– He vivido tantas vidas que me resultan absurdas las personas que matan por poder y avaricia, o aquellas que quieren ser jóvenes eternamente. De nada sirve vivir sin un propósito o amor verdadero.
— Soy Gustavo Chevalier, el emperador del vasto imperio Terra Nova, pero durante muchos años fui el paladin de mi hermano. Fui testigo de cómo amó a su ahora esposa con todo el corazón en sus diferentes facetas.
— Han pasado siglos, pero yo sigo añorando su olor, su dulzura, su reconfortante presencia y su preciosa sonrisa, que iluminaba mis días.
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¿Quién le dijo que mi esposa es de bajo estatus?
— Eso sí que fue intenso —dijo la princesa, tomando asiento frente al emperador.
— ¿Qué cosa? —preguntó el emperador "inocentemente".
— No se haga el sordo, sé muy bien que estaba escuchando tras la puerta. Majestad, usted es un imprudente —le dijo la princesa en forma de reproche.
— Confieso que me intimida su intuición. Haré un anuncio antes de que se vaya —dijo el emperador con una pequeña sonrisa malévola.
— ¡Ah, no! Ni lo pienses. Yo amo mi cabello. Su prometida estuvo a punto de arrastrarme por todo el palacio. Si me llega a meter en problemas, no respondo —se quejó la princesa. Su vanidad hacia su cabello tenía un motivo en especial, que tenía que ver directamente con su prometido.
— Te prometo que podrás partir después del anuncio; no te verás afectada. — El emperador le había pedido un favor especial a la princesa, y era que se quedara unos días para ver qué reacción tendría su prometida al verlo junto a ella.
— Este favor se lo cobraré con intereses. — Dijo la princesa sonriendo con malicia; ya se imaginaba lo que podría pedir a cambio.
— No seas codiciosa, tu prometido es un hombre muy acaudalado; además, serás reina, no te faltará nada — le dijo el emperador, reprendiéndola. Esa princesa era muy astuta.
— Este favor me lo cobraré en unos años. — Dijo la princesa sonriendo tranquilamente; nunca se sabe cuándo será necesario tener el favor del emperador.
Ellos seguían hablando de cosas triviales. El emperador solicitó una reunión con su corte; era hora de lanzar el golpe final. La princesa se quedó en el palacio de invitados, donde se estaba preparando para partir. Su hermano llevaba una semana de camino; sería imposible alcanzarlo. Solo espera que su prometido cuide bien de su madre.
—Los cité aquí para dar un anuncio muy importante. Como ya saben, el imperio necesita una emperatriz, y hace algún tiempo escogí a la joven con la que compartiré el resto de mis días. Cabe resaltar que no tomaré concubinas, pues ya nació un nuevo miembro en la familia imperial. —Todos en la corte quedaron pasmados por la revelación, excepto el duque Mesellanas, que ya se imaginaba por dónde iba el emperador.
— En un mes, se estará realizando una boda significativa, ya que yo ya estoy casado con la joven en cuestión. — Lo que reveló el emperador no era mentira; en una de las tantas cartas que Mónica mandó en respuesta, colocó su firma, la cual usó el emperador para darle validez al acta de matrimonio. No sabía qué imprevisto se pudiera presentar y quería estar preparado para ello.
El Duque Mesellanas se sorprendió grandemente; no pensó que el emperador hiciera tal hazaña y tendría que preguntarle a su hija, en que momento se casó con el emperador.
— Majestad, ¿cómo es posible que haya casado en secreto y con una joven de bajo estatus? — Se quejó uno de los nobles.
— ¿Quién le dijo que mi esposa es de bajo estatus? — Preguntó el emperador, mirándolo afiladamente.
— Solo una joven de bajo estatus aceptaría casarse a escondidas —respondió el noble, indignado. Su hija era una joven hermosa que estaría debutando ese mismo año y pensó que tendría oportunidad con el emperador para que quitara esa ley absurda de esperar a los diesiocho años para casarse, ya que consideraba que a esa edad las mujeres perdían su juventud y valor.
— Déjeme aclararle que está usted equivocado. Mi esposa proviene de un linaje de renombre. El motivo por el cual nos casamos en secreto fue para evitar disturbios, ya que el imperio ha estado un poco inestable a causa de los rebeldes. Pero, como ya el gran general se hizo cargo de ellos, mi familia puede salir a la luz tranquilamente. —El emperador dejó zanjada la discusión y se retiró a despedir a la princesa, ya que estaba seguro de que cierto torbellino vendría a armar un alboroto.
😅😅😅
Cambio de nombres: Margaret en lugar de Mónica
1- tendrá el testimonio en tiempo real de las víctimas del depravado conde.
2- despertará a la realidad de todo lo que el Emperador ha hecho por su pueblo, en especial las mujeres.
3- tendrá la posibilidad de ayudar a esas chicas con sus habilidades de sanadora.
Tal vez así entienda que el amor que el Emperador siente por ella es real, puro y sincero; desde siempre y para siempre.