Es la historia de una mujer que se niega a dejar a su pareja luego de descubrir sus mentiras, organiza la forma de conocer a su rival buscando respuesta....
NovelToon tiene autorización de CINTHIA VANESSA BARROS para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPITULO 6
NUEVO AMANECER.
El amanecer en Nueva York era una experiencia sin comparación para mí. Aunque el cielo estaba cubierto de nubes grises, la ciudad brillaba con fuerza. Desde los amplios ventanales de mi nuevo hogar, observaba cómo los autos se movían como una corriente interminable, acompañados por los ecos de bocinas y sirenas. La atmósfera era caótica y llena de vida… y ahora, era mi hogar.
Mientras preparaba el desayuno, el vibrar de mi teléfono en la mesa llamó mi atención. Al mirar la pantalla y ver el nombre de Billy, una mezcla de alegría y nervios me atravesó. Abrí su mensaje al instante.
"Amor, estaré con ustedes en cinco días. Antes debo ir a Texas para cerrar un contrato. Te extraño. " Cinco días.
Esto me daba un margen adecuado para adaptarme a mi nuevo trabajo y organizar su sorpresa. Decidí que le revelaría todo dos días antes de que tomara un vuelo.
Tomé un trago de café y observó hacia afuera, perdida en la vista de los imponentes rascacielos. ¿Cuál sería la mejor manera de darle la noticia? ¿En un restaurante elegante con una cena especial? ¿O debía llevar directo a casa para que descubriera todo por sí mismo? La idea me hizo sonreír.
Tenía claro que quería que ese momento fuese memorable. Este cambio significaba mucho para mí, y deseaba que lo percibiera de forma positiva, no como una decisión egoísta, sin embargo, había otra prioridad: mi primer día en la nueva editorial.
El edificio de la sede central de la editorial en Nueva York era impresionante, un edificio antiguo que capturaba la actividad constante de la ciudad. Era un mundo muy diferente al de la sede en Los Ángeles. Apenas crucé las puertas giratorias, sentí la diferencia, los pasillos eran más amplios y los escritorios estaban ocupados por personas que hablaban por teléfono o tecleaban sin parar. El ritmo era diferente aquí. Más acelerado. Más exigente. Más desafiante.
Subí en el ascensor hasta el vigésimo tercer piso y, al salir, una joven de cabello oscuro y una gran sonrisa me recibió con alegría.
—Eres doña, ¿verdad? Soy Nora, tu asistente. —Su voz desbordaba energía.
Le sonreí de vuelta de inmediato.
—Un placer conocerte, Nora.
Desde el primer momento, su actitud me recordó a mí misma a los veinte años: llena de ilusiones y dispuesta a esforzarse al máximo por su carrera.
—Ven, quiero presentarte a todos.
Me condujo por la oficina, presentándome a mis nuevos colegas. Cada uno de ellos tenía su propia personalidad, pero todos compartían una pasión inquebrantable por lo que hacían. Conocí a Daniel, el director de la sede, un hombre que rondaba los cincuenta años, su cabello era entrecano y su puerta era imponente, aunque su manera de tratar a los demás era bastante cálida.
—Te doy la bienvenida, donna. Estamos muy entusiasmados de tenerte aquí con nosotros.
—Es un placer para mí, Daniel.
Más tarde, conocí a Olivia, una editora con un estilo impecable y una mirada perspicaz que parecía captar hasta el más mínimo detalle.
—Si logras salir airosa de la primera semana aquí, entonces realmente tienes talento, —comentó con un tono humorístico.
Reí junto a ella, aunque su afirmación me hizo dar cuenta de que esta sede imponía un nivel de exigencia mucho más elevado.
También me presentó a Alex, un diseñador editorial con un agudo sentido del humor y una risa muy contagiosa, así como a Paul, el jefe de ventas, quien desde el primer momento me hizo entender que "aquí todo avanza rápido, así que espero que disfrutes de la velocidad".
Era un equipo diferente al que conocí en Los Ángeles, pero las interacciones me resultaron agradables.
A pesar de la emoción que suponía conocer a personas nuevas, no pude evitar sentir una leve sensación de nostalgia mi antiguo equipo en Los Ángeles había sido como una familia para mí, sin embargo, este era un nuevo comienzo, una oportunidad para demostrarme que podía adaptarme a cualquier situación y eso me llenaba de energía.
Esa noche, tras acostar a Fernanda, me acomodé en el sofá con una copa de vino en una mano y mi libreta de notas en la otra. Solo faltaban cuatro días.
Mi corazón se aceleraba cada vez que pensaba en cómo reaccionaría Billy al enterarse de todo. ¿Cuál sería su respuesta?
Cerré los ojos e imaginé su cara al llegar a nuestro hogar y percibir que habíamos superado la distancia. Que por fin podíamos vivir juntos como una familia.
Sólo quedaba decidir la forma en que le daría la noticia.
Y en los días siguientes, encontraría la manera adecuada.