UNA PELIGROSA OBCECIÓN.

☡ Advertencia este capítulo cuenta con escenas de violencia, leer bajo su criterio, se recomienda discreción ☡

Emma dibuja lo mejor que puede al hombre del bar. - Era de noche y las luces bajas no me dejaron observarlo con mucha claridad, pero sin duda lucía algo así.

- Esto es de gran ayuda. Ahora necesito revisar los correos que comparten con la desaparecida. Quiero probar un método de rastreo un poco convencional, pero muy eficiente.

- Aquí tiene mi laptop.

- ¿Cuándo fue la última vez que le escribió?

- Hace dos días.

- Por lo que noto puede que vuelva a escribir en 2 o 4 días más. Desgraciadamente, tenemos que esperar a que se ponga en contacto, pero trabajaré con el boceto. Las llamaré cuando encuentre algo.

- Muchas gracias.

- Tengo un buen presentimiento con este hombre Emma. Se ve muy profesional.

- Yo también lo pienso señora Blanca, espero que la encontramos pronto.

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Al día siguiente cuando Matías sube a llevarle el desayuno a Abril la ve saliendo desnuda del baño, sin pensarlo se acerca a ella buscando algo de su cariño, pero recibe todo su desprecio.

- Si estás caliente ve a quitarte las ganas con tu zorra.

- Abril por favor.

- Te dije que no me volverás a tocar. Yo no voy a ser tu juguete de turno, si no quieres a Inés entonces ve a desenterrar a tu otra amante al bosque y cógetela a ella.

- Abril no me provoques.

- ¿O qué pasará?

- No vas a querer saberlo.

- No te tengo miedo maldito enfermo.

Abril sin darse cuenta con esas últimas palabras toco una fibra sensible del subconsciente de Matías despertando en él un recuerdo de su infancia.

Flashback:

- Eres un maldito enfermo, un pecado de la naturaleza. Jamás debí de haberte dado a luz.

- Mami por favor ya no me encierres en el armario, tengo miedo.

- Cállate maldito enfermo ni siquiera existen en realidad eres un producto de mi imaginación. Una voz que me tortura, que me recuerda mis pecados.

- Mami por favor no quiero.

- Cariño esto lo hago porque te amo así que cierra esa boca tuya y entra en el armario.

- NOOO.

Antes de darse cuenta Matias ya se encontraba sobre Abril estrangulándola. Ella para defenderse de su brutalidad lo golpea en su entrepierna y sale corriendo, pero para su mala suerte Matías se encontraba en trance y no distinguía la realidad de sus recuerdos dolorosos.

Abril bajo corriendo a toda prisa por las escaleras sin darse cuenta de que no llevaba ropa puesta, salió por la puerta y comenzó a correr sin rumbo alguno temiendo por su vida, a su espalda venía Matías con un martillo en sus manos.

- Te haré gritar mientras huyes de mí.

Maldición que le paso de repente.. Ahh

Caigo al resbalar con un charco de lodo mientras lo veo acercarse amenazante a mi lado.

- MATÍAS REACCIONA SOY YO... AHHH SUÉLTAME..

Él me sujeta del cabello y me arrastra por las hierbas haciéndome varios rasguños.

- MATÍAS SOY ABRIL. Por favor reacciona.

Mis lágrimas caían esperando mi final hasta que por fin el paro, se detuvo en seco y poco después giro a mirarme a los ojos.

- ¿Abril?

- Si soy yo por favor no me lastimes.

- Abril Perdóname yo no sabía.

Rápidamente, me envuelve entre sus brazos y me lleva de regreso a la casa en donde me mete a la bañera y comienza a lavar mi cuerpo maltrecho en completo silencio.

Todo indicaba que no quería hablar de lo sucedido y yo tampoco deseaba preguntar nada, casi pierdo mi vida y ni loca volvería a alterarlo, simplemente me quedé quieta dejando que hiciera lo que quisiera conmigo. Al acabar me puso una de sus remeras y me llevo a la cama, yo me envolví en las colchas y fingí dormirme mientras él salía para ya no volver en lo que quedaba del día.

Después de horas acostada me levanté y comerse a rediseñar al personaje del acosador. Tenía un millón de ideas que nacieron y después de todo necesita mantenerme distraída para no pensar en lo sucedido.

Al día siguiente cuando por fin apareció le mostré el diseño.

- Que es eso amor.

- Me di cuenta de que el acosador nunca mostró su verdadero rostro, siempre uso su capucha o su maquillaje, pero gracias a ti le pude dar no solo un rostro sino que también un alma.

- Es increíble. ¿Me lo puedo quedar?

- Lo hice para ti, claro que puedes quedártelo.

Siento sus besos suaves en mis labios. - Te amo, este es el mejor regalo que jamás nadie me dio, siempre lo atesoraré.

Sus besos comienzan a sentirse más exigentes y yo me dejó llevar por ellos para terminar juntos en la cama haciendo el amor de una manera más tierna, una forma suave y con cuidado y debo admitir que de esta forma también me gusta demasiado.

Sus caricias logran encender cada parte que toca y su boca caliente quema mi piel con sus besos. Necesito más de él, lo quiero todo incluso su locura.