Hay un justo momento en la Vida, que se cruzan los caminos, de dos personas destinadas a estar juntas, cual es la fuerza que los atrae, quién los une? se han preguntado porque solo con una mirada, se revoluciona todo, nuestro ser sin pensar objetivamente. Estará dispuesto Fernando Cáceres permitirse vivir esto que está sintiendo o seguir con su vida. como si nada hubiese pasado.
Fernando tendrá que Permitir el nuevo amor de su Madre Emma.
Emma, dejara atrás los prejuicios, y se entregara al amor. A que edad se deja de sentir.
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Capítulo 8 Continuar se Podrá
Fernando: Han pasado unos días.
Salgo todos los días temprano, y llego muy tarde, para no ver a Sofía.
Estoy decidiendo ya irme a mi departamento; ya no aguanto la tensión que tengo. Mi madre tuvo la gran idea de colocarla en las habitaciones del piso de arriba al frente de mi habitación.
Le pagué a un investigador para conocer la vida de Sofía. Todo lo que ella había dicho era verdad; además me hizo referencia de que era una excelente joven, querida por todos, y que fue ejemplo al sobrellevar la muerte de sus padres. Como una persona madura.
Los estudios realizados en tecnología son amplios; es una excelente programadora; con razón decía que no iba a durar mucho tiempo en casa de mi madre.
Sé que irá pronto, sé que está realizando un proyecto freelance, está reuniendo el dinero suficiente para alquilar un pequeño departamento.
Podría ofrecerle un trabajo en la empresa. Dudo que acepte, aunque sería una excelente oportunidad para ella.
Se me ocurrirá algo.
Bajo la escalera hacia la cocina pensando qué se me puede ocurrir; escucho ruido, llegó y está ella con un portátil concentrado. ¿Qué haces?
La asusté; me acerqué a ella por la espalda para poder leer lo que hace; ella no se movió.
Sentí que se tensó, noté que estaba nerviosa, y solo trabajo me respondió.
¿Quieres irte rápido, y no piensas en mi madre?,
Sofía: seguiré viniendo, seguido.
Fernando: Ya tienes algunas propuestas.
Sofía: no hay nada en concreto.
Sofía se levantó; lo rozo era inevitable; estaba muy pegado a su cuerpo.
Fernando: la tomo por el brazo y la giro dejándola frente a mí.
Sofía: ¿Por qué, hace esto?
Fernando: ¿Puedes negar que existe algo entre nosotros?
Sofía: no existe nada.
Fernando: Dime así que no sientes nada. Que no sientas que te estás carcomiendo por dentro. Sofía baja la cabeza, pero le sostengo su rostro. ¡Qué bella es!Tus ojos me dicen que sí sientes lo mismo.
Le rozo sus labios, no voy a poder parar, la tomo por la cintura; este momento es único, mi corazón palpita fuerte, la besó y no retrocede; tarda en responderme, pero lo hace, un poco tímida.
Se me olvidó el tiempo, el espacio, no sé cuánto tiempo pasó.
Ella se separa de golpe, no, por favor, qué estamos haciendo. Sale corriendo, la sigo, llegamos a su habitación, logro entrar, ante que la cierre.
No, no salga de mi habitación, tranquila Sofía, no va a pasar nada; está alterada, diciendo que no le puede fallar a mi madre.
Solo quiero hablar, de lo que sentimos.
Sofía: Quiero desaparecer. ¿Qué hice? No puedo creer.
Sus labios, el beso, las emociones son fuertes, no puedo razonar. Subo corriendo a mi habitación; me sigue, estoy temblando, me abraza y me dice tranquila, no va a pasar nada.
Solo quiero hablar de lo que sentimos.
Habla en plural, no lo puedo creer.
Por favor, déjame sola, no estoy lista para esto. No sé qué hacer. Déjeme pensar.
Me da un beso en la frente y sale de mi habitación.
Temblando, me recuesto en mi cama; me duele el pecho, no sé qué hacer. Lloro un poco y me quedo dormida.
Fernando: La dejo sola, está temblando. Es una chica joven. Debo decidir qué haré; esto es fuerte; muy a mi pesar es la primera vez que siento esto; será su inocencia.
Me vuelve loco.
Mañana me iré.