La Santa Y El Duque Exiliado

-No, solo que últimamente Kenneth no ha podido dormir y si lo hace solo duerme dos o tres horas, de verdad gracias por quedarte ayudar a mi amigo.

Andrew miro con una sonrisa Alice y luego golpeo su espalda en señal de confianza “¡Auch! ¿Y eso porque?” Alice miro a Andrew desconcertada y molesta por la palmada en la espalda haciendo que este se diera cuenta de inmediato que había exagerado con aquel golpe.

-Lo siento no quería ser tan rudo, solo lo hice para agradecerte.

-¿Cómo es que un golpe en la espalda significa agradecimiento?...lo siento no me haga caso, pero de nada al final de cuentas no hare esto gratis.

Dijo Alice mientras dejaba a Andrew atrás para poder volver a su habitación, “La espalda de Eddie parece bastante pequeña, realmente debe de haberle dolido el golpe que le di” pensó Andrew mientras miraba a Alice marcharse. A la mañana siguiente el duque despertó durante la tarde después de haber dormido un poco más de diez horas seguidas, este bajo encontrándose con su niñera quien ya tenía la cena servida en la mesa, luego miro a su alrededor y mando a uno de los sirvientes a comprar más despensa para el palacio, Alice que se encontraba en la cocina conversando con la jefa de las mucamas escucho hablar sobre las compras enterándose así que el duque tenía toda su fortuna intacta y que gran parte de sus riquezas las había traído desde el castillo del rey donde este vivía antes de ser exiliado “si tiene tanto dinero entonces…él puede ayudar a estas tierras sin ningún problema” Alice camino rápidamente para alcanzar a la sirvienta que se encargaría de las compras.

-Hola, oye ¿puedo acompañarte? Lo siento no quiero asustarte solo que no conozco bien el lugar y tengo curiosidad.

-Eh…si, está bien joven Eddie.

Respondió la joven sonrojándose “El joven Eddie es muy atractivo y tan amable” pensó esta mientras caminaba al lado de Alice, fue entonces que llegaron donde se encontraba una gran carreta, esta era manejada por un hombre mayor el cual traía todo tipo de verduras frescas, Alice lo miro y pregunto de donde venía enterándose así que él viajaba todos los días por varias partes vendiendo sus productos y que una vez a la semana pasaba por el ducado del duque Kenneth.

Al volver al palacio Alice se dio cuenta que habían alrededor de cincuenta caballeros en entrenando detrás del palacio pero de igual manera se veían aburridos y cansados “parece que no les gusta lo que hacen o se les hace aburrido” pensó Alice mientras los observaba por unos minutos, la joven que lo había acompañado miro a Alice y luego agrego.

-Ellos son fuertes pero…pero yo prefiero los hombres amables antes que fuertes.

Dijo la chica mientras sus mejillas se sonrojaban, Alice la miro y acaricio la cabeza de esta sonriéndole, al paso de unos minutos entro al palacio para encontrarse con el duque quien ahora se encontraba mucho mejor para poder hablar con ella apropiadamente y cumplir su palabra de salir juntos alrededor de su territorio, Alice entro y vio a este esperándola por lo que esta se apresuró a acompañarlo.

-Eddie apresúrate si quieres ir a ver el territorio ya que nos vamos ahora.

-Voy.

Dijo Alice  apresurándose, el duque miro a Alice y no pudo evitar sonreír al verla correr rápidamente con aquel pequeño cuerpo para montar a caballo, “Es muy delgado este chico, tendré que pedir que le proporcionen mas nutrientes en sus alimentos ya que parece aun estar en crecimiento, debe de ser unos diez años menor que yo, si seguro que si debe de tener unos diecisiete” pensó el duque Kenneth mientras cabalgaban en sus caballos hacia el centro del territorio.

-Y dime Eddie ¿Qué edad tienes y por qué has estado viajando? Digo me encontraste ayer gracias a eso.

-Bueno duque tengo diecinueve y solo quería…quería vivir libremente sin ataduras ni nadie que me dijera que debía de hacer.

Respondió sinceramente Alice mientras el duque la miraba, “Él es extraño, no sé si podemos confiar completamente en él pero” el duque calmo sus pensamientos al ver al lugar al que habían llegado, estos estaban en el pueblo que se encontraba en el territorio del duque, era u pueblo pequeño con alrededor de ciento sesenta personas, Alice miro a su alrededor y la mayor parte de los niños parecían enfermos, los adultos estaban con graves enfermedades a la piel y sus cuerpos se veían débiles, las casas estaban destruidas y completamente, Alice se bajó de su caballo mientras el duque la observaba “¿Qué piensa hacer este chico?” pensó el duque al observarla.

-Señora, señora ¿puede decirme quien es el jefe de esta aldea?

-Eh…es, es el sacerdote Gio, Giovanni.

Alice miro al duque y este frunció el ceño viendo el estado en que se encontraba la gente en el lugar “Yo no eh salido del palacio en más de un año y medio, no tenía idea que…bueno aunque lo hubiera sabido seguramente no me hubiera importado pero no sé porque en este momento me afecta” pensó este mientras veía los ojos llorosos y molestos de Eddie.

-Señora ¿Dónde queda la iglesia de ese sacerdote?

-Eddie, déjala no la fuerces vamos sé dónde está esa iglesia ya que solo hay una en este territorio.