Doctora O

La estadía en Sudan llegó a su fin, los días de intenso calor se acabaron, el equipo médico hace sus maletas y con mochilas al hombro abandonan Darfur del Sur, se despiden de sus pacientes, en las afueras de la posta médica está desembarcando el nuevo equipo que va a continuar con la labor. Se saludan, el equipo que se despide sube a la tolva, pero modificada con barandas para poder sujetarse, las mujeres suben primero, los hombres pasan las mochilas y maletas y suben, por último. En el interior de la tolva se ha acondicionado una banca esquinera, con forma de u para cubrir el perímetro.

Para Hyun Joong, repetir ese tipo de travesía es una pesadilla, lo recuerda muy bien cuando llegó a Darfur. Está vez está acompañado del equipo médico y tiene al frente suyo a Audrey, la camioneta puede zarandear, puede hacer saltar a todos, el surcoreano lo soporta con buen humor, ella es su medicina contra las cosas que más detesta en el mundo, las incomodidades.

Una vez en la cuidad capital, Kharthoum, el equipo médico quiere hacer unas compras y es que van a comprar todo lo necesario para un baño perfecto. Hyung Joong había cambiado una fuerte suma de dinero, por lo que a Audrey le compra la línea más cara de productos para el baño y cuidado de la piel, Audrey sólo buscaba una marca buena, no se esperaba recibir un regalo de lujo por parte del asiático.

En el hotel se pueden dar un rico baño, sentir el agua fresca correr sobre el cuerpo, usar un buen champú, gel de baño, cremas corporales. Audrey salió del baño que parecía drogada, no dejaba de oler su piel, el aroma era tan dulce que no compartió nada de lo que es nada con ninguna de sus amigas, al tocar su piel la sentía como si fuera de terciopelo, pero no podía usar ropa ligera, en América del Norte está cambiando el clima hace fresco, es mes de octubre.

Ahora inicia el viaje de retorno, en la sala de chequeo el equipo intercambia sus números de teléfono. Cada quien, con su vuelo según su país de procedencia, los únicos que van juntos son Audrey y Hyun Joong. Luego de pasar el control migratorio, van a la sala de embarque.

- ¿Qué planes tienes? – preguntó Audrey – Puedes tutear, ya tenemos confianza y no estamos en horario de trabajo.

- Bueno, yo tengo que asistir a una boda en veinte días.

- ¿Algún familiar?

- No, es un amigo de infancia, pero hay un requisito que no puedo cumplir.

- ¿Requisitos para ir a una boda?

- Debo ir acompañado, ¿vendrías conmigo?

- No conozco tu cultura.

- Sólo hacer compañía, por el resto me encargo yo. Tómalo como una oportunidad de conocer mi país.

- Me gustaría, pero eso no depende de mí. Ahora que regresamos de África debemos pasar por control sanitario y una cuarentena de una semana como mínimo. Después hay una alta probabilidad de que me programen otra campaña o misión.

- Espero que no te llamen, necesito ir acompañado y no tengo con quien.

- Para mí, ese requisito es muy… como lo puedo decir – ella piensa en una palabra adecuada.

- ¿Absurdo?

- No precisamente eso, sino que me parece muy extraño.

- Me gustaría que puedas ir. Mi país tiene paisajes muy bonitos, puedo hacer los arreglos respectivos para que tu estadía sea a tu altura.

- ¿A mí altura? – se ríe – ni que yo fuera presidente de la república. Soy una mujer común y corriente, no tengo nada de especial.

- Eres una mujer multifacética, eso hace que seas una mujer especial y de mucho valor. Yo admiro ese tipo de mujeres.

- Muchas gracias. – baja la cabeza, sonríe y se sonroja.

El vuelo de regreso a América es largo, durante las escalas, comen algo ligero. Ellos conversan mientras esperan poder embarcar, ella va en la clase turista y él en la clase ejecutiva. Por fin llegan a Estados Unidos, tanto ella como Hyun Joong tienen que pasar por control médico.

Cuando se hace un viaje al continente africano cuyo destino final fue en lugares rurales, en safari, o foresta (en temporada lluviosa), siempre se recomienda hacer un chequeo y una desparasitación, uno de los problemas muy frecuente es tener gusanos. La falta de higiene y al no estar familiarizado con la zona es inminente tener ese problema. Audrey y el resto del equipo saben perfectamente que hacer para no contaminar los lugares donde vean, siempre desinfectan la habitación sea de residencia del hotel, desinfectan baño, el asiento del avión, cuando usan los servicios en los aeropuertos, y otros lugares que pueden frecuentar. Es un protocolo de seguridad sanitaria que todo médico sin fronteras o voluntarios tienen que seguir cuando hace ese tipo de viajes.

La pareja debe estar en aislamiento en sus propios departamentos por una semana, Audrey ya tiene previsto manualidades que hacer, pero Hyun Joong no, es su primera vez y como no hizo ninguna capacitación, sino que fue por su propia voluntad, no sabe qué hacer para mantener ocupada su semana, se pone a cocinar, limpiar, investigar, responder mensajes, le sobra tiempo así toca la guitarra, cuando se aburre se pone a leer. Empieza con su libro, pero páginas después se aburre también, nada entretiene como antes, no puede concentrarse en la lectura, su mente no deja de pensar en Audrey desde el día en que la conoció hasta el día que volvieron juntos a América.

Son casi tres semanas que se conocen, y ella ya está en su mente. Va al baño, se mira en el espejo y mira su nuevo estilo, ella le cortó el cabello, se acaricia su cabello y nota que los cortes no son perfectos, debería pensar en programar una cita con un estilista, como perfeccionista que es obvio que tome una decisión como esta, pero no, más bien le gusta su corte, fueron las manos de Audrey que lo hicieron. Lo que piensa es cambiar color, dejar el rojo y pasar a uno oscuro o rubio.

Se viene la boda de Sam Bum y aún no tiene el regalo, se había olvidado del regalo, ahora así tuvo un motivo para mantener su mente ocupada en buscar un regalo apropiado, buscar un traje. Cuando pensó que tenía todo listo, pensó en Audrey, ella necesita un vestido elegante acorde a la ocasión. Hace una llamada telefónica.

- ¡Aló! ¿Hyun Joong?

- Sí, papá, soy yo, ya regresé de viaje.

- ¡Estas en el aeropuerto y no me has avisado para preparar tu habitación!

- No, papá. Viajé a Sudan, a Darfur del Sur para ser exacto. Estoy en América, debo hacer cuarentena por esta semana.

- ¿Estás enfermo? Voy a ordenar que preparen tu traslado y te curas aquí.

- No es necesario, no seas dramático, sólo es por protocolo de seguridad sanitaria. Por el resto estoy bien.

- Me estaba preocupando.

- Papá, necesito que me hagas un favor, pero bien grande.

- A ver si puedo.

- En si es algo sencillo, voy a viajar a Corea para la boda de Sam Bum, pero Audrey hará estadía en casa, quiero que tenga cosas personalizadas.

- Te entiendo. Sé lo que me quieres decir.

- Su nombre se escribe con la letra A latina. Que el bordado sea elegante.

- ¿Estás enamorado?

- No lo sé, pero no puedo dejar de pensar en ella.

- Tienes que tomar una decisión.

- Cundo conocí a la traidora ignoré mis sentimientos al principio, luego me aferré a ella le di todo, lo sabes, le di todo lo que quería, la complacía en todo, todos sus caprichos le cumplían quería verla satisfecha y enamorada con es detalles y ella se fue con un hombre mayor y según ella más serio. Aprendí mi lección. Ahora estoy conociendo a Audrey, ella me gusta y la voy a conquistar, aunque no te guste. En mi juventud fui tonto, ahora que soy adulto y con la lección aprendida no dejaré pasar esta oportunidad. Audrey será tu hija política.

- Hyun Joong, sólo quiero que seas feliz. Yo soy viejo y enfermo, eres todo lo que me queda. Piensa bien en lo que vas a hacer, eres joven todavía. Tu madre ha sufrido al verte deprimido.

- Si Audrey no es para mí, nunca más volveré a fijarme en una mujer.

- No digas tonterías, sólo tienes que pensar bien las cosas, el matrimonio es un contrato a vida.

- Audrey me ha cortado el cabello y me hizo un nuevo estilo, me gusta mi nuevo corte.

- ¿De verdad? ¿Y eso?

- Contrajimos piojos. Ella le cortó el cabello a todos y yo a ella.

- Pero si no eres peluquero.

- Ella tampoco, pero te enviaré una foto mía de cómo me veo.

- Me parece bien.

- Debo colgar, papá. No te olvides del favor que te pedí.

- Descuida, hijo. Todo estará listo para cuando vengas. Por cierto, tu mamá estará de gira en Estados Unidos, si gustas puedes ir a verla.

- Genial, veré a mamá, sería una ocasión para presentarle a Audrey. Hablamos luego. Que te cuides.

- Tú también, hijo.