Esta es la tercera parte dé. De Santa a No Tanto.
Sofía es la hija pequeña de Rodrigo, una reconocida modelo, diseñadora y publicista, ella se fue a los quince años a vivir fuera del país con sus abuelos porque se enteró de que estaba enamorada del mismo chico que su mejor amiga katy, Franco, hijo menor de Isabella, él fue su primer beso y para no traicionar su amistad huyó.
Siete años más tarde, ella regresa para hacerse cargo de sus empresas en Italia y por petición de sus padres, pero antes de venirse tiene una noche de pasión con un desconocido que le robó no solo su virtud, sino también la razón, Sofía quedó maravillada con el desconocido y más porque le hizo sacar a su primer amor de la cabeza.
Al llegar a la reunión de su familia se lo encuentra allí y se entera de que es el mismo hombre a quien su amiga ama y de quién huyó, Sofía deberá decidir entre su amistad y el amor, pero se verá rodeada de intrigas, mentiras y malos entendidos podrá esta pareja ser feliz...
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Socios
Sofía Entra a la sala de juntas y observa a cada creativo de la empresa haciendo su trabajo, ella observa con detenimiento a cada personal, a ella le fascina saber cómo es el personal que la rodea.
La puerta se abre y entran Katy, Máximo y Franco porque hoy hay una junta para dar a conocer a Sofía.
# Buenos días, pasen# dice un joven cabello oscuro y ellos lo saludan.
# buenos días, Terry# saludan los recién llegados.
Franco es el presidente de la empresa, por eso comienza con la junta y mientras el personal que estaba allí sale, pues, su reunión ya terminó.
—Buenos días a todos, hoy quiero darle la bienvenida a otra de las socias de esta empresa y ella es la señorita Sofía Rizzo y a partir de hoy formará parte de este equipo —Informa Franco parado al lado de Sofía, la mira y le sonríe.
—Bienvenida, Sofía, yo soy Terry, él es Javier y el Bastian — Anuncia Terry, hijo de Jerry, socio Amigo de Isabella, Javier es hijo de otro socio y por supuesto, Bastian es hijo de Sebastián, el ex de la madre de Franco.
—Mucho gusto, espero y podamos llevarnos muy bien y logremos ser un gran equipo —Contesta sonriente, pero Franco al ver la sonrisa en los chinos le señala a Sofía para que se siente justo al lado de él, dejando esta acción muy molesta a Katy.
La reunión termina luego de haberse puesto al día con todo y Sofía decide levantarse e irse, todos se despiden ella y Franco trata de llevársela, pero Katy no lo permite.
—Fue un placer conocerlos, pero ahora debo irme, mañana seguimos hablando de los nuevos proyectos, tengo varias ideas —Dijo Sofía para intentar salir.
—Hasta luego, Sofía te acompaño — dice Franco, pero es interrumpido por Katy.
—Tranquilo Franqui yo la acompaño, así nos ponemos al día, adiós cuídense—Ambas salen del lugar, pero Sofía está incómoda, esperaba poder salir de esa para estar sola y pensar que hará.
Las dos chicas salen a una cafetería, cada una en su auto y allí comienzan a hablar luego de hacer su pedido.
—Y cuéntame amiga, como te sientes de regreso aquí en Italia y trabajando en la empresa —pregunta Katy y Sofía sonríe con calidez.
—Qué te puedo decir Katy estoy feliz, volver aquí y estar cerca de los que quiero es maravilloso y la empresa me encantó —Katy coloca los ojos en blanco mientras Sofía está tomando su capuchino y no la ve.
—Creo que puede ser abrumador para ti, tu empresa, la que tus padres te dejaron y está que es familiar, yo creo que al menos puedo hacer tu parte y no tienes que venir amiga —La mujer habla y Sofía niega con una hermosa sonrisa.
—Gracias Katy tú siempre pensando en mí, pero no, yo puedo con eso allá en suiza trabaja mucho en las empresas de los abuelos —Dice y katy fuerza una sonrisa.
—Y cuéntame de tu vida allá, quieres volver, no sé a buscar a algún enamorado, un novio, tal vez —Dice Katy y Sofía niega con su cabeza.
—No, Katy no tuve novio —Dice un poco incómoda.
—Vamos Sofía porque no me dices la verdad por qué regresaste, sé lo dé tus padres y las empresas, pero hay algo más, lo sé —Sofía suspira resignada y la mira.
—De acuerdo, pero no sé lo puedes decir, nadie de acuerdo —Dice y Katy asiente ansiosa.
—Trabajando como modelo un hombre joven, un empresario me invitó a salir y acepté, solo fue una cena doble, pero la otra pareja jamás llegó —Comienza Sofía un poco incómoda.
—Él me quiso besar y lo abofeteé, luego se molestó y me dijo que era suya y lo sería así, no quisiera, llegaron a saludarlo y escape de allí —Dice Sofía algo nerviosa.
—Después de eso comenzó con flores, chocolates, regalos costosos, con notas como serás solo mía y otras cosas más, siempre rechacé todo, consiguió mi número y comenzó a vigilarme —Continúa un poco más nerviosa.
— No podía salir ni hablar con nadie porque él lo sabía, fue horrible, una chica me dijo que me alejara de él, que era peligroso y por eso acepté cuando mis padres me pidieron regresar —Sofía estaba nerviosa y preocupada aquello la perturbaba mucho, mientras que Sofía se tomaba el resto de su bebida en la cara de Katy se dibujaba una sonrisa siniestra que pronto disimuló.
—Y cómo se llama ese idiota que te trató mal amiga.
—Se llama Liam Kauffmann, Pero ya no importa, ahora estoy muy lejos de él, no tiene manera de saber que estoy aquí, la información de mi familia siempre la tuve aislada y allá me conocen como sirena— Katy asiente.
—Sí, no tiene manera de saber que estás aquí — una de sus comisuras se levanta mientras lucha por no dejar ver su sonrisa.
—Bueno, amiga, cambiemos de tema este fin de semana, iremos de antro, me ayudas con Máximo, sí, que yo estaré con mi amor bello —Sofía quería que la tierra se la tragara, solo sonrió y asintió.
Las chicas salieron de allí y Sofía fue directo a su apartamento, solo quería descansar y olvidarse de aquella conversación y del estúpido de Franco como podía ser tan cínico y ella tan estúpida.
La joven terminó ese día comiendo panecillos con chocolate y mirando una comedia romántica, no iba a dejar que el abrumador día de hoy la hiciera colapsar, su teléfono sonó y al no reconocer el número contestó muy amablemente.
—Buenas noches quien habla —La voz de franco se dejó escuchar.
—Buenas noches, mi diosa hermosa, como estás — pregunto tan coqueto como siempre.
—Buenas noches, Franco, como conseguiste mi número y porque me llamas a esta hora —Contestó algo molesta, pero la verdad le encantaba poder oírlo.
—Eso es lo de menos mi diosa, solo quería desearte dulces sueños y decirte que mañana debemos hablar —dijo y ella contestó.
—No tengo por qué hablar con mentirosos, así que déjame en paz —se acostó y puso su teléfono en silencio, pues las llamadas no dejaban de llegar.