así.

Su visión, antes nublada por el miedo y el veneno, ahora se aclaraba al ver a su compañero.Sagi, incapaz de hablar como siempre, solo asintió con la cabeza, mostrando que todo estaba bajo control.

Tsukasa apareció rápidamente detrás de él, lanzando un cuchillo directo a la cabeza del goblin naranja que había atacado a Elizabeth, eliminándolo de un solo golpe. Se giró hacia Sagi con una sonrisa.

—¡Bien hecho, amigo! —Dijo Tsukasa con orgullo, mientras sacaba una poción de vida y un antídoto para entregársela a Elizabeth —Tómate esto, lo necesitas.

Elizabeth, aún aturdida por la situación, bebió la poción con manos temblorosas. Sus heridas se curaron lentamente, luego bebió el antídoto y empezó a notar cómo su cuerpo recuperaba fuerzas, no podía evitar mirar a Sagi y Tsukasa.

—Gracias... chicos —murmuró, con una sonrisa tímida.

Sabía que, sin él, no habría salido de esa situación con vida. Sagi solo pudo responder con un gesto amistoso, sin decir nada.Los gigantes goblins gigantes se alzaban de nuevo. Tsukasa, con sus revólveres listos, se preparaba.

—Vamos, chicos. Este es el momento de acabar con ellos —dijo Tsukasa, mientras apuntaba hacia los goblins gigantes.

El grupo, ahora reforzado por la intervención de Sagi, estaba listo para seguir con su plan.

Sin embargo, los dos goblins, que hasta ese momento habían permanecido inmóviles y amenazantes, comenzaron a reírse entre dientes.

Sus carcajadas resonaban en el aire, creando una sensación aún más inquietante.

—Hehehe... —uno de los goblins habló con una voz grave y rasposa—. ¿De verdad piensan entrar ahí?

El grupo se detuvo en seco, sorprendido. Tsukasa fue el primero en reaccionar.

—¿Y qué si lo hacemos? —respondió, con una sonrisa desafiante.

El segundo goblin, más grande y con una cicatriz cruzando su rostro, dejó de reírse y miró al grupo con una expresión seria.

—No solemos hablar con aventureros antes de matarlos, pero... —dijo el goblin, cruzándose de brazos —Ustedes parecen diferentes. Más fuertes, tal vez. Sagi, siempre en silencio, observaba con atención, mientras Elizabeth empezaba a ponerse nerviosa por la inesperada charla.

—Entonces, ¿por qué no están dentro de la mazmorra? —preguntó Elizabeth, con un tono que reflejaba su inquietud.

Los goblins intercambiaron miradas antes de responder.

— Porque no estamos aquí para entrar. Estamos aquí para esperar... y asaltar a cualquier aventurero que logre salir.

La revelación dejó al grupo en silencio. Elizabeth se llevó la mano al pecho, sintiendo cómo su confianza tambaleaba un poco. Los goblins rojos los miraban con desdén.

—Hemos estado aquí... 20 días —continuó el segundo goblin, con una sonrisa siniestra —Y durante ese tiempo, hemos visto entrar a más de 100 aventureros. ¿Y sabes cuántos han salido?

Los tres aventureros guardaron silencio, esperando la respuesta.

—Cero —dijo el goblin, estallando en otra carcajada —Ni uno solo ha vuelto con

vida. La mazmorra se los tragó a todos.

La atmósfera se volvió tensa. Elizabeth comenzó a cuestionarse si realmente deberían seguir adelante.

—Tal vez... deberíamos pensarlo mejor —murmuró Elizabeth, bajando un poco sus manos—. Si más de 100 aventureros no han logrado salir, ¿qué posibilidades tenemos nosotros?

El miedo comenzaba a infiltrarse en sus pensamientos, pero antes de que pudiera continuar, Sagi se adelantó y le puso una mano en el hombro, con un gesto tranquilo y reconfortante. No podía hablar, pero su mirada transmitía calma.

Tsukasa, por su parte, se acercó a ella con una sonrisa despreocupada.

—Elizabeth, tranquila —dijo Tsukasa —Sí, la mazmorra es peligrosa, pero somos un equipo. Mientras estemos juntos y peleemos como uno, saldremos sanos y salvos.

Sagi asintió con determinación, y Elizabeth, viendo la confianza en sus compañeros, respiró hondo y asintió también. El miedo comenzaba a disiparse, reemplazado por una renovada sensación de confianza.

Los goblins gigantes, al ver la resolución en los ojos del grupo, los miraron con un brillo distinto. Ya no los veían como simples aventureros. Algo en ellos, sobre todo en Sagi, les daba la impresión de que podrían tener éxito donde tantos otros

habían fallado.

—Bien... —dijo el primer goblin, sonriendo con malicia —Si logran salir con vida, no los atacaremos. Demostrarán que son más fuertes que nosotros, y respetaremos eso.

—Hehehe... pero no creemos que eso pase —añadió el segundo goblin—. Si de verdad logran salir, entonces merecen vivir.

El grupo, agradeciendo irónicamente la "consideración" de los goblins, se preparó para entrar en la mazmorra.

En ese momento Sagi recordó una conversación que había tenido con Tsukasa la noche anterior.

—Las mazmorras en este mundo son... un poco curiosas—le había dicho Tsukasa, mirándolo con una sonrisa ladinab—Aquí no es tan sencillo como enfrentarte a monstruos débiles y luego a los más fuertes al final. El nivel de dificultad se “ajusta” en tiempo real, según las personas que entren. Eso significa que cada pelea será decisiva. No hay enemigos fáciles.

Sagi había escuchado con atención, y aunque ya tenía experiencia en MMORPG y sabía bien cómo funcionaban las mazmorras, lo que Tsukasa le contaba era nuevo. ¿Un mecanismo que ajusta la dificultad en función de los aventureros?

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Alexis Gamarra
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Beerus
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Nurqaireen Zayani
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