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Lecciones De Amor

Lecciones De Amor

Status: En proceso
Genre:Romance / Aventura de una noche / Diferencia de edad
Popularitas:3.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Abigail Limón

Ella tiene miedo de la atracción que siente por el joven con el que durmió una sola noche, él hará lo posible por repetir la experiencia con la hermosa maestra de su hermanita.

NovelToon tiene autorización de Abigail Limón para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Noche de fiesta

El fuerte sonido del claxon del auto de su esposo le hizo saltar de la cama asustada. Solo que recordó que no sería su esposo sino su exesposo. Hacía más de medio año que habían firmado el divorcio. Cómo pudo se incorporó, el dolor de cabeza era insoportable y la luz matinal que entraba por la ventana le cegó por un breve instante, cuando pudo enfocar su visión, se dió cuenta del enorme cuadro de colores sobre la cabecera de la cama, en definitiva ese no era su dormitorio. Gabriela vio de reojo un cuerpo moverse sobre la cama donde momentos antes estaba acostada y entonces al igual que el filme de una película vieja, las imágenes de la noche anterior llegaron a su mente. Su amiga Andrea la había convencido de ir a aquel bar para distraerse un poco. 

—No está bien que te quedes encerrada en casa un viernes por la noche —dijo Andrea aferrándose a su brazo haciendo un esfuerzo por levantarla del sofá —no me digas que piensas seguir guardando luto a Roberto, él anda muy feliz con la mujercita esa, ¿cómo se llama? ¿Valeria? 

—No es eso, Andy. Solo no tengo ganas de salir. 

—Anda, acompáñame —insistió Andrea con un tono infantil que lejos de molestar a Gabriela le causaba gracia —. No te voy a soltar hasta que aceptes salir conmigo. 

—Andy, en serio no quiero. 

—¿Por qué no, mamá? 

Ahí estaba también su hijo con su sonrisa dulce y perfecta confabulando en su contra para sacarla de su encierro voluntario. 

—Pues, como que por qué. Cómo crees que te voy a dejar en casa solo. 

—No, mamá. Por mí no te preocupes. Es más yo quedé de salir con Mario así que ni siquiera estaré en casa. 

—¿¡Así!?, y ¿a quien le pediste permiso? —Omar rió por la actitud evasiva de su madre —. No te rías. Te estoy hablando en serio. 

—Mamá, ya no tengo diez años. 

Omar no dijo nada más y se perdió tras la puerta de la cocina. Tenía razón y Gabriela lo sabía, el chico ya tenía dieciocho y acaba de entrar a la universidad, era lógico que no sintiera el deber de pedir permiso si quería salir. De hecho él solo avisaba que iba a salir ya fuera con su amigo Mario o Danna, su novia, Gabriela lo aceptaba como si nada porque Omar era un chico centrado, responsable y no tenía vicios; nunca le había dado un problema cuando niño ni a lo largo de su adolescencia así que, confiaba en él.

—Bueno, Gaby. ¿¡Nos vamos ya!?

—Pero… 

—¡Vayan! —respondió Omar desde la cocina. 

—Ya ves, tu hijo está de acuerdo. 

—Está bien, Andy. Vamos. 

En ese momento Gabriela lamentaba no haberse mantenido firme en rechazar la invitación de su amiga. En cuanto llegaron a ese bar sintió como si todas las miradas estuvieran sobre ella, como si de alguna manera todos supieran que ella era una maestra de cuarenta años, divorciada y con un hijo casi adulto, una mujer fracasada que buscaba un nuevo comienzo. Se sentía ridícula así que comenzó a beber para relajarse un poco. 

Poco a poco la inseguridad que sintió al principio fue quedando a un lado y entre risas y tragos, Gabriela se fue animando a bailar. 

—Este vestido negro te queda muy bien —dijo Andrea mientras salía del armario con el vestido negro que Gabriela uso en la boda de Carlos, un amigo y socio de Roberto, hacía casi diez años. 

—No sé, Andy. Creo que está muy corto —. La mirada de Andrea le hizo titubear. 

—Claro, vamos a tomar unos tragos y bailar un poco, no a trabajar.

Gabriela negó con la cabeza. 

—Además no creo que me quede. 

—Yo digo que si, estás en muy buena forma. Ya quisiera yo verme como tú cuando llegue a los cuarenta. 

Gabriela le miró con una sonrisa, Andrea tenía treinta y ocho pero le gustaba decir que tenía treintaicinco, solo para sentirse más joven. 

—Bien, hagámoslo —dijo Gabriela y tomó el vestido de la mano de su amiga y se lo probó. Verse al espejo con ese vestido le dió un poco de vergüenza, pero Andrea tenía razón, aún le quedaba muy bien, en realidad no era tan corto solo un poco arriba de la rodilla pero si se amoldaba muy bien a su figura y ese escote en “V” le hacía lucir muy bien sus atributos. Gabriela recogió su cabello intentando hacerse un moño alto pero Andrea se lo impidió. 

—No es necesario. Tu cabello es hermoso, tienes que lucirlo. A mí siempre me ha gustado tu cabello, ya sabes es largo, ondulado y rubio. 

—Cualquiera que te escuche diría que me tienes envidia.

Ambas mujeres rieron por el comentario. Gabriela sabía que no era así, Andrea era una mujer muy guapa que no le afectaba en nada haberse divorciado ya dos veces. Ella salía a divertirse y conquistar hombres, no le era para nada difícil. 

Mientras bailaban ambas mujeres solas, Gabriela no pudo evitar notar al hombre que estaba en la barra; él la miraba fijamente, con una mirada oscura y juguetona. La verdad era un tipo apuesto, las luces oscuras del lugar lo hacían lucir aún más varonil. De repente ese hombre se levantó y caminó hacia ellas, en verdad parecía un sueño de hombre, alto y delgado; de hombros anchos y en muy buena forma. No parecía ser un hombre musculoso de esos que pasan sus días en el gimnasio para terminar llenos de bolas por todo el cuerpo, esté era más bien del tipo atlético, justo como a ella le gustaba, quizás ya había bebido demasiado si es que comenzaba a fijarse en esos detalles. 

—¿Te puedo acompañar? 

Esa voz aterciopelada y oscura le causó un estremecimiento agradable que le provocó calor, de repente, se sintió sofocada. 

Gabriela buscó a su amiga pero ella ya estaba bailando con alguien más. Entonces se sintió valiente y algo atrevida, y sin dar una respuesta, continuó bailando ahora cerca de ese apuesto hombre, quizás un poco más provocativa y sensual de lo debía, ayudada quizás por el alcohol y con el deseo de sentir algo mas que la soledad que sentía en casa desde hacía tantos años incluso cuando su esposo estába con ella. Era la primera vez que salía desde su divorcio, ya estaba ahí qué más podía hacer sino disfrutar esa noche para después volver a su rutina habitual, después de todo, qué era lo peor que podía pasar. 

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julietha galiano
no jodas, 40 años y no ser asertiva en la comunicación. no es no y si es si. osea eso hace parte la vida de crecer y madurar. y tene 40 y no serlo deja mucho que decir, que falta de carácter y como que crio al hijo igual, porque la novia como que lo maneja con el dedo chico del pie
julietha galiano
ess roberto que hp cucaracha desgraciado, ahora quiere volver porque lo echo la que tenia y no tiene ni donde caerse muerto. pretende vivir a costa de Gabi. jaj atrevido parásito
julietha galiano
😳😶😂😂😂😂😂😂
【Full】Fairy Tail
😎Qué historia tan buena!
Ryner
Me encanta la forma en que construyes la atmósfera y me haces sentir como si estuviera en la historia de verdad 🌅💭.
Sandy
quiero conocer la historia completa ya
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