En un mundo de monstruos, Acara emerge como una rosa de hierro en el árido desierto. La cenicienta oscura, la llaman los medios de comunicación. Esposa, le dice su Marido con suavidad, Rosa Negra le susurra al oído el hombre ardiente que controla sus deseos.
¿Cómo puede ella luchar en este mundo?
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Cap. 18 No, no le muestres el sótano
La mansión Lombardi respiraba calma esa noche, pero Acara no podía relajarse. Sabía que el inspector Rojas no era un hombre que se diera por vencido.
Se acercó a Logan, quien estaba en el sofá, leyendo un libro de contabilidad, como siempre. Su rostro se iluminó al verla, esa sonrisa cálida que solo él podía tener.
—"Logan, cariño, necesito hablar contigo" —dijo Acara, tomándolo de la mano y guiándolo hacia el sillón.
Él se dejó llevar, como un niño confiado, y se sentó con expresión curiosa.
—"¿Qué pasa, esposa?"
Acara respiró hondo.
—"La policía va a venir a hacer preguntas. Van a revisar la casa. No pueden encontrar nada raro, ¿entiendes?"
Logan parpadeó, procesando la información con su habitual lentitud encantadora.
—"¡Ah! Claro, no tenemos nada que esconder." —Sonrió, levantando las manos en un gesto inocente—. "Yo le mostraré al señor policía toda la casa. ¡Hasta el sótano! Verá que ni siquiera tenemos una onda para matar a un pájaro. ¡Somos inocentes!"
Acara casi se derritió.
—"No, no le muestres el sótano" —dijo rápidamente, refregando su rostro contra el de él en un gesto de cariño exasperado.
Logan se rió, avergonzado pero feliz, y la abrazó.
—"Bueno, ¡pero igual somos inocentes!"
*_*
Esa noche, mientras Logan roncaba suavemente, Acara bajó al sótano. Pero el altar había desaparecido. En su lugar, había una habitación impecable, con:
Libros de contabilidad alineados. Una máquina de coser antigua. Y un solo espejo pequeño, cubierto con un paño negro.
*_*
La mañana del allanamiento, Acara salió de la mansión con el estómago en un nudo.
Había instruido a los sirvientes con miradas asesinas y susurros cortantes: "Si mencionan a Malick, no habrá lugar en esta ciudad donde esconderse. Logan, inocente como siempre, le había preparado un café perfecto y le aseguró: —¡Todo estará bien, esposa!—
Pero ahora, en la oficina de Lombardi Company, Acara estaba al borde del colapso. Lilit entraba y salía de la sala de juntas como un torbellino, mordiéndose las uñas hasta sangrar.
—"Cuñada, estoy segura de que mi hermano no va a poder con esto. ¿Y si tiene una recaída? ¿Y si se vuelve a encerrar en sí mismo como antes?"
Acara levantó una ceja, secándose el sudor frío de su frente.
—"Lilit, más miedo me da que Malick salga a 'defenderlo' y todo se vaya al mismísimo infierno."
Ambas se miraron, compartiendo el mismo terror:
Logan frágil \= Desastre emocional.
Malick furioso \= Masacre garantizada.
*_*
Mientras tanto, en la mansión Lombardi…
El inspector Rojas y su equipo irrumpieron con una orden de allanamiento. Pero lo que encontraron fue:
Logan en pijama, con un delantal de cocina.
—¡Hice galletas! ¡Sin quemarlas!" —Un olor a vainilla y canela que hacía que hasta los policías más duros se sonrojaran de nostalgia.
—"Señor Lombardi, estamos aquí para—"
—"¡Ah, sí! ¡Acara me dijo! Tomen asiento, ¡les traeré galletas!" —Logan sonrió, tropezando con su propio pie y cayendo directamente sobre el inspector.
¡PLAF!
El hombre terminó en el suelo, con Logan encima y una galleta recién horneada aplastada en su corbata.
—"¡L-lo siento! ¡Soy muy torpe!"
El inspector, entre exasperado y confundido, miró a su equipo. Ninguno de ellos podía creer que este hombre fuera sospechoso de nada.
Diez minutos después, el inspector Rojas y su equipo se marchaban, con:
Galletas (Logan insistió).
Una factura de la tintorería para la corbata arruinada.
Y un miedo nuevo en sus ojos.
Mientras se alejaban, el inspector juró ver una figura alta y oscura asomarse en la ventana del segundo piso.
Lo que había pasado mientras revisaban la casa fue lo más tenebroso que había vivido.
Flashback
Los policías seguían al mayordomo por los pasillos del sótano, sus linternas titilando sobre paredes marcadas con arañazos antiguos. El aire olía a tierra húmeda y… ¿canela?
—El señor y la señora Lombardi fueron hallados aquí —dijo el mayordomo, deteniéndose frente a una puerta de hierro oxidado. "El joven amo Logan los encontró. Tenía ocho años. Lilit, cuatro."
Uno de los agentes, Rivas, se fijó en algo horripilante: Marrones de manos pequeñas en las paredes. Un espejo roto en el suelo, con manchas oscuras en los bordes.
Dibujos infantiles detrás de una tubería: figuras deformes con cuchillos y un niño llorando entre ellas.
—"¿Y el asesino?" —preguntó Rivas, sudando.
El mayordomo sonrió, demasiado tranquilo:
—"Nunca lo encontraron. Pero a veces, los niños… inventan amigos para sobrevivir al dolor."
El inspector Rojas, pálido, murmuró al mayordomo:
—"¿Qué mierda es realmente Logan Lombardi?"
El anciano solo susurró, mientras cerraba la puerta del sótano con llave:
—"El único Lombardi que queda… y el que nunca se fue."
Fin del Flashback
Logan Lombardi despertó en su cama, con el aroma a vainilla de las galletas que creía haber horneado. Se estiró, sonriendo al ver a Acara entrar con su café matutino.
—"¡Buenos días, esposa! ¿Hoy es el día de la reunión con los japoneses, verdad?" —preguntó, inocente, como un niño, sonrojado como una manzana roja viviente.
Acara asintió, ocultando el temblor de sus manos. La noche anterior, Acara y Logan llegaron a un acto más íntimo, totalmente diferente a lo que tenía con Malick, pero igualmente sensual y explosivo. Las galletas en la mesa tenían forma de conejitos.
*_*
En un café lejos de la mansión, Rojas se reunió con la Dra. Valeria Márquez, especialista en trastornos disociativos. Le mostró las fotos del sótano:
—"No puedo decir mucho Inspector" —dijo la doctora.
—"Debo hablar con la persona, solicitar sus registros médicos y psicológicos, pero sé que eso es como querer conseguir fruta fresca en Europa, lo he investigado por usted, ese hombre tienen una condición difícil, si se siente estresado —"O lo cura... o lo destruye para siempre."
*_*
Esa tarde, mientras Logan paseaba por el jardín, cantando y regando rosas, Acara encontró una nota en su bolsillo:
"Querida Acara:
Cuídalo por mí. Pero recuerda...
Si algún día él recuerda, yo ya no seré necesario.
— M."
Lilit se lo había dicho antes, cuando Logan se enteró de su doble personalidad, de ese otro lado suyo, entró en crisis, estuvo inmerso en sí mismo por tres años, casi lo pierden, es por eso que Acara no se anima a decirle nada, espera que cuando esté más estable pueda hablar con Logan. Ella presiente que Logan sabe que ese monstruo que vive dentro de él, sale, pero no quiere saber como o cuando, menos lo que hace, mientras Acara esté bien.