Desde antes de nacer mi cruel destino estaba escrito, soy Lucía Rivas única hija de María de Rivas, desde que mi mamá supo que vendría al mundo me odio, yo le recordaba su tragedia, yo era el fruto de una violación, debido a eso mi vida siempre ha sido un infierno, pero algún día vengare todo mi sufrimiento y ni siquiera mi madre se salvará del infierno que desatare en la tierra...
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Capitulo VIII Su hija y no su amante
Lucía se encontraba en su apartamento, gracias a Mauricio ellos habían perdido el avión y como había mal tiempo los vuelos fueron suspendidos hasta nuevo aviso, así que no les quedó de otra que permanecer en el país unos días más, Laureano había salido bien de la cirugía, pero aún se encontraba en recuperación, cuando pudo hablar pidió que indemnizar a todas las personas que le habían donado sangre, pidió la lista y en esta apareció un nombre muy conocido por él, hay estaba el nombre de su princesa, Lucia Rivas, llamo a Mauricio y le pidió que trajera al hospital a Lucía, según Laureano quería que él la conociera.
Mauricio frunció el ceño, pero como no podía discutir con su papá no le tocó de otra que ir por Lucia a su departamento, Laureano también pidió ver a Diego así que consiguieron un permiso especial para traerlo al hospital.
Los celos de Mauricio eran tan grandes que no relacionaba a Lucia con la hija de Laureano, el simplemente asumió que Lucia era la amante de su papá.
Mauricio fue hasta el apartamento de Lucia, tal y como su padre lo había ordenado.
—Qué haces aquí?. —Pregunto, Lucia molesta.
— Tú aman... No termino de decir la oración, ya que en ese momento salió Diego.
— Mami! es el señor que me ayudó el día que me perdí en el hospital. — Dijo Diego dándole un abrazo a Mauricio.
— Hola pequeño, imagino que ya no te has separado más de tu mamá, verdad?. — Pregunto Mauricio poniéndose al nivel de Diego.
Él no entendía ese sentimiento que Diego le transmitía, pensó que era porque como es su medio hermano, a lo mejor era eso.
— Mi papá quiere verlos y me pidió que los llevará, por favor busquen lo que necesitan que los llevaré. — Dijo Mauricio lo más tranquilo que pudo.
Ana salió de la cocina, pues se le había hecho raro que Diego no fuese por su merienda, al salir se encontró de frente con Mauricio, este al verla cambio la expresión en su rostro por una de decepción, como era posible que Ana también lo traicionará, no dijo nada simplemente bajo y espero a Lucía en su auto, unos minutos después ella bajo, vistiendo como toda una empresaria y su hijo un pequeño intelectual, en su corazón sintió el deseo que ellos fueran su familia, pero al recordar que eran la familia de su papá, su ilusión se esfumó. Lucía ayudó a Diego a ponerse el cinturón y luego ella subió a la parte delantera del auto junto a Mauricio, abrochó su cinturón y Mauricio puso en marcha el auto, está vez condujo con prudencia, ya que su hermano estaba en el auto y no quería que saliera lastimado, al final él es solo un niño y no tiene culpa de los errores de sus padres. Llegaron al hospital y los tres bajaron del auto y entraron al hospital, Mauricio los condujo hasta el piso donde estaba Laureano, en la entrada de la habitación estaba Carolina y está al ver a la amante de su esposo, se le fue encima, solo que Mauricio la detuvo diciéndole que no era el momento y señaló al niño, este niño se le pareció mucho a Mauricio cuando tenía esa edad, su mirada dulce era la misma, estaba confundida.
— ¿Mami quien es ella? Por qué me mira tanto?. — Dijo el niño escondiéndose detrás de su madre.
— Tranquilo amor, ella solo es la mamá de Mauricio, así que no te preocupes porque mami te defenderá de todo, ok. — El niño asintió con la cabeza y luego procedieron a entrar, ellos estaban cubiertos por batas de hospital y cubre boca.
— Abuelo?. — Grito Diego feliz de ver a Laureano.
— Hijo! aquí estás!, te he extrañado muchísimo. — Dijo Laureano sonriéndole a su nieto.
— Hija mía!, mi princesa!, gracias por darme tu sangre, eres muy valiente al regresar a este país donde solo sufriste. — Dijo Laureano agradecido.
— Por ti lo haría todo, papá.
Esta última palabra la dijo asiendo ahínco en ella, quería que Mauricio la escuchará y se tragara todas sus palabras, Carolina no quiso entrar, para ella era humillante estar en el mismo sitio que la amante e hijo de su esposo.
— ¿Papá? Alguien me puede explicar que está pasando aquí?. — Pregunto Mauricio con el ceño fruncido.
— Mauricio ven mira te presento a mi abuelo, verdad que es el abuelo más guapo del mundo. — Dijo el pequeño.
Cuando Mauricio estaba por responder llegó la enfermera pidiendo que salieran, ya que la visita solo la habían autorizado por cinco minutos y el tiempo había terminado, Diego se despidió de su abuelo con una sonrisa en la cara y Lucia le dijo que lo esperaría en su casa en el extranjero, que él sabía que no podía quedarse y que hubiera querido estar con él más tiempo.
Los tres salieron de la habitación de Laureano, Carolina estaba furiosa afuera viendo a Lucía y al niño, pero no se atrevió a acercarse a ellos, mientras Lucía tomo de la mano a Diego y se disponía a partir, cuando fue detenida por Mauricio.
— Tenemos que hablar. — Dijo el hombre confundido.
— Nosotros no tenemos nada de que hablar, ahora sí me disculpa llevaré a mi hijo a casa, pues nos espera un largo viaje. — Dijo Lucia apartando la mano que sostenía su brazo.
Lucía se dio la vuelta y salió del hospital, se fueron en un taxi al apartamento, pues Mauricio estaba en shock y no reacciono a tiempo.
— Esa mujer es desvergonzada, mira hasta un hijo tiene, con tu padre, con razón lo tiene hipnotizado. — Comento Carolina melancólica, ya que ella nunca había podido darle un hijo a Laureano.
— Mamá creo que nos hemos equivocado y ese niño no es de mi papá, ese niño es mío. — Dijo Mauricio aún en trance.
— ¿De qué estás hablando hijo? ¿Cómo es posible eso, acaso ya tú la conocías? — Pregunto, Carolina, sorprendida.
— Así es mamá, estoy casi seguro que Diego es mi hijo, no sé cómo ellos llegaron con mi papá, pero algo tengo claro y es que ella no es su amante, ella es su hija biológica, mamá tengo que ir a hablar con ella antes de que se vaya del país, luego te explico todo.
Mauricio salió corriendo del hospital, tenía una misión y era aclarar las cosas con Lucia, él la había ofendido de manera imperdonable, y aunque sabía que la relación entre ellos no iba a poder ser, al menos quería estar cerca de su hijo.