Después de que su esposo le fue infiel con su mejor amiga, tuvieron un altercado. Todos la creían muerta, pero ella volvió con más fuerza dispuesta a vengarse de todos los que le hicieron daño.
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La media hermana.
Sharon despertó bañada en llanto. ¡Oh, Dios mío!, solo fue un sueño.
Sharon tomó una libreta y una pluma y empezó a escribir.
"Hija, mi amada hija. Mi ángel que tanto quiero. ¿En serio crees que te dejaré y nunca volveré contigo? Te extraño mucho, te extraño más de lo que tú a mí. Todos ellos pagarán por separarnos, Sé que pensarás que no soy tu madre, mi rostro, mi voz, mi todo. Me he convertido en una persona distinta, tuve que cambiar para sobrevivir; te vas a enojar, pero cuando seas mayor diré la verdad y sé me perdonarás cuando sepas lo que tu padre me hizo. Sé que no morí por ti, y volví a la vida por ti".
Erick entró en ese momento... Entonces, ¿estás dispuesta a luchar por todo lo que te han arrebatado?
Sí, ya estoy lista, mi venganza será implacable. Desde hoy, Roxana ha muerto.
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Sharon no podía olvidar los momentos de felicidad que vivió con Esther y Arap, todos esos recuerdos llegaban a su mente una y otra vez.
Era imposible que pudiera ser feliz.
Estaba ansiosa por abrazar a su hija.
Salió de su casa sin que su hermano lo notara.
Solo con un pensamiento en la mente: Abrazar a su hija.
Llegó a su casa antes de ser Sharon.
Pidió hablar con Arap.
Señor uma mujer quiere verlo.
¿Te dijo su nombre?
Sí, dijo que se llamaba Sharon Galaviz.
Dile que pase enseguida estoy con ella.
Esthercita la vio...
¿Oye, quién eres?
Soy tu tía Sharon, y corrió a abrazarla.
Arap solo se quedó observando cómo esa mujer extraña abrazaba a su hija.
Hueles igual que mi madre, dijo la pequeña.
Arap la confrontó:
Tú, ¿quién eres?
Isabella también estaba ahí.
Soy hermana de Roxana.
¿Hermana?, preguntaron al unísono.
Que yo sepa, Roxana no tenía hermanas.
Pues ya me conocen soy Sharon Galaviz, para servirles.
Eso no puede ser verdad, dijo Arap un poco descontrolado. No es algo que se pueda esconder y menos a mí que fui su esposo.
Bueno, a decir verdad, solo somos medias hermanas, mi padre tuvo una relación con mi madre, y antes de nacer yo, mi madre se fue a Veracruz, ahí nací yo.
¿Y cómo es que nunca supimos nada de ti?, Isabella no le tenía confianza.
En cuanto supe que tenía una media hermana, yo la contacté, y desde entonces hemos mantenido la comunicación, Sharon estaba fastidiada de dar tantas explicaciones.
Eso no es verdad, no puede serlo, eres una farsante. Arap estaba muy molesto.
Tranquilo, amor. No puede hacer nada.
¿Que no puedo hacer nada?, me corresponde la mitad de todo esto, de ese sillón en el que estás sentado, me corresponde también la mitad.
Suficiente, haz el favor de largarte de mi casa, le dijo Arap muy molesto.
Ya me voy, pronto tendrán noticias mías.
La niña le dirigía unas miradas muy complacidas. Le gustaba mucho esa mujer que decía ser su tía.
La mitad de esta casa es mía, no puedes correrme.
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Una pareja de novios, que pasaba por el bosque, iban acompañados de un perro, caminaban muy tranquilos, cuando de pronto el perro se empezó a alebrestar, se fue corriendo por el bosque, seguido por la pareja.
¡Sándor!, ¡regresa! ¡Sándor!
El perro llegó hasta un montículo de tierra, la pareja corrió allí, el perro comenzó a escarbar...
La chica se acercó, pero de inmediato se alejó soltando un grito...
¡Ay!, ¿qué es eso?
Ellos llamaron a la policía, que a su vez llamaron a la morgue.
Al poco rato sacaban un cadáver que al parecer era de un hombre.
Uno de los policías dijo:
Miren, el anillo tiene un nombre.
¿Qué dice?, dijo otro.
Julia y Stan.
¿Los conocen?
Nadie contestó, señal de que nadie lo conocía.
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Julia sirvió la comida a su hijo y a su suegra, y a una amiga...
¿Qué es eso?, preguntó Dennis, al ver el plato de comida que le dio su nuera.
Es la comida que le gustaba mucho a Stan, pero él se ha ido con otra. Para mí es como si estuviera muerto, Julia dijo llena de rencor y odio.
Dennis no se pudo controlar y le dio una cachetada, no vuelvas a decir eso, de seguro le pasó algo, por eso no ha podido venir.
Yo no lo creo, suegra... Ya es mucho tiempo, ya no lo quiero aquí.
Igor interrumpió para decir: ¡Yo no quiero que mi papá se muera!
Marion, la amiga lo abrazó... Cálmate, Igor, no sabemos lo que pasó con él.
En eso, Ethan entró acompañado de la policía...
Dennis, al verlo, tuvo un presentimiento...
Dígame que mi hijo está detenido, pero por favor no me diga que está muerto.
Dennis lloraba tanto que Ethan la abrazó.
La policía no pudo menos que decir:
Lo siento, encontramos su cuerpo enterrado en el bosque, este anillo lo tenía puesto.
Julia vio el anillo y casi se desmaya.
¡Dios mío!, es el anillo de bodas.
¡No, mi hijo no puede estar muerto! ¡No!
Ethan tuvo que abrazarla para que no cayera, estaba completamente desquiciada.
Dennis lloraba a mares, no podía controlarse.
Julia no podía creer lo que oía, ella acababa de decir que para ella estaba muerto, y se le concedió.
Fue cuando cayó en la cuenta y se puso a llorar.
Ethan abrazó al niño y le explicó la situación tratando de que no sufriera mucho.
Lo siento, Igor, pero siempre estaré aquí contigo, nunca te dejaré solo.
El niño estaba inconsolable, ya no sabían qué hacer para que no sufriera tanto.
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Randy, ¿cómo va el caso de esa mujer?, ¿qué procede?
Si se comprueba que es su hermana, ella tendrá derecho a la mitad de todos los bienes que posees, incluso esta casa.
¿Estás seguro?
Sí, ya estamos checando el dato. Bueno, me voy porque tengo otros casos que resolver.
El abogado iba saliendo y una mujer entraba.
Hola a todos, dijo.
¡Judith!, dijo Arap muy contento... ¿Vienes para quedarte?
Claro, hermano, bueno, si no molesto.
Por supuesto que no, hermana, eres bien recibida.
Gracias.
Isabella intervino: espero que no sea por mucho tiempo.
Ay, Isabella, tú siempre tan amable.
Karina, lleva a Judith al cuarto de huéspedes y ofrécele algo de tomar, por favor.
Sí, señor.
Pronto estuvo instalada en su cuarto.
Después de bañarse y cambiarse de ropa, Judith fue al cuarto de Esther para saludarla.
¡Tía Judith!, dijo la niña al verla, me alegra que estés aquí.
Muy, que efusiva, de haber sabido que me ibas a recibir así, hubiera venido antes.
Así permanecieron abrazadas durante un rato. Era evidente que la niña quería mucho a su tía y viceversa.
Isabella y Judith no se llevaban, bien, ambas se odiaban, pero lo disimulaban muy bien.
Espero que no se quede por mucho tiempo, no la soporto, le dijo Isabella a Arap al estar solos en el cuarto.
No digas eso, trata de llevarte bien con ella, es mi hermana, dijo Arap tratando de suavizar las cosas.