¿Seré Una Gordita Con Suerte?

Entro a la casa lo más rápido posible, lo que menos quiero en este momento es escuchar reclamos de Bruno; pero para mi sorpresa ese hombre es demasiado ágil y me alcanza entrando en la habitación, me dice —debemos hablar Abril… abro la puerta y entro en la habitación, después le digo —claro doctor, dígame en qué puedo ayudarle… él entra detrás y dice —no quiero que te acerques a Massimo… me volteo, lo miro con seriedad y le digo —doctor, enserio estoy muy agradecida por todo lo que ha hecho por mi, sé que ha tenido que sacrificar muchas cosas después del accidente, pero créame que la que más ha sacrificado algo soy yo, por el simple hecho de no tener un solo recuerdo de mi vida, es algo que te consume en un hoyo tan profundo y oscuro que solo busca una luz; luz que Massimo hoy me mostró, no entiendo la razón del por qué quiere que me aleje; así que al menos de que tenga una razón importante, no lo haré… veo cómo el rostro de Bruno se tensiona más de la cuenta, se acerca dejando muy poco espacio entre los dos y dice —Abril he sido muy paciente contigo y no quiero lastimarte, pero literalmente ahora solo cuentas conmigo, eres mi responsabilidad y no dejaré que nadie te dañe, así que mientras yo esté aquí y dependas de mi, harás todo lo que te diga… antes que pueda refutarle el sale de la habitación cerrando la puerta fuertemente.

Me siento sobre la cama con ganas de gritar tan fuerte, hasta que se vaya la voz; tener que estar a la merced de un hombre que quieres pero que solo te ve con lastima y como una carga, es algo horrible y deprimente. Se que descubriré quien soy lo juro.

Mis días transcurren en la mansión y buscando pistas sobre mi vida. Empecé a buscar en las cosas que estaban conmigo él día del accidente, pero no había ni un solo documento de identificación. Hemos ido a la policía con la señora Estefanía, pero ellos no pueden hacer mucho, pues no tienen ningún reporte de una persona extranjera desaparecida; solo se puede esperar que otros países envíen alguna alerta de una persona desaparecida; y hasta ahora nada de eso ha pasado.

Les cuento que la señora Estefanía me ayudo a entrar en una universidad, que tiene la carrera de administración, dijo que le gustaría que trabajara con ella en su empresa, entonces me ayudo a entrar a la universidad y ya he tenido mis primeras clases, ha sido un reto muy grande, pero siento que se me ha hecho muy fácil, es cómo si tuviera conocimientos al respecto.

He hablado con Massimo por teléfono, él es una gran persona, pero ambos tenemos muy claro que solo somos amigos, pues resulta que a él le gustan tanto las mujeres que le cuesta serle fiel a una.

En nuestras conversaciones, me confeso que si le parecía muy hermosa y que claro que se acercó con doble intension, pero que cuando empezamos a compartir, él se dio cuenta que podíamos ser grandes amigos; y créanme no se equivoco, ha sido un gran apoyo; cabe mencionar que todo ha sido a escondidas de Bruno.

Hoy es jueves y voy saliendo de la universidad, es demasiado tarde y no encuentro transporte, llamo a la señora Estefanía pero no contesta, así que me toca llamar a Massimo, quien sin dudarlo me vendrá a recoger. Mientras lo espero en la cafetería que está al lado de la universidad, veo entrar a Bruno con su uniforme de doctor, se acerca a mi mesa y dice —hola Abril, esperas a alguien?… lo miro con admiración, pues hace más de 3 semanas que no lo veía; según la señora Estefanía ha estado viajando y muy ocupado en el trabajo; le repondo — doctor, cómo está? Si estoy esperando un amigo que me vendrá a recoger… levanta esa mirada fría, misteriosa e impenetrable y dice — cancélale, yo ya voy para la casa, te llevo... Lo miro confundida y le digo — no, enserio no hay necesidad, le agradezco pero él ya viene en camino… en ese momento entra la súper modelo Samantha, que se acerca a la mesa y dice — amor, ya estoy lista vamos?… esa mujer cayó del cielo, así que aprovecho y tomo mis libros diciendo — bueno, yo ya me iba, que tengan una buena velada… antes de que Bruno pueda decir algo, salgo rápido; gracias a Dios en ese momento llega Massimo, me subo rápido a su auto y le digo —acelera… el sonríe, me mira extrañando y dice — no me digas que Bruno estaba ahí… lo miro con decepción y afirmo con la cabeza.