Eras Tú.

Al terminar el postre de fondo se escuchó una sutil y muy romántica melodia, Bastian se levantó, extendió su mano hacia ella y la invitó a bailar.

Se alejaron un poco de la mesa, se abrazaron y comenzaron a moverse al compás de la melodia, convirtiéndose el momento tan único y solo para ellos.

— te amo mi amor— Mabel sonrió y poso su cabeza en el pecho de su esposo.

— yo también te amo.

Siguieron moviéndose hasta que está se terminó, se vieron fijamente, sonrieron y se dieron un tierno beso donde una vez más se demostraban todo el amor qué tenían para entregar.

— regresemos a casa, mi amor— su amada esposa solo asintió, regresaron a la mesa, tomaron sus cosas y salieron del restaurante, tomados de la mano y bajo la mirada de varios comensales.

Al subir al auto, Bastian encendió el motor y condujo hacia su hogar, en el camino él solo sentía la mirada de su esposa, volteo por un momento y Mabel se sonrojó y bajo su mirada al suelo al sentirse descubierta mirandolo.

— me encanta verte así, eres muy hermosa y te digo algo— Mabel levantó su mirada al sentir la mano de su esposo en su barbilla— soy feliz al tenerte en mi vida— ella solo asintió, ya que su extenso repertorio de muestras de amor de su esposo la dejaban sin habla.

Bastian sonrió y de nuevo se concentró en el camino, pero sin soltar ni por un segundo la mano de su esposa, estaban por llegar cuando de nueva cuenta hablo él.

— mi amor, mañana tendré que viajar por algunos asuntos— Mabel abrió sus ojos y volteo a verlo.

— a, ¿dónde iras?.

— a Nueva York, solo será por un par de días— al escucharlo decir que iría a su país, sintió un impulso, pues ella necesitaba regresar para dejar las cosas en orden y poder continuar con su vida al lado de su esposo.

— entiendo, pero porque mejor no voy contigo, necesito hablar con mi casero y dejar el departamento, también presentaré mi renuncia con el señor Brown.

Bastian al escuchar que su esposa iría a ver a ese enfermo sé incómodo, pero obvio que no la dejaría ni pisar la acera donde esta ubicada esa empresa.

— esta bien, pero sobre tu renuncia yo me encargaré, si no te molesta.

—no, para nada amor.

— perfecto— estacionaron y mientras iban en el ascensor abrazo con fuerza a su esposa.

Besó su cuello, subió poco a poco hasta tener entre sus labios el lóbulo de su oreja, Mabel al sentir la sutil sensación la transportó al paraíso estando aún en el ascensor.

Al traspasar el umbral de su hogar la llama se encendió en ambos, devorándose con desesperación y mucha necesidad.

Subieron casi corriendo las escaleras sin dejar el juego sensual de las caricias y los apasionados besos, entraron a su habitación y el ambiento se tornó excítate.

Desasiéndose de la ropa que para esta altura ya les estorbaba, volvieron a besarse y al tocar la cama todo fue candela pura para los esposos, teniendo una extensa sesión entre respiro y respiro.

Cayeron ambos agotados, pero un ligero sonido hizo despertar a Bastian, tomo su celular y en la pantalla se reflejaba el nombre de Nil, se levantó y de inmediato contestó.

📲 Hola, espero no haber molestado, pero esto es urgente.

📲 ¿Que sucede?, Nil contesta, sabes que no me gusta el suspenso.

📲 Bueno, primero que nada tu pedido ya esta en marcha, pero me llegaron imágenes sobre la visita un poco forzada de un hombre a tu socio.

📲 ¿Y sabes quien es?.

📲 No, pero en este momento te he mandado la foto. [De inmediato Bastian reviso la bandeja de entrada, abrió el mensaje y lo primero que salió fue la foto de Ivar, el padre de Mabel y a pesar de los años ese rostro jamás lo olvidaría, pues miles de veces ese hombre le dijo que no lo quería cerca de su hija]. — ¿tu sabes quien es?.

📲 Claro que lo se, ese rostro jamás podría olvidarlo, Nil el es Ivar, el papá de mi esposa, pero lo extraño es, ¿porque fue a la empresa?, ¿conoce a ese imbecil?.

📲 No lo sé, pero ya estoy en eso, le dijiste a tu esposa que viajaras?.

📲 Si y de hecho ella vendrá con nosotros, pero con esto tendremos que ser cautelosos y rápidos, esta visita no me huele nada bien,

📲 ¿Por qué?.

📲 Después te cuento, nos vemos en tres horas Nil.

Ambos cortaron la llamada, y mientras Bastian se volvía a acostar junto a su esposa, Nil no podía sacarse de la cabeza lo que su hermano había dicho, así que se puso a trabajar, buscando en la red balck e investigó absolutamente todo sobre la vida de ese tal Ivar.

Enterándose gran parte de la infancia de la ahora esposa de su amigo, pero al seguir leyendo algo en particular le llamo la atención y era de la inminente quiebra de su empresa.

Amplio más el panorama sobre la empresa y encontró sobre un socio multimillonario que en un mes de haber hecho la sociedad absorbía las deudas, pero las últimas dos cuentas por saldar tenían fecha de expiración y ese había sido hace un día.

A Nil le parecía extraño, ya que las cuentas se saldaban en tiempo y forma, pero él mismo se volvía a preguntar porque estas no, si estas dos últimas deudas eran para resucitar la empresa.

Busco el nombre del tal socio y en la pantalla el nombre de Sandra Bailey, salto junto a toda su fortuna, todas las propiedades existentes, pero también le presento su vida personal y su círculo cercano.

Enterándose que había un anuncio sobre una boda con el primogénito de los Bailey y los Cooper, siguió buscando hasta que encontró un contrato salvavidas.

Nil de inmediato lo imprimió, pues la seguridad de los Bailey detectó al intruso y estaba a solo minutos de que un virus invadiera la computadora de Nil.

Toda la información recavada estaba respaldada en un usb, se levantó y mientras terminaba de procesar la impresora la información se fue a dar un baño, se cambió y alistó sus cosas.

Y con un mensaje movilizó a sus hombres quienes ya iban caminó a Nueva York, tomo su computador y lo destrozó hasta dejarla inservible completamente, guardo el pequeño usb en su pantalón, tomo su maleta y la hoja impresa, sin leer su contenido salió de la habitación para encontrarse en la pista con Bastian.

Pero al ir en camino, decidió leer ese contrato, y al leer palabra por palabra y párrafo a párrafo se sorprendió y se sintió indignado, molesto y unas inmensas ganas de dañar a todos los involucrados.

Pues en ese dichoso contrato salvavidas firmaban un acuerdo de levantar la empresa a cambio de casar a su primogénita y él sabía que la primera hija de Ivar era su ahora cuñada, Mabel Cooper Peach.

Sabía que Bastian al enterarse haría arder Nueva York e iniciaría una guerra, guerra que él estaba dispuesto a luchar solo por la felicidad de su amigo.