En el imponente Castillo de Lysandre, Elaria, una joven reina de 20 años, gobierna con determinación desde que la tragedia golpeó su familia. Tras la inesperada muerte de su madre años atrás, Elaria asumió el trono bajo la tutela de su padre, el rey Aldred. Aunque ha demostrado ser una líder firme y justa, su vida ha estado rodeada de aislamiento y deberes, lejos de los ojos curiosos del reino. Todo cambia cuando el rey decide abrir las puertas del castillo para un gran baile, invitando a familias nobles y plebeyas a una noche de celebración. Lo que parece un intento de reconciliarse con su pueblo pronto se convierte en caos, pues un grupo de infiltrados entra al castillo con la intención de robar las joyas de la corona. En medio de la confusión, Elaria se encuentra cara a cara con uno de los ladrones: un joven atractivo y enigmático cuyos ojos parecen revelar más secretos que intenciones maliciosas. Aunque debería detenerlo, algo en ella no lo hace.
NovelToon tiene autorización de Ashly Rijo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 7
Me miró fijamente, su expresión algo más relajada, pero aún había incertidumbre en sus ojos. Después de todo lo que habíamos hablado, parecía que finalmente había tomado una decisión.
—Está bien. —Suspiró, como si al final no tuviera más remedio—. Te veré en la noche. Pero tienes que salir del castillo por completo tu sola, y no puedo ayudarte con eso.
Mis ojos se abrieron con sorpresa. ¿Salir sola? ¿Sin su ayuda?
—¿Por qué no? —pregunté.
—Porque, —dijo, su voz suave pero firme— hay demasiados guardias. No puedo arriesgarme a ser visto, y mucho menos por alguien como tu. Además, dudo que puedas escalar como yo.
La duda en su voz me hizo sentir insegura, pero mi determinación era más fuerte que cualquier miedo.
—Entonces, ¿saldré sola? —mi tono no escondía la incredulidad.
Él asintió lentamente, sus ojos fijándose en mí con una mezcla de algo que no supe identificar.
—Sí. Sola. Y una vez que llegues afuera, yo te estaré esperando.
Un escalofrío recorrió mi espalda. ¿Podría hacerlo? Escapar por mis propios medios, sola, sin que nadie me viera? Pero algo dentro de mí me decía que era la única oportunidad que tenía para cambiar mi destino. Mi padre nunca me dejaba salir del palacio, ni siquiera cuando mi madre estaba aquí.
—Está bien. —Mi voz salió más firme de lo que me sentía en ese momento. —Lo haré.
Él me observó por un momento más, como si estuviera buscando algo en mi mirada, algo que le diera la seguridad de que realmente estaba dispuesta a arriesgarlo todo. Finalmente, pareció conformarse con lo que vio y dio un paso atrás.
—Nos vemos en la noche, Princesa —Dijo, y su voz sonó algo más suave.
-
La noche se acercaba rápidamente, y mi mente no dejaba de dar vueltas. Estaba atrapada en una maraña de decisiones, entre la desesperación y el deseo de escapar. Pero también sabía que no podría irme sin asegurarme de tener lo necesario para sobrevivir lejos de todo lo que conocía.
Pensé en cómo conseguir dinero sin que mi padre se diera cuenta. No podía pedirle a nadie, no podía confiar en nadie. Tenía que ser algo que pudiera hacer por mi cuenta, algo que nadie notara hasta que fuera demasiado tarde.
La respuesta me llegó con una claridad inquietante. La biblioteca, ese lugar lleno de secretos, estaba repleta de objetos caros. Allí descansaban las coronas, objetos de poder y tradición, que mi padre y mi madre usaban en ocasiones solemnes. Fui caminando con pasos silenciosos, mi corazón latiendo con fuerza. Al llegar a la biblioteca, mi mirada recorrió rápidamente el lugar, como si temiera que alguien me viera. Caminé hasta uno de los libreros, que se movió al abrir un libro que había en su estante. La puerta secreta se abrió con un suave crujido, revelando las tres coronas, las tres reliquias familiares.
Miré las tres con detenimiento. La de mi madre, con su brillo dorado y adornos de piedras preciosas. La de mi padre, tan imponente, pero tan obvia en su falsedad. Y luego, la mía, la única que verdaderamente tenía valor. Me acerqué a ella, con las manos temblando un poco, y la tomé sin pensarlo dos veces. La guardé rápidamente en mi bolso, la sensación del peso de la corona haciéndome sentir más ligera y a la vez más atrapada que nunca. La verdad es que la corona que el se llevo era más que una réplica, sí valía algo pero no como la original.
Con la corona en el bolso, salí de la biblioteca, sin hacer el menor ruido. Me dirigí a mi habitación, donde comencé a empacar algunas pocas cosas: ropa suficiente para unos días, un par de joyas, todo lo que podía llevarme sin que fuera demasiado obvio. El tiempo se agotaba y, aunque sabía que no podía llevarme todo lo que quería, tenía que ser suficiente. Era todo lo que podía hacer si quería escapar de esta vida.
Cada gesto, cada movimiento parecía más y más como una despedida, como si estuviera cerrando una puerta que nunca podría volver a abrir. Pero yo quiero ser como mi madre, explorar muchos lugares, ser libre y tomar mis propias decisiones.
La noche cayó rápidamente, y con ella, el silencio pesado que siempre parecía envolver nuestras cenas. Mi padre y yo estábamos sentados a la mesa, pero la conversación nunca fluía como antes. Solo se oía el tintinear de los cubiertos y el leve murmullo de los sirvientes en la cocina.
Finalmente, fue él quien rompió el silencio, su voz grave y cargada de una calma tensa.
—Hija, sé que la idea de casarte con alguien extraño no fue lo mejor de mi parte... pero, veamos el lado bueno. Ese hombre tiene mucho dinero y una buena fama, cosas que podrían beneficiarnos.
Su mirada era seria, como si tratara de encontrar una respuesta, pero yo ya no podía escuchar. Las palabras eran solo ruido, como el eco de una decisión que ya había sido tomada, y la mía era un "no" que ni siquiera él entendía.
Estaba a punto de arrepentirme, de no escapar, de no hacer eso, pero no lo hice. Un suspiro escapó de mis labios, y al mirarlo, lo vi confundido, sin saber qué pensaba. No era su culpa, no realmente. Todo esto era un juego de poder, y yo era solo una pieza en el tablero.
—Gracias por la cena—le respondí, con la voz baja, pero clara, y me levanté de la mesa sin más explicación.
No quería más de su mirada, de su charla sobre negocios, de su falso amor protector. De alguna manera, todo en mi vida se había convertido en una farsa. Sin decir nada más, me dirigí a mi cuarto, dejando atrás mi cena sin terminar, el plato intacto, igual que el futuro que él había diseñado para mí.
YO QUIERO QUE SEAN MUY FELICES♥️
......♥️.......♥️.........♥️.........♥️.........
necesito más por favor 🙏🏻
es que sin duda es muy buena escribiendo cada día quedó más empicada 😁😸