Después de un año de lo sucedido todo sufrió un cambio. Emily tratará de detener una inminente guerra entre ambos mundos, pero antes tiene que revelar secretos que le dirán quién es en verdad, pero no será la única que buscará respuestas en esta lucha.
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Capítulo 7 — El inicio del camino
— Veo que no pueden hacer un trabajo tan simple — Decía Erick mientras comía.
— Señor lanzaron un misil y tuvimos que esquivarlo —. Respondió uno de los soldados.
— ¡Ese es su pretexto! Merecían morir entonces — Respondió el presidente.
Erick ordenó a los oficiales salir de la habitación central quedando sólo él y el general Rid.
— Creo que ya es tiempo de deshacernos de ese estorbo — Dijo Erick mientras tomaba asiento en su despacho — Y quiero que manden el sargento del escuadrón especial por esos Templari — Ordenó.
El general Rid salió del despacho con la misión de asesinar a los líderes de la N.D.E. y por otro lado se alistaba uno de los soldados más peligrosos que era parte de aquella fuerza especial.
Por otra parte los Templari seguían su camino, aunque sin rumbo ya que después de aquella persecución perdieron toda dirección.
Caminaron bajo el sol quemante sobre ellos con el poco equipo que lograron tomar, el cansancio era más que evidente. Siguieron sobre la arena caliente del desierto que dividía a las varias ciudades cercanas; todo parecía perdido hasta que Lexa cayó arrodillada mientras tenía una visión.
La visión era de una ciudad en ruinas, una casa y una mujer saliendo de ese lugar junto a un hombre. Lexa se levantó y ordenó a los demás seguir en línea recta hasta que por fin dieron con aquel pueblo abandonado.
— ¿Qué hacemos aquí Lexa? — Dijo el segundo al mando .
— Estuvo aquí — Respondió.
— ¿Cómo estás tan segura? — Dijo el chico.
— Sólo lo sé y deja de hacer preguntas a tu superior — Respondió de mala manera.
Lexa entró en la casa que vio en su visión, pero nada, ya no había algo que dijera que ahí estaban.
— Bien, a colocar las cosas, aquí vamos a descansar — Ordenó Lexa mientras caminaba por la casa.
Lexa se instaló en una de las habitaciones de la planta alta y mientras dejaba sus cosas mirando por una ventana observó de nuevo a aquella mujer y junto a ella el reflejo de la misma Lexa.
— ¿Por qué siento una conexión contigo? — Se preguntó confundida.
Cayó la noche y los miembros de los Templari se encontraban cenando, pero Lexa miraba solamente las estrellas tratando de encontrar una respuesta a todas sus preguntas.
En otra parte del desierto Rommel y Emily de igual forma descansaban frente a una fogata. Ambos comían y miraban juntos las estrellas.
— ¿Sabes? No deseo regresar a Sogno — Dijo Rommel.
— ¿Eh? ¿Por qué no? — Preguntó una confundida Emily.
— Ya no lo siento como mi hogar — Dijo él.
— ¿Esa es la razón por la cual escapaste? — Preguntó Emily quien estaba más cerca de él.
— Se puede decir que... encontré a alguien que me hace sentir ese calor de hogar — Respondió él mientras la miraba a los ojos.
— ¿Si sabes que al ayudarme ya no hay marcha atrás? — Dijo Emily.
— Sí, lo sé y la verdad no importa ese sacrificio si estoy contigo — Respondió un Rommel decidido.
Ambos se fundieron en un apasionado beso y terminaron entregándose bajo el manto de estrellas que iluminaban el cielo oscuro.
En un momento a otro Rommel logró comprender ese sentimiento mortal al que llaman “amor” y que para él era algo mágico, algo que nunca habría sentido jamás en su vida.
