Colágeno

Los días avanzaron rápido para mi gusto, la verdad he tenido tantas cosas que hacer que Ni me di de cuenta, el sábado será la bienvenida de Rodrigo, mi amiga Lucía está más que feliz de su llegada, la verdad es que a ese niño no le veo desde hace algún tiempo.

 José Alfredo no ha dejado de buscarme, a veces me siento acosada por él, pero tal parece que mientras más lo ignoro peor se pone.

Por cierto hay algo que me tiene muy curiosa, el otro día nos encontramos con Gustavo, pero cuando nos vio estaba nervioso, pero lo que me parece raro es la actitud de Mila delante de él, tampoco es que soy chismosa, pero ellas son mis amigas, no me gustaría que se pelearán por algún hombre.

Douglas me dijo que vendría unos días después que Rodrigo, con la noticia que se trae a la novia, eso me alegra mucho que este enamorado y quiera formar una familia, aunque me parece muy joven, lo apoyo en todo. 

Mi hijo es lo más importante en mi vida, es lo único que tengo, por esa razón siempre trato que él esté feliz, a lo mejor estoy haciendo mal, pero bueno, ya que.

Los días siguen pasando y Llego el día en que el hijo de mi amiga llega al país después de tanto tiempo, también hubiera deseado que Douglas viniera, eso me hace tanta ilusión volver abrazarlo, besarlo, consentirlo. Es mi bebé, no importa que edad tenga siempre lo será.

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Llegó el día de ir a mi casa, de volver a mi país con mis padres, mi hermano, todo aquello que un día dejé, no espero el momento en llegar y ver a Katrina, que ella vea que ya no soy un chiquillo que ahora me he convertido en un Hombre. 

Mariana no ha hecho otra cosa que llorar estos dos últimos días, alegando que se enamoró de mí, Dios como me incomoda eso, carajo si siempre le dejé en claro que lo nuestro no es una relación de sentimientos, ella sabe que me gusta alguien más y que voy por ella.

No me gusta andar con rodeos, siempre me gusta decir lo que pienso precisamente para evitar este tipo de cosas, le di la oportunidad de quedarse conmigo estos días antes de irme, pero ya es el día. 

—Deja de llorar, que no he muerto —Le digo terminando de abotonar mi camisa. 

—No lo estás, Vas a estar vivo, pero lejos de mí—Dice llorando. 

—De modo que prefieres que muera, entonces—La miro levantando la ceja. 

—Claro que no amor, Jamás pensaría Algo cómo eso —Se pega a mí como una sanguijuela.

—Sabes te amo, te voy a extrañar mucho—Comienza a besarme el cuello provocándome.

—No, Mariana mira que llevo el tiempo justo, de lo contrario me dejara el avión.

Ella sonríe con descaro, sé lo que piensa, quiere hacerme flaquear para que pierda el vuelo, será que no le bastó estar toda la noche y parte de la mañana en eso.

Por ese lado, si no tengo nada de que quejarme de Mariana, es una mujer muy caliente, y resistente, como aguanta. 

—Lo siento muñeca este galán ya se va.—Le doy un beso muy apasionado, ya saben para qué no se olvide de mí con tanta facilidad. 

Agarro la maleta y la coloco en el maletero del carro de mi amigo y hermano, Douglas me llevará al aeropuerto, decidí que Mariana no iría conmigo al aeropuerto, la verdad no quiero dramas. 

—Hermano, de verdad no entiendo cuál es tu apuro, no puedes esperar hasta el próximo fin de semana para irnos juntos.

—¿Douglas tú te vas a llevar a Fer verdad?

—¡Sí!

—Ok, Mariana también va a querer irse y no quiero que ella venga conmigo, yo tengo otros planes.

—Sí, me imagino, vas a buscar a la mujer que te vuelve loco—Dice para luego burlarse de mí. 

—No te burles, ya te quisiera ver enamorado Como tonto—Ríe a carcajadas como si le hubiera contado un chiste muy bueno—jamás amigo mío ese día no nací. 

—El día que te vea como estúpido detrás de una mujer, seré yo quien ría de ti.

Este me mira como si yo estuviera alucinando. 

—¿Douglas que harías tú si tú mamá se enamora de nuevo?—aprovecho para saber que piensa el del asunto. 

—Qué va, mi mamá está muy grande para esas cosas, eso son cosas de carajitos. 

—Tu mamá no está vieja—le digo con mala cara—Es como que yo diga que mi mamá está muy vieja para volver hacer su vida.

—Bueno, eso es tu mamá, la mía no, nada más espera que llegue allá y verás que vuelve con mi papá. 

De una vez mi mal humor se hace presente. 

—¿Además, a ti, qué diablos te importa que mi mamá se enamore de nuevo?—Me mira buscando una respuesta. 

—Nada solo curiosidad. 

Él va a decir Algo más, pero llegamos a nuestro destino, me quedo en la sala de espera mientras llaman para abordar, le doy un abrazo a Douglas. 

—Nos vemos el fin de semana. 

—Te espero no tardes—lo dejo para abordar el vuelo, que me llevará a mi destino, me siento nervioso de solo pensar que le diré cuando la tenga frente a mí.

El vuelo fue rápido, o bueno me dormí todo el viaje soñando con Kat, Sus ojos, sus labios joder como me gusta esa mujer, estoy casi seguro que no es una obsesión, por si acaso están pensando en esa posibilidad, pero no lo es por qué no la deseo solo para tener sexo con ella, solo quiero estar con ella hacerla feliz, quiero cambiar esos ojitos de tristeza que siempre veía en ella, sé que ella tiene derecho a ser feliz, solo espero que me acepte no me gustaría que me rechace, con la excusa que soy menor que ella.

Bajo del avión, voy por mi maleta, imagino que mi mamá y hermano están allá afuera esperando por mí, avanzo y justo como lo dije allí están con una sonrisa inmensa.

Mi madre corre a mis brazos, para comenzar a llorar. 

—Hijo mío, mira nada más cuanto has crecido, estás muy guapo. 

—Mamá cualquiera diría que cuando me fui era un chiquillo. 

—Lo eras—Dice divertida. 

Rodolfo se acerca a mí dándome un fuerte abrazo. 

—Pero mira qué grande estás, te ves mejor que yo—Le digo con una sonrisa. 

—Ya quisiera yo tener todos estos músculos—Toca mis brazos. 

—Los tendrás, tienes que trabajar mucho y lo vas a lograr—Le revuelvo el cabello. 

Caminamos al carro donde el chófer me saluda muy amable, ha trabajado para nosotros desde siempre.