En su nueva vida tras transmigrar a la novela, esta mujer, hija de un general y fallecida en batalla, se encuentra con una segunda oportunidad para perseguir sus sueños postergados.
Con determinación y valentía, decide usar su experiencia militar y su perspectiva única para no solo sobrevivir en este nuevo entorno, sino también para hacer un destino que refleje sus verdaderos anhelos y ambiciones.
Desafiando las expectativas impuestas por el guion original, y navegando por relaciones complejas con los personajes principales y secundarios, ella se embarca en un viaje de autodescubrimiento y redención, decidida a dejar una marca imborrable en la trama y en su propia vida.
NovelToon tiene autorización de Eugenia Álvarez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo 7
El tiempo avanza implacablemente, como si un reloj perfectamente engrasado marcara cada instante con precisión. Con la llegada del invierno, se precipita con su manto blanco que cubre todo a su paso.
Sarah, George y Kattia se encontraban en la habitación de Grace cuando se sorprendieron al ver a su pequeña bebé intentando ponerse de pie sobre sus piernitas.
"¡Vamos, bebé!" animaba George a su hija con un entusiasmo contagioso. Le parecía como si hubiera sido ayer cuando nació su hija, y ahora la veía, con dos años de edad, intentando sostenerse y caminar por sí sola.
Sentía la misma sensación que experimentó cuando su hija lo llamó "papá" por primera vez. Observando a su pequeña, recordó un momento de angustia que había superado con esfuerzo. Cuando Grace tenía siete meses, desapareció de la habitación, desencadenando una búsqueda desesperada en la que revisaron cada rincón sin éxito. Finalmente, alguien sugirió buscarla en lugares que a ella le gustaban, y al saber que le encantaba comer, centraron la búsqueda meticulosamente en la cocina. Fue entonces cuando la encontraron dentro de la refrigeradora. Al recordar esos momentos agridulces, sintió cómo unas lágrimas amenazaban con escaparse de sus ojos.
Si Grace llegara a descubrir lo que su padre estaba recordando, seguramente se sentiría avergonzada. Esa parte de su historia nunca debe salir a la luz.
Sin embargo, Grace no tenía idea de nada de esto. A veces fingía caerse, como si estuviera descubriendo su habilidad para caminar por primera vez. Aunque en realidad, desde hace mucho sabía hacerlo, la fuerza que había tenido en su vida pasada había venido con ella. No le resultaba difícil levantarse y caminar, pero tenía que fingir. Quería vivir una vida normal y pasar inadvertida pero ahora tenía que hacer lo contrario por la seguridad de su tía.
Tenía que demostrar que había crecido, especialmente porque se acercaba un evento crucial para el desarrollo de la novela: la adopción de Kate, la villana, quien era la hija adoptiva de su tía Ericka. Se encontraba en un dilema, sin saber si debía impedir esa adopción o persuadir a su tía para que adoptara a otra niña. Un peso enorme se posó sobre sus pequeños hombros mientras reflexionaba sobre cuál sería el siguiente paso más acertado. Con ese dilema en mente, se concentró en seguir caminando.
Kattia sacó rápidamente su celular con la intención de grabar los primeros pasos de su nieta.
Sarah negó con la cabeza al ver a su suegra con la cámara en mano. Era evidente lo querida que era su hija por la familia de su esposo. Un suspiro escapó de sus labios al pensar en su propia familia; desde que se casó, no había tenido contacto con ellos. Anhelaba poder compartir esos preciosos momentos con sus padres y hermanos.
...----------------...
En el corazón de una sala circular, donde las paredes estaban vestidas con tapices elegantes y sobrios que hablaban de una historia profundamente arraigada, las sombras de dos figuras se alzaban en el centro del espacio.
Víctor, con la mirada fija en su hermana, no pudo contener su sorpresa al escuchar su propuesta. "¿Estás sugiriendo que Ericka y yo adoptemos a una niña?", preguntó con voz ligeramente entrecortada, tratando de comprender la magnitud de lo que acababa de oír.
"Sí, sería beneficioso para Ericka", dijo mientras mostraba unos folletos de orfanatos ubicados en las afueras de la ciudad. "Aquí hay niños que necesitan una madre que los cuide y los quiera, y Ericka sería perfecta para eso."
Víctor dudaba de si esa era una decisión acertada. Aunque confiaba en su hermana, si ella consideraba que era lo correcto, él estaba dispuesto a aceptar su propuesta.
La dinámica familiar siempre había sido armoniosa, y nunca había tenido motivos para dudar de las intenciones de su hermana. Sus padres formaban un matrimonio amoroso, y tenía una hermana menor encantadora. Su vida era cómoda y agradable, aunque el único inconveniente era la responsabilidad de dirigir la empresa familiar. A él le apasionaban los caballos y disfrutaba de pasear por el campo, respirando el aire fresco, pero también comprendía sus obligaciones.
Verónica, su hermana menor, se había sacrificado estudiando finanzas y economía para ayudarlo en la gestión de la empresa. Gracias a su dedicación, juntos habían sacado adelante el negocio familiar.
"Gracias, hermana. Siempre estás pendiente de nosotros", dijo Víctor, conmovido por el gesto sincero y el constante apoyo que recibía de ella.
Verónica sonrió con dulzura y dijo: "No me des las gracias, somos una familia". Bajó la cabeza mientras ocultaba su mirada llena de odio y desdén.
Mientras Víctor planeaba cómo sorprender a su esposa, no notó las malas intenciones que emanaban de su hermana.
La puerta se abrió suavemente y entró a la sala una mujer de mediana edad, de una belleza serena y elegante. Su cabello castaño claro recogido en un gran moño. Sus ojos almendrados, de un color negro profundo, emanaban una mirada penetrante.
Sin embargo, al posar sus ojos en Víctor, algo en su expresión cambió instantáneamente. La mirada penetrante se transformó en una mirada amorosa y dulce, llena de afecto y ternura. Sus labios se curvaron suavemente en una sonrisa cálida que iluminó su rostro.
Verónica apretó los puños al presenciar la escena, resignada ante la familiaridad del desdén. Su madre nunca la había mirado con esos ojos; para ella, solo su hijo era digno de atención. Sentía que sus padres eran patriarcales, incapaces de ver su potencial para dirigir la empresa, a diferencia de su hermano, a quien consideraba un desperdicio. Desde niña había percibido cómo los trataban de manera dispar. Todo lo bueno se destinaba a Víctor, mientras ella recibía apenas las migajas. Estaba harta de esa vida de desigualdad, decidida a demostrarles su superioridad.
"Madre, no sabía que llegabas hoy." Victor se puso de pie de inmediato y se acercó con rapidez hacia ella para plantarle un beso cariñoso en la mejilla.
"Quería darte una sorpresa." En ese preciso instante, entraron varios hombres cargando bolsas. "He traído estos regalos para la sobrina de tu esposa", anunció con entusiasmo. Los presentes provenían directamente de Italia, un lugar de belleza y encanto inolvidables.
"Entonces podrías entregarlos en persona. Ericka está de camino a la casa de su hermano para llevarse a Grace prestada por unos días." Víctor apenas podía contener su emoción, aunque intentó mantener la calma. George había establecido una condición y Víctor no sabía si esta se cumpliría.
"¿En serio?" Jane mostraba cierta duda. Conocía bien a George y sabía que no cedería a su hija fácilmente. "¿No te están engañando, verdad?"
Él negó con la cabeza. "Impuso una condición: solo podremos tener a Grace en casa si es capaz de caminar."
"¿La has visto caminar?" preguntó con delicadeza. Al ver a su hijo negar una vez más, exclamó: "¡George te engañó, hijo! ¡Eres un tonto!"
"¡Qué! ¡Eso no puede ser!" exclamó mientras buscaba frenéticamente su celular para llamar a su esposa.
Jane, al observar la manera desesperada en que actuaba, negó con resignación. 'Mi hijo es tan inocente y tonto', pensó para sí misma. Giró la cabeza al sentir una mirada, encontrándose con la de su hija.
Madre e hija se miraban con frialdad, como si fueran enemigas mortales. En el aire se percibía una tensión palpable.
Ambas mujeres se sumieron en un silencio gélido, evitándose mutuamente sin mediar palabra.
¿Acaso los quiere por su poder, o se los sustraerá o quizás los utilize como soldados?.🧐🤨😒🤷♀️🤔