Ella, una pobre chica burlada y abandonada con un hijo. Él, un amargado hacendado a quien nadie quiere y todos le temen y respetan. Sus mundos se cruzarán gracias a una treta del destino. ¿Qué pasará? Descúbrelo aquí.
NovelToon tiene autorización de AraMosBa para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Signos de maltrato.
Lorena.
Habían encontrado a Dylan solito en los caminos de la hacienda, de imaginarme esa escena el corazón se me terminó de romper, mi pobre niño había pasado un mal rato y todo era mi culpa, jamás debí dejarlo solo con esa gente, todo era mi culpa. Me apresuré a acomodarme un poco, de tanto desespero y angustia había olvidado mi cuidado personal , el cual no era mucho, pero andar limpia era parte de mi vida. Iba a reunirme con él, con mi niño precioso, y mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho de emoción.
Al llegar, no me fijé en el lugar, tampoco me preocupe por nada más, que no fuera ver a mi hijo, y así fue, porque tan pronto baje de ese carro, lo vi paradito al lado de unos hombres a los cuales ni detalle, porque toda mi atención, estaba en mi pequeño pedazo de cielo, quien al verme grito y corrió hacia mí. Yo me abalancé sobre mi hijo, abrazándolo con fuerza y derramando lágrimas de felicidad, mi llanto era inconsolable, y de algo estaba totalmente segura, nunca más volvería a pasar por esto. Mi niño se veía bien, parecía que lo habían cuidado y estaba muy agradecida por eso, luego me sentí un poco desorientada, pero agarre fuerzas y me acerqué a los hombres con quienes mi hijo estaba antes.
El hombre que había tomado mi caso se acercó y me explicó que uno de ellos era quien había encontrado a mi Dylan, y yo solo me arrodillé ante esta persona y juntando mis manos le agradecí infinitamente.
Agradecí profundamente al hombre por encontrar a mi hijo y cuidarlo, pero más por permitirme estar ahí y poderlo abrazar. También le agradecí al hombre de la policía, y este me dijo que no tenía que agradecer, que siempre había sido su misión ayudar a las personas en situaciones de desesperación, y que estaba feliz de haber podido ayudarme a mí.
Yo seguía de rodillas agradeciendo a todos, y mi pequeño Dylan a mi lado solo había lo mismo que yo. De repente vi que mi hijo se tomó la camisa y se acercó a limpiarme, eso ya era habitual, pero esta vez, algo raro le pasaba, me sentí pesada y no pudo sostenerme, no supe que pasó conmigo luego.
Siempre agradeceré a ese hombre que como un ángel guardián me ayudó a encontrar a mi hijo. Pude volver a abrazar a mi hijo gracias a él, gracias a la ayuda de esta persona desconocida que se cruzó en el camino de mi niño y lo salvó. Nunca olvidaría su amabilidad y confianza, y siempre estaría agradecida por haber devuelto a mi hijo a salvo.
Alejandro.
El momento del reencuentro de madre e hijo fue mucho más conmovedor que la escena pasada en la comandancia. Justo ahí me di cuenta de que el niño hablaba muy clara y coherentemente. Él niño le pedía perdón a su madre por haberse perdido, y con su pequeña manita le secaba las lágrimas pidiéndole que no llorara. Pero de un momento a otro, ella empezó a sangrar por la nariz y acto seguido se desmayó.
Sebastián se acercó a ayudarla, pero la reacción del niño nos dejó intrigados, se puso a la defensiva y no quería que tocaran a su madre, eso solo quería decir una cosa, y es que esa escena ya la había vivido antes, alguien lastimaba a su madre y él solo intentaba protegerla.
— Llamen a Aurelio y díganle que venga aquí inmediatamente.
Ordene que el médico viniera a la hacienda, la mujer ni se veía bien.
— Sebastián, llévala al cuarto médico, Aurelio llegará en un momento.
Así fue, la dejamos en la camilla a espera de que Aurelio llegará y la revisara, mientras tanto yo intentaba calmar al niño, quien estaba bastante inquieto por su mamá.
— Cálmate pequeño, tu mami se pondrá bien, te lo prometo.
Aurelio llegó pronto, y rápidamente procedió a revisarla, pasó un buen rato antes de que saliera.
— ¿Cómo está? ¿Por qué le sangra la nariz y por qué se desmayó?
— Alejandro, la situación de la madre del niño es un poco complicada. Según los exámenes preliminares tiene síntomas de anemia, desnutrición, está deshidratada. Pero eso no es lo peor ni lo más grave, acompáñame te muestro.
Lo seguí, me llevo al cuarto y me mostró los rayos equis que había practicado.
— Mira esto, múltiples fracturas que se han recuperado por sí mismas sin ninguna atención médica. Esta chica ha sufrido múltiples maltratos desde hace años, todo esto son productos de golpizas, tiene muchas cicatrices en su cuerpo, ella ha tenido muy dura.
Me quedé en shock al ver las imágenes, no podía creer lo que veía. ¿Cómo era posible que alguien pudiera hacerle tanto daño a esta mujer? Me sentía impotente y enfurecido al mismo tiempo, no podía comprender cómo alguien podía ser tan cruel.
— ¿Estás seguro de esto, Aurelio? ¿Cómo es posible que haya pasado desapercibido por tanto tiempo?
— Lamentablemente, es bastante común que las víctimas de violencia doméstica oculten su situación por miedo o vergüenza. Esta mujer ha sufrido mucho, Alejandro, y necesita ayuda urgente.
Tomé la decisión en ese momento de brindarle toda la ayuda que necesitara, no iba a permitir que siguiera sufriendo en silencio. Me sentí culpable por no haberme dado cuenta antes, por no haber protegido a esta mujer y a su hijo como era mi deber.
— Haré todo lo que esté en mis manos para ayudarla, Aurelio. Quiero que se le brinde la mejor atención médica posible y que se sienta segura y protegida aquí en la hacienda. Esta mujer y su hijo son ahora nuestra responsabilidad.
Aurelio asintió con aprobación y comenzamos a planificar las medidas a tomar para brindarle a Lorena y a su hijo la ayuda que tanto necesitaban. No podía cambiar el pasado, pero haría todo lo posible para asegurarles un futuro mejor y libre de violencia.
— Aurelio, ¿Estás seguro de que el niño no tiene signos de violencia? Ahora me gustaría asegurarme de eso, porque te juro que si él tiene marcas más allá de lo que miraste, voy a matar gente.
— Alejandro cálmate por favor, hay que averiguar si está mujer tiene esposo, o si vive con alguien que pueda ser el responsable de esto, creo que hay que hablar con Gonzalo, hay que aprovechar que está aquí y pedirle que averigüe.
Aurelio tenía razón, tenía que poner a Gonzalo al tanto de esto, porque la mujer a la que Roger Mendiola acusaba de mala madre, en realidad era una víctima de violencia y estaba casi seguro de que esa familia tenía mucho que ver.
— Gonzalo, ven por favor.
Lo llamé a la habitación y Aurelio le mostró lo que había descubierto, la cara de Gonzalo manifestaba la indignación que sentía, él al igual que nosotros, no podía ocultar su descontento.
— Eso es salvajismo, ¿Quién pudo ser tan cruel y despiadado? Tenemos que proteger a esta chica y a su hijo, están vivos de milagro.
— Y lo que más rabia me da, es que estoy seguro de que muchas de esas golpizas se las dieron frente al niño, por eso reaccionó así, de solo imaginármelos solos e indefensos, asustados sin que nadie los defienda, me hace querer matar a alguien.
Los tres observamos a la menuda mujer en la cama, se veía tan solitaria y desprotegida, que me sentí responsable de ella, yo, Alejandro Montalver, no permitiría que esas dos personas volvieran a sufrir de ninguna manera, desde ahora, ellos estarían bajo mi protección, y quien sea que los hubiera lastimado se iba a arrepentir.