Azul Zetas nació en un entorno complicado, marcada desde su infancia por el abandono y el maltrato. Su madre biológica la dejó en casa de su abuela materna, que no le brindo el amor que se merecía, siendo maltratada y abandonada a su suerte. Un trágico incendio en la casa de su abuela marcó un giro inesperado en la vida de Azul. Fue la única sobreviviente, gracias a la intervención oportuna del oficial de investigación Franco Coen, que se sintió conmovido por la situación de Azul y decidió llevarla a casa de sus padres, intentando ofrecerle un refugio seguro. A pesar de las buenas intenciones de Coen, la ley lo obligó a devolver a Azul a su madre biológica. De nuevo, Azul se encontró en un hogar sin amor, bajo el techo de su abuelo materno, un policía abusivo y alcohólico. Un nuevo incendio llevo a qué Azul quedé bajo el cuidado de unos tíos que la tenían como sirvienta. El oficial Coen la acomoda en un internado para liberarla del sufrimiento. ¿Encontrará la felicidad y el amor aquí?
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7° Nos volvemos a ver
*Nahuel
Fallecieron mis abuelos y me dejaron a mí como heredero de la mansión, al asegurar que yo amaba ese lugar, y era el que más sabía valorarlo como ellos lo hacían.
Pero la verdadera razón que me hacía querer siempre regresar aquí, era encontrarme con la niña de ojos azul violeta que durante el día se tornan oscuros y en la noche adquiría un brillo singular como perlado, tenía curiosidad en saber cómo lograba hacer eso, sumado a su pequeño rostro en forma de gota de rocío, piel blanca y labios rosas en forma de corazón. Su belleza era única, incomparable, y lo que más admiraba era su cabello largo lacio que era oscuro y a la vez se tornaba claro como miel, sin contar ese mechón blanco que se escondía junto a los demás, al tenerlo en el medio del lado izquierdo. Su cabello le llegaba a la mitad del muslo, no se lo alzaba, siempre lo tenía suelto y si se colocaba una vincha de cinta blanca larga era mucho.
Pero con el paso de los años y que mis estudios fueron ocupando gran parte de mi vida, fueron pocos los momentos que pude regresar, pero al verla era como si el tiempo no pasara, ella seguía igual, inocente, dulce.
Hasta que la volví a ver, ya no era una niñita, seguía siendo una niña, pero no podía verla con otros ojos, su belleza fue más explosiva al agregarse que su fisonomía se desarrollo.
Mí abuelo al pescar que con mí hermano nos peleamos por ella, no permitió que se le traiga más. Fue la última vez que la volví a ver.
Hasta hoy que recibí un llamado de que se metieron en la mansión que era de mis abuelos, uno de los vecinos llamo, al no poder contactarse con mí padre, me llamo a mí, al salir mí padre llegaba de su trabajo y le comunique lo que pasaba. Él asintió serio regresando al vehículo y fuimos hasta la casa.
En el trayecto recibió un aviso de una joven desaparecida.
Veo que suspira pesado, como si eso fuera una molestia para él.
Para ganar un poco de dinero daba tutorías, eso ayudaba a cubrir mis estudios, me ayudó que mí padre siempre nos enviaba a cada curso que aparecía, eso lo hacía más que nada porque no podía tenernos con él debido a su trabajo.
****
Al llegar a la mansión suspiré, los bellos recuerdos me invadieron y sobre todo giraba en torno a Azul, llovía de manera torrencial, ingresé sacudiendo mí gabardina que la deje goteando en el descanso.
El lugar se ve abandonado, es increíble que las cosas parecen morir junto a sus dueños.
"REVISA EN LA PLANTA BAJA, YO ME FIJO EN LA PLANTA ALTA" Me indico mí padre.
Recorrí cada espacio, alumbre con la linterna que me facilito mí padre, no encontré nada.
"Debe haber sido un perro" pensé y me dirigí a ver a mí padre.
Para mí sorpresa el salió con Azul de ese lugar que creí era nuestro secreto, al parecer también sabía de el.
¿Pero cómo? Me pregunté sorprendido al verla.
Al creer que no me reconoció le hice un dibujo y para mí sorpresa ella me recordaba.
Nos relato que sus primas eran unas degeneradas, ahora ella estaba bajo la tutela de sus tíos, por un incidente que sucedió en su casa con su madre, al parecer un incendio termino con la vida de su abuela y los demás miembros estaban internados.
En mí mente luchaba con lo que era correcto y con lo que no, pero no quería desaprovechar la oportunidad de tenerla un poco más conmigo.
Al oír que mí padre tenía intensiones de regresarla lo silencie llevándolo para hablar aparte.
"No puedes regresarla, la escuchaste, sufrió mucho" le aclaro.
"Entiendo, está bien, dejaré que se quede, pero debemos comprobar su situación, regresarla, hacerlo por la vía legal" Me explica.
Logré que cambie de opinión, regresamos con ella.
-Vendras a casa con nosotros, y después veremos qué hacemos. Le digo y puedo ver su alegría en sus ojos.
Su mirada se iluminó, luchaba con mis demonios internos, ella seguía siendo esa joven dulce, y yo más crecido, que tropecé mil veces en relaciones fallidas, porque la verdad que solo la buscaba a ella en cada chica con la que salía.
-Dime Azul. Suspiro antes de formular la pregunta.
-¿Qué? Indagó.
-¿Cuántos años tienes? Pregunté deseoso de saber si ya podría estar con ella.
-Mmmmm
Suspiro pensativa.
-15 años. Exhaló pesadamente, como si eso la torturara.
"Ya es lo suficientemente grande" pensé, pero seguía siendo menor a la vez.
-¿Por qué lo dices así? ¿No te agrada tu edad? Le pregunto.
-Es que me faltan año para cumplir la mayoría, y no veo la hora que sea así, para por fin no tener que depender de un tutor, quiero conseguir un trabajo. Me responde.
Siendo tan joven tiene en claro lo que quiere, eso siempre me gusto de ella, nunca hablo trivialidades como las demás chicas, ni se mostraba risueña y coqueta, sentía que estaba siempre preocupada, aunque de eso nunca hablamos.
-Y de que trabajarás. Le consulto mí padre.
-Se hacer de todo, referente a limpiar y cocinar. Responde.
-Sabes, eso podríamos arreglarlo. Le digo.
Mí padre me miró serio al escucharme.
-¿Cómo? Pregunto.
-Nosotros siempre estamos ocupados, él en su trabajo de oficial que tiene largas jornadas de guardia y yo con mí hermano que estudiamos para ser de las fuerzas además de ser tutor para los que necesiten, en fin, nunca tenemos tiempo de limpiar y cocinar, gastamos mucho en vianda, y si tu...
-Si, si yo podría cocinarles y mantener la limpieza, solo me conformó con tener un lugar donde dormir y algo que comer. Expresa ella con entusiasmo.
-Alto, no nos precipitemos. Dijo mí padre, Azul se le aproximó tomándole de la mano, lo miro a los ojos.
-Por favor. Le susurro en un suspiro.
-Si demuestras que trabajas y te mantienes sola, ya no necesitarás de un tutor. Dijo al final, sus labios forman una sonrisa radiante.
La tormenta ceso un poco y la llevamos a casa, por suerte no estaba mí hermano.
-Dante cuando viene siempre busca algo que comer, así que llamaré un delivery que nos traiga algo para comer. Anuncio mí padre, por lo que marco el número pero no agarra.
" MALDICI@N" reniego.
-¿Qué pasa? Me pregunta Azul.
Suspiro fregando el cabello con frustración.
- Se ve que cayeron las líneas por la tormenta. Le digo
-Si quieres preparo algo ya mismo. Me dice con ánimo.
-No se que puedes hacer, solo tenemos huevo, harina, no fuimos de compras. Describe mí padre.
- Tranquilo, me fijo que tienen, y lo preparo. Dice segura.
-Antes te daré ropa y te indicaré donde puedes dormir. Le comunico mí padre llevándola de la mano.
Una vez que ella se cambió usando un pantalón buzo que era mío de cuando era más joven y un abrigo, se dirigió a la cocina, nos sentamos a mirar con curiosidad, en poco minutos preparo unas tortillas y huevos duros que partió por la mitad bañandolos de especias y condimentos, en el horno dejo haciendo pan y unos dulces.
Preparo café y vi que bostezo grande.
- Estoy cansada. Anuncio.
-Ve a dormir. Le digo.
Ella asintió sacando lo del horno y dejándolo sobre la cocina.
-Dejen que se enfríe. Nos dice retirándose, no sin antes llevar para ella en un plato un poco de lo que preparo.
-Si, yo cuido. Le digo.
-Cocina delicioso. Expreso mí padre comiendo.
-ESTOY MUERTO. Apareció Dante dirigiéndose derecho a la cocina.
Veo que se sirve de todo lo que cocino Azul.
-WUAU, SI QUE TE LUCISTE, HICISTE PANECILLOS. Dijo agarrando, pensó que fui yo.
-ESTA CALIENTE, DEBES ESPERAR. Le advierto.
-SE VA A ENFRIAR EN MI ESTOMAGO. Dijo retirándose a su cuarto con todo lo que se sirvió.
Con mí padre nos miramos congelados al no poder decirle de que trajimos a Azul.
Me fui a mí cuarto a descansar, me quedé fundido, al rato siento que alguien se sienta en mí cama.
-Puede dormir contigo, hay ruidos extraños. Escucho la voz de Azul.
-Si. Le respondí dormido dándole lugar, ella se acomodo en mis brazos como cuando éra una niña, la diferencia que el solo hecho de tenerla así me ponía nervioso, después de estar sin poder pegar un ojo toda la noche, me quedé dormido.
- ENANO, ME VOY, HAZ MAS DE ESTOS. Me dijo Dante pateandome el trasero, Azul dormía bajo las mantas, por lo que él no la vio, lo vi salir de mí cuarto comiendo uno de los panes que hizo Azul, se ve que mí padre se fue también.
Me levanté, me di una ducha y salí a cambiarme para ir a mí clase.
-Buenos días. Me saludo Azul.
-Buenos días. Tengo que irme, le anuncie.
-Bueno. Me respondió.
-Te dejo esta tarjeta, cómprate ropa, o lo que necesites, por cierto, ¿Vas al colegio? Le consulto.
-No quiero volver a ese colegio. Mira cruzada de brazos.
-Debes tener un estudio, es importante. Le digo y asiente no muy convencida.
-Si no te importa, me gustaría para rendir libre, es decir, presentar un certificado de salud y solo rendir todos los temas. Me sugiere.
La quedé mirando, no quería encontrarse con las chicas que quisieron abusar de ella.
-Sere tu tutor, así me aseguro que aprenderás para aprobar. Le digo, lo hablaré luego con mí padre.
Ella sonríe parándose y me abraza dándome un beso en la mejilla.
-Gracias. Te preparo el desayuno.
Expreso animada.
Ella es agradecida, cariñosa, en cambio a mí me hierve la sangre por querer besarla, sentirla como mí novia, siempre fue ella, a la única que espere toda mí vida.
Me vestí suspirando pesado, tratando de concentrarme en cualquier cosa y salgo en dirección a la cocina, Azul con una sonrisa me señaló que me preparo café, panqueques con mermelada para qué desayuné.
-Estuvo todo muy bien. Le digo una vez que termine, ella sonríe en respuesta.
-Te dejaré mí número para que me llames si necesitas algo. Le digo.
-No tengo teléfono. Me dice.
-En ese caso, creo que tengo uno extra, es viejo, pero servirá para que llames. Comento pensativo y me dirijo a revisar el cajón de la cómoda donde siempre ponemos todo lo que sea de celular, cargadores.
-Eres muy amable. Me dice ella recibiéndolo con una sonrisa.
Azul es tan distinta a las demás chicas, sin ir más lejos, es distinta de la novia de mí hermano que si no es de última tecnología o a la moda no quiere, en cambio Azul valora cada pequeña cosa.
Me despedí dejándola en la casa, pase mí clase deseoso que termine para estar de regreso con ella.
Cuando por fin regrese para la hora de la comida, casi no reconocí mí casa, salí e ingresé constatando no haberme equivocado, todo brillaba del piso a los muebles, se sentía un suave aroma a limón, en la mesa del comedor que solo teníamos libros, estaba vacío y en su lugar había cubiertos y una olla tapada.
-Bienvenido a casa. Me recibe Azul luciendo un vestido largo suelto de un color blanco opaco.
-Esta todo tan limpio. Admiro.
-Sientate, ya está la comida. Me señala.
-Me Lavó las manos. Le digo animado, me dirijo al baño y a la vez me dan ganas de hacer del uno.
En eso suena el timbre de la entrada.
"YO ATIENDO" Dijo Azul animada.
-¡¿TU QUIEN ERES?! Escuché gritar a mí cuñada.
-¿DÓNDE ESTA DANTE? Indagó molesta.
- No se. Le responde Azul.
-SI PIENSAS ESTAR CON DANTE ESTAS MUY EQUIVOCADA, YO SOY SU PROMETIDA, MIRA LA PINTA QUE TRAES, CREES QUE SE FIJARA EN TI, MIRAME A MI, ASI LE GUSTAN LAS MUJERES. Grita una sarta de tonterías y yo no termino de hacer lo mío, ni que me hubiera tomado veinte litros de agua.
-SE EQUIVOCA NO ESTOY CON SU DICHOSO DANTE. Le responde Azul nerviosa.
"PLASCH" Se escucho que retumba.
Le pegó mí cuñada a Azul, maldición termina, me desespero y el chorro no termina de salir de mí sistema.
-NO ME HABLES EN ESE TONO PROMISCUA, DESGRACIAD@, CREES QUE CON TU CARITA DE ANGEL ME VAS A CONVENCER, CONOZCO A LAS DE TU CLASE, SOS UNA ROBA NOVIOS, TE ABRES DE PIERNAS FÁCILMENTE. Mi cuñada sigue hablando con severidad contra Azul.
-NO PORQUE SEAS ASI QUIERE DECIR QUE TODOS SON COMO USTED. Le escuché responder a Azul en un tono agudo como si tuviera ganas de llorar.
-¿QUÉ ACABAS DE DECIR? Pregunto mí cuñada con furia en su voz.
"PLASCH" se escuchó nuevamente.
-SOLO EXPRESAS TU PROPIO REFLEJO. Le responde Azul.
-MALDIT@ ZORRA. Grita mí cuñada.
-¡DETENTE CARO! ¿QUÉ MANERA DE ACTUAR ES ESA? Escuché que llego mí hermano.
-ELLA ME INSULTO. Se la escucha actuar con voz rota.
-MENTIRA. Le dice Azul y su voz indica que llora.
-DESDE LA CALLE SE ESCUCHO TUS INSULTOS Y GOLPES, VETE. La reto mí hermano a su novia.
-¿QUÉ? Indagó con incredulidad.
-ES INDIGNANTE TU PROCEDER. Le dice Dante con furia.
-NO ME IRÉ SI ESA SE QUEDA. Anuncio molesta.
Al fin logró salir y Azul corre a abrazarme llorando, miro sus mejillas la mano marcada de mí cuñada, su corazón late acelerado, la apricióno contra mí tratando de calmarla.
Continúa con está historia!.